ISLAM: Ahl al Sunnah wal Yama'ah
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En este lugar pretendemos dar información clara acerca de Ahl al Sunnah wal Yama'ah. Con absoluta fidelidad y obediencia a los principios islámicos traídos por inspiración Divina a nuestro Profeta salla Allah aleihi wa salam
 
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 20- Jaled // La Batalla de Al-Ferad

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Iman




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MensajeTema: 20- Jaled // La Batalla de Al-Ferad   20- Jaled // La Batalla de Al-Ferad EmptyVie Dic 12, 2008 7:22 am



20- Jaled // La Batalla de Al-Ferad BemiAllah56


Jaled Ibn Al-Walid
La Espada de Allah



► La Batalla de Al-Ferad

La batalla de Al-Ferad era el último gran trabajo de Jaled en Iraq y la gran prueba de la incapacidad de los dos imperios, el romano y el persa se demostró en esta batalla.

Al-Farad se situaba entre los dominios persa y romano. Jaled llegó y atacó. Se aliaron los árabes nómadas y los romanos, los persas también quisieron aliarse pero estaban ocupados en la sucesión del trono y sus herederos estaban discutiendo allí todo el tema. Los romanos han dicho a Jaled lo mismo que han dicho los persas a Abu Ubaid: 'o cruzáis hacia nosotros o cruzamos nosotros hacia vosotros; pero Jaled les dijo: ''cruzar vosotros si queréis'' Ellos, en su arrojo de vanidad y orgullo, cruzaron; De esta forma puso Jaled a los enemigos en medio.

El río quedó detrás de ellos y Jaled y su ejército delante de ellos, de esta forma nadie podría escapar. Luego mandó a los jinetes para dividirlos en grupos y estrechar sus avances (caminos) y luego empezó a matarlos.

A su amigo Iath se le habían complicado las cosas y mandó una carta a Jaled para pedirle consejo. Como era costumbre de Jaled, le dijo que él mismo se dirigiría en su ayuda. La distancia desde donde Jaled estaba y Al-Jandal era la marcha de dos semanas pero Jaled la hizo en diez días. Al llegar Jaled puso a los enemigos entre su amigo Iath y él mismo. Iath se encargó de los que estaban en frente y los derrotó; los derrotados se escaparon dirigiéndose hacia las fortalezas pero Jaled se les había anticipado y les impidió entrar allí.

La gente de Al-Dawma (los de Jandal) había pactado varias veces con los musulmanes y nunca habían cumplido sus pactos. Jaled los mató. Quedaban dos semanas y era el primer peregrinaje después de tantas conquistas. Jaled no ha querido perder la ocasión y salió de Iraq para dirigirse a La Meca y cumplir con la peregrinación. Salió y volvió sin que nadie se diera cuenta, ni siquiera sus amigos, salvo los más cercanos. El Califa le mandó dirigirse para combatir en Yarmuk y que espere allí al ejército musulmán y le dijo que no vuelva a hacer lo que hizo.

"Y combatid todos juntos a los idólatras como ellos os combaten a vosotros todos juntos también, y sabed que ciertamente, Allah está con los temerosos." (At-Tawba - 9: 36)


El Califa escribió a Abu Ubaida ibn Al-Jarrah para informarle de la llegada de Jaled y le dijo: ''La paz de Allah sea contigo. He ordenado a Jaled combatir al enemigo; no le contradigas, escúchale y obedécele. No le mando sobre ti sabiendo que para mi eres de más estima pero pienso que Jaled es más experto y capacitado en las artes de la guerra. Alláh nos guíe hacia Él subhana wa ta'ala y nos dirija hacia el bien''.

Jaled también mandó un mensajero a Abu Ubaida para informarle de su llegada y le dijo: ''He recibido la orden del Califa que me ordena dirigirme para combatir y me ha dado la jefatura de los ejércitos. ¡Por Allah! te juro que nunca lo he pedido ni lo he querido ni lo he deseado. Tú serás tal como estás ahora, no te desobedeceremos, ni te llevaremos la contraria, ni tomaremos ninguna decisión sin consultarte; porque eres el jefe del ejército y no olvidaremos tus favores ni tus hechos ni denegaremos tu opinión''.

