ISLAM: Ahl al Sunnah wal Yama'ah
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ISLAM: Ahl al Sunnah wal Yama'ah

En este lugar pretendemos dar información clara acerca de Ahl al Sunnah wal Yama'ah. Con absoluta fidelidad y obediencia a los principios islámicos traídos por inspiración Divina a nuestro Profeta salla Allah aleihi wa salam
 
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 57- Tercer Periodo // La prédica del Islam más allá de La Meca

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MensajeTema: 57- Tercer Periodo // La prédica del Islam más allá de La Meca   57- Tercer Periodo // La prédica del Islam más allá de La Meca EmptyMar Nov 25, 2008 12:07 pm


57- Tercer Periodo // La prédica del Islam más allá de La Meca BemiAllah56



Tercer Periodo


La prédica del Islam más allá de La Meca



En Shauual (a finales de mayo o comienzos de junio de 619 d.C.) en el décimo año de la Profecía, el Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- se dirigió a pie hacia Ta'if, aproximadamente 60 km. de La Meca, acompañado de Zaid ibn Hâriza (esclavo liberado y convertido al Islam) para invitar a su gente al Islam.

Contrariamente a sus expectativas, la atmósfera general fue terriblemente hostíl. Se acercó a la familia de Umair, que se destacaba por su nobleza en la ciudad. Pero para su decepción, todos ellos ignoraron su Mensaje y usaron un lenguaje agresivo para referirse a la noble causa que se esforzaba en propagar. Tres hermanos jefes de Zaqif - Abd Yalil, Mas'ud y Habib - hijos de Amr ibn Umair Az-Zaqafi hablaron con el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- quien los invitó a abrazar el Islam y a adorar a Allah, pero lo ridiculizaron y desdeñaron su invitación. ''Estás desgarrando la tela de la Ka'bah, ¿Es verdad que Allah te envió como Mensajero? dijo uno de ellos. ¿Acaso no encontró a alguien más digno para confiarle Su Mensaje?, dijo el segundo. Juro por Allah que nunca te dirigiré la palabra. Si realmente eres el Mensajero de Allah, entonces eres muy importante para que me hables. Si estás mintiendo con respecto a Allah, nunca te hablaré'' dijo el tercero.

El Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- se marchó diciendo: ''Dado que se comportan de esa manera, no divulguen mi presencia en este lugar''

Durante diez días se quedó transmitiendo su Mensaje a toda la gente, uno por uno, pero ninguno aceptó. Crearon un tumulto para apresurar la partida del (en sus palabras) indeseable visitante, los necios y sus sirvientes lo insultaban a través del camino, arrojándole piedras obligándole a dejar la ciudad perseguido por una muchedumbre. La sangre manaba de sus piernas, y Zaid, intentando cubrirlo, fue herido en la cabeza. No desistieron hasta que lo expulsaron dos o tres millas cruzando el arenoso terreno hasta los bordes de las colinas. Ahí, preocupado y exhausto, se refugió en uno de los numerosos huertos, y descansó reposando sobre la pared de un viñedo.

En un momento cuando todo el mundo parecía estar en su contra, Muhammad -salla Allah aleihi wa salam- se volvió a Su Señor y elevó una súplica usando emotivas palabras expresivas del profundo dolor que sentía su alma. Estaba preocupado y herido pero seguro de la ayuda de Su Señor:

''¡Oh Allah! Ante Ti me quejo de mi debilidad, de mi desamparo e insignificancia ante la gente. Tú eres el Más Misericordioso de los Misericordiosos. Tú eres el Señor de los destituidos y débiles, ¡Oh mi Señor! ¿en manos de quién me abandonas? ¿En las manos de un forastero que se burla de mi? o ¿En las de los enemigos que tienen control sobre mis asuntos?. Si Tu ira no recae en mi, entonces nada me preocupa. Tu perdón es amplio y suficiente para mi. Me refugio en la Luz de Tu Rostro, que ilumina la oscuridad, que regula los asuntos de esta vida y de la otra. Espero nunca caer en Tu ira. Y no hay poder ni fuerza sino en Ti''

Viendo esta conmovedora situación, dos hijos de Rabi'a, hombres ricos de La Meca, se compadecieron ante su pariente, y le enviaron un sirviente cristiano con un racimo de uvas. El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- aceptó la fruta con esta piadosa invocación:

''En el Nombre de Allah''

El sirviente cristiano llamado Addás se sorprendió mucho de las palabras y dijo: 'Estas son palabras que la gente de este lugar no usa' El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- le preguntó:

¿De dónde eres y cuál es tu religión?

Addás respondió: Soy cristiano y provengo de Niniveh.

El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- dijo: Perteneces a la ciudad del piadoso Jonás -aleihi wa salam- hijo de Matta.

Addás le preguntó con ansiedad si conocía algo de la historia de Jonás.

El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- le dijo:

''Es mi hermano. Era profeta como yo lo soy''

Entonces Addás rindió homenaje a Muhammad -salla Allah aleihi wa salam- y besó sus manos. Uno de los hermanos le dijo al otro: 'Mira como tu sirviente te deshonra'. Cuando Addás regresó fue preguntado: ¿Por qué hiciste eso? Respondió: ¡Mi amo! No hay nadie en la tierra superior a ese hombre. Me comentó un asunto que sólo un profeta conoce. Nuevamente le reprendieron y dijeron: ¿Qué es lo que te pasa Addás? No abandones tu religión, ciertamente tu religión es mejor que la de él. (Ibn Hisham 1/419-421)

Con el corazón herido y angustiado, Muhammad -salla Allah aleihi wa salam- emprendió su regreso a La Meca. Al llegar a Qarn Al-Manazil, Allah subhana wa ta'ala le envió al ángel Yibril -aleihi wa salam- junto al ángel de las montañas.