Y se quedaron otros comandantes para luchar con los que quedaban de los persas y para conquistar el resto de Persia y se conquistó y también se conquistó Egipto y una parte del Norte de África a manos de hombres ejemplares como Al-Muthana ben Haretha, Sa'ed ben abi Waqqas, Al-No'man ben Maqrun, Amru iben Al-Ass... y otros.

Cuando las noticias de dicha marcha llegaron a los oídos del emperador romano, este aconsejó a sus ministros y jefes militares hacer la paz con los musulmanes y no entrar en guerra con ellos, pero tanto los ministros como los jefes militares romanos, insistieron en combatir a los musulmanes; jurando que impedirían a los caballos de Abu Bakr llegar hasta sus tierras. Prepararon un ejército de doscientos cuarenta mil hombres.

Los comandantes árabes informaron a Abu Bakr de los preparativos de los romanos y el Califa les dijo: ''Juro por Allah que mandaré a Jaled para curarles de sus tentaciones'' Mandó a Jaled tomar el mando del ejército en cuanto llegase, él llegó después porque estaba en Iraq. Entonces Jaled dejó Iraq y se dirigió con sus hombres que han sido seleccionados por él al campamento del ejército musulmán en las tierras de El Sham.

Cuando Jaled llegó organizó el ejército y acordonó las posiciones enemigas en un corto espacio de tiempo. Después de dar gracias a Allah, dijo: '' Este día es uno de los días de Allah, en el que no cabe ni el honor personal ni el agravio. ¡Luchar con fidelidad, queriendo satisfacer a Allah!''.

Quiso estimular a su ejército al máximo y dijo: ''Todos seremos comandantes un día y al día siguiente será otro y así, hasta que alcance a todos la jefatura del ejército musulmán''
Jaled, dejó su absoluto derecho de jefatura para que todos sus hombres tomen el mando del ejército, para hacerlos partícipes, para hacerlos a todos iguales.

Los jefes del ejército romano comprendieron que el tiempo corre a favor de los musulmanes y pensaron que alargar la lucha y aumentar las batallas sería en su contra y a favor de los musulmanes y por ello han decidido prepararse y disponer de todas sus fuerzas para hacer una sola batalla y así, terminar con los árabes para que no quede ninguno de ellos vivo.

También los musulmanes comprendieron el peligro de esta batalla y se inquietaron, pero la fe que tenían en Allah les hacia soportar todo aquello a pesar del enorme ejército romano al que se iban a enfrentar.

Dijo Abu Bakr, ''el hombre que conoce bien a los soldados y es experto en ellos es Jaled y que vengan todos los romanos y con todas sus fuerzas que los musulmanes tienen a Allah subhana wa ta'ala y después el espíritu de batalla del hijo de Iben Al-Walid''

Jaled preparó al ejército y lo dividió en grupos e inventó nuevas formas para atacar y planes para defender conformes a la forma romana de batalla como hizo con los persas.

770. Se transmitió de Anas y de Yábir radia Allah anhum que el Profeta salla Allah aleihi wa salam dijo:

"¡La guerra es trampa y engaño al enemigo!" (Lo relataron Al-Bujari y Muslim)

Lo más sorprendente es que cuando empezó la batalla, tomó la forma que Jaled había pensado y planeado; paso por paso y movimiento por movimiento y no se confundió en sus planes ni en sus cálculos. Todo ataque por parte de los romanos estaba calculado y lo esperaban así y cada retirada que hicieron los romanos ya estaba programada y así sucedía.

Jaled era un ejemplo en la resistencia y si veía a dos o a tres que les entraba el miedo (especialmente a los recién entrados al Islam) al ver el enorme ejército romano podía influir en los demás o podía tener una influencia negativa en el resto de combatientes, incluso más de lo que pudieran provocar los romanos, era tajante con ellos y firme en contra de cualquiera que dejaba de luchar.

Antes de empezar la batalla, el jefe romano retó a Jaled. Jaled aceptó enseguida y ambos montaron sus caballos y se adelantaron hacia el hueco central que había entre los dos ejércitos. Dijo Mahan, el jefe romano, a Jaled: 'Sabemos que lo único que os hizo salir de vuestras tierras es el hambre, si queréis os daré a cada uno de vosotros diez dinares, ropa y comida y así volveréis a vuestra tierra y cada año os daré lo mismo'.

Jaled apretó los dientes de la rabia y comprendió la pésima educación del romano, decidió contestarle en los mismos términos que se merecía y dijo: ''No nos hizo salir de nuestra tierra el hambre como dices. Somos gente que bebemos sangre y hemos sabido que no hay sangre más deliciosa y dulce que la sangre de los romanos. Es por ella, que hemos venido''. Cogió las riendas de su caballo y levantó el estandarte y gritó ¡Allahu Akbar, que soplen los vientos de la gloria del Islam! y empezó a combatir.

Atacaron con todas sus fuerzas y los romanos se encontraron una gran resistencia inesperada por parte de los musulmanes. Los musulmanes sacrificaban sus vidas luchando contra los romanos.

Uno de ellos se acercó a Abu Ubaida ibn Al-Jarah, mientras que estaban luchando, y le dijo: 'He decidido el martirio. ¿Tienes algún recado para el Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- cuando Allah haga que nos encontremos?' Abu Ubaida contestó: 'Dile: Oh Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- hemos encontrado lo que Allah nos prometió verdad; y aquí tienes a Akrama iben abi Jahal llamando a los musulmanes'. Yo he luchado contra el Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- antes de que Allah me guiará y hoy no me escaparé de los enemigos de Allah. Llamo a los musulmanes para que hagan Al-Muba'iah (juramento para morir mártir) Muchos lo hicieron y como flechas atacaron hasta el corazón del ejército romano; buscaban el martirio y Allah subhana wa ta'ala aceptó su juramento y han caído mártires.

Jaled, acompañado por cien hombres, atacó la izquierda del ejército romano que estaba formado por unos cuarenta mil hombres. Jaled gritaba a sus hombres: 'Os juro por quien tiene mí alma en Sus manos que a los romanos no les quedará ni paciencia ni resistencia. Pido la ayuda de Allah para que nos dé capacidad y fuerza para poder terminar con ellos, de Allah es todo el poder'

Cien hombres contra cerca de cuarenta mil y Allah los hizo victoriosos. Un hecho que supera a cualquier imaginación, pero esos hombres estaban llenos de fe en el Todo Poderoso, Señor del Trono, Dueño del favor inmenso y del poder absoluto. Tenían fe en Allah subhana wa ta'ala, las enseñanzas del Profeta -salla Allah aleihi wa salam- confianza en su Califa y en los comandantes de sus ejércitos. Eran fieles a Allah y a Su Mensajero -salla Allah aleihi wa salam- fieles entre sí mismos, fieles en sus misiones y a la cabeza Jaled ben Al-Walid que como dijo el Califa no nacerá de ninguna mujer uno como Jaled para las batallas. El mejor estratega, el mejor comandante, el más humilde y feroz a la vez. La espada desenvainada de Allah contra las fuerzas de la ignorancia y el retraso de los asociadores... Allah quiera soplen pronto, de nuevo, los vientos fuertes de la gloria triunfante del Islam.


....Mientras Jaled estaba luchando en plena batalla, ha sido sorprendido por un correo procedente de Medinah con un mensaje del nuevo Califa, Omar iben Al-Jattab. En la carta Omar saludaba al ejército musulmán y les daba el pésame por la muerte del Califa Abu Bakr -radia Allah anhum-
Ordenó quitar a Jaled de la jefatura del ejército, poniendo en su lugar a Abu Ubaida, más dialogante que Jaled.

Cuando Jaled leyó la carta ha pedido a Allah que tenga a Abu Bakr en Su Gloria y que dé éxitos a Omar, y le dijo al mensajero que no diga nada a nadie de lo que contiene la carta hasta que derroten al enemigo y lo puso cerca de él para asegurarse de que no hablaba con nadie, con la intención de no menguar el ánimo de sus hombres.

Jaled siguió luchando sin decir nada de la muerte de Abu Bakr ni del nuevo califato hasta que derrotaron totalmente al enemigo.

Cuando la batalla estaba ganada, Jaled se acercó a Abu Ubaida iben Al-Jarah, saludándole como un soldado a su comandante; al principio Abu Ubaida pensó que era una broma de Jaled.

Hay otro relato que dice que la carta iba dirigida a Abu Ubaida y que este guardó el secreto y no dijo nada hasta que terminó la batalla. De todas formas, en cualquiera de los casos, la postura ha sido ejemplar porque tanto el soldado como su jefe han cumplido con el deber de luchar para llevar la palabra de Allah y de Su Mensajero -salla Allah aleihi wa salam-

Jaled nunca dudó de la justicia de Omar ni de su sabiduría y por eso aceptó e hizo lo que el nuevo Califa había ordenado.

Nunca guardó rencor hacia Omar por quitarle el mando, no dijo nada contra él, incluso le perdonó porque sabía que Omar sólo quería ganarse a Allah y todo lo que hacía lo hacía por Allah y, aunque no entendió la decisión, no la contradijo.

Lo único que dijo Jaled fue: ''Abu Bakr era más querido para mí que Omar''

Después empezó a querer a Omar y le llamaba cariñosamente Al-Aisar (el pelirrojo o el rojizo)

Omar iben Al-Jattab no tenía nada en contra de Jaled, excepto que temía por la rapidez en que Jaled cortaba las cabezas. Omar siempre decía que la espada de Jaled era muy afilada y cortante, y esto lo demostró cuando Omar le dijo a Abu Bakr que la espada de Jaled era opresiva, Omar no dijo que Jaled era opresivo sino que su espada lo era, dio esta característica a su espada y no a su persona y esto demuestra el respeto que Omar tenía por su primo Jaled.

Jaled era un hombre de guerra desde que nació hasta que murió, su crecimiento, su ambiente, su educación, toda su vida antes y después de abrazar el Islam, todo él era como un molde de un gran guerrero valiente, inteligente y atrevido.

Y en el Sham, después de la batalla de Yarmuk, Abu Ubaida era más apropiado para la nueva situación porque venían ya tiempos de paz y de conciliación y Abu Ubaida era un hombre más dialogante, siempre se inclinaba por la vía pacífica si esto era posible (todo lo contrario de Jaled, que no dejaba enemigo con vida) Abu Ubaida luchaba cuando toda vía alternativa de diálogo estaba agotada. Cuando la gente oía hablar de Abu Ubaida preferían rendirse a él que a otros jefes musulmanes. Tanta pacificación de Abu Ubaida provocaba, a veces, la ira de Jaled. Pero aceptaba las decisiones de su comandante; como cuando se rindió Damasco por la mediación de Abu Ubaida de perdonarles la vida. Jaled, a pesar de no estar de acuerdo, no desobedeció ni quiso romper lo pactado entre ellos y Abu Ubaida. Así que, la decisión de Omar de quitar del mando a Jaled fue porque Abu Ubaida, en los tiempos que ya corrían que eran de victoria tras victoria para el Islam y ya se acercaba el momento de la paz y la reconciliación era más apropiado por dialogante que Jaled que era un guerrero nato.

Dijo el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- de Abu Ubaida -radia Allah anhu-

Abu Ubaida es el fiel de esta Nación.


(*) Radia Allah anhum.


Extraído del Libro: Jaled el Formidable
Autor: Ábass Mahmud Al-Aqâd
Editorial: Nahdat Masser
Traducido del árabe al castellano, con la ayuda de Allah, por un hermano Palestino. Allah acepte su esfuerzo. Amin.



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Iman




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