Este último solicitó permiso al Profeta -salla Allah aleihi wa salam- para aplastar La Meca desde Al-Aÿshabain (las montañas de Abu Qubais y Qu'aiqa'an)

Al-Bujari ha registrado los detalles de este acontecimiento de 'Uruah ibn Az-Zubair de que 'Aysha -radia Allah anha- le narró que le preguntó al Profeta -salla Allah aleihi wa salam- ''¿Has tenido un día más difícil que 'Uhud?'' Este respondió: ''Tu gente me había perjudicado mucho, y el peor acontecimiento fue el día de 'Aqabah cuando me presenté ante ibn Abd-Yalil ibn Abd-Kulal y no respondió a mi pedido. Entonces me marché con un excesivo dolor y no me pude relajar hasta llegar a Qarn-as-Za'alib, donde levanté mi cabeza hasta el cielo y vi una nube que me cubría. Vi entonces a Yibril (ángel Gabriel -aleihi wa salam) en ella. Me dijo: ''Allah ha oído lo que tu gente dijo, y lo que te respondieron. Allah te ha enviado al ángel de las montañas para que realice lo que tú quieras''. El ángel de las montañas le saludó y dijo: ''¡Oh Muhammad! Ordéname lo que quieras. Si lo deseas derrumbaré las montañas sobre ellos''.

El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- dijo:

''No, espero que Allah haga salir de ellos hijos que no adoren a nadie excepto a Allah'' (Sahih Al-Bujari 1/458 - Sahih Muslim 2/109)

El Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- luego se sintió reconfortado y su corazón se tranquilizó gracias a la Luz de la ayuda Divina. Procedió hasta Uâdi donde estuvo unos pocos días.

Durante su estancia ahí, Allah subhana wa ta'ala le envió a un grupo de genios (Al-Yïnn) quienes lo escucharon recitando el Noble Corán:

''Y cuando te enviamos a un grupo de genios para que escucharan la Recitación. Cuando estaban presentes a ella, dijeron: «¡Callad!» Y, cuando se terminó, regresaron a los suyos para advertirles.

Dijeron: «¡Pueblo! Hemos oído una Escritura revelada después de Moisés, en confirmación de los mensajes anteriores, que dirige a la Verdad y a una vía recta».

¡Pueblo! Aceptad al que llama a Alá y creed en Él, para que os perdone vuestros pecados y os preserve de un castigo doloroso'' (46: 29, 31)

El mismo hecho lo encontramos también en la Surah Los Genios:

''Di: «Se me ha revelado que un grupo de genios estaba escuchando y decía: 'Hemos oído una Recitación maravillosa, que conduce a la vía recta. Hemos creído en ella y no asociaremos nadie a nuestro Señor'' (72: 1, 2)

En el contexto de estas aleyas y su interpretación podemos establecer con seguridad que el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- no estaba enterado de la presencia del grupo de genios, sino que se enteró cuando Allah le reveló estas aleyas.

La presencia de este grupo de genios vino como asistencia divina brindada al Mensajero -salla Allah aleihi wa salam- y constituye un propicio signo de la victoria final y del triunfo de la llamada al Islam. Prueba sin dudas que ningún poder puede alterar el designio de Allah subhana wa ta'ala.

''Los que no acepten al que llama a Allah no podrán escapar en la tierra, ni tendrán, fuera de Él, amigos. Esos tales están evidentemente extraviados'' (46: 32)

Y: 'Supimos que no podríamos escapar (del castigo) de Allah en la tierra, ni aun huyendo' (72: 12)

Habiendo recibido este apoyo y consuelo, se disipó la tristeza que sufría el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- luego de ser expulsado de Ta'if, retornaba hacia La Meca con la determinación de continuar transmitiendo el Mensaje del Islam.

Zaid ibn Harizah, su compañero, le preguntó al Profeta -salla Allah aleihi wa salam- ¿Cómo puedes volver a La Meca después de que ellos (Quraish) te han expulsado? El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- respondió:

''¡Zaid! Allah asistirá y apoyará a Su religión y a Su Profeta''.

Cuando se encontraban ya en las cercanías de La Meca, se recluyó en la cueva de Hirá. Desde allí despachó un hombre de la tribu de Juza'ah para buscar la protección de Al-Aÿnas ibn Shuraiq. Este último dijo que no podía porque era aliado de Quraish. También acudió a Suhail ibn Amr pero este tampoco aceptó darle protección. Al-Mut'im ibn Adi, un notable de La Meca, sin embargo, respondió positivamente al pedido del Profeta -salla Allah aleihi wa salam- Pidió a su gente que vistan armas y luego le dijo a Muhammad -salla Allah aleihi wa salam- que entre a la ciudad y se dirija a la Mezquita Sagrada. El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- rezó dos ra'kat y luego fue custodiado por Mut'im ibn Adi y sus hijos, que estaban fuertemente armados, hasta su casa.

Se ha narrado que más tarde Abu Yahl, el archienemigo del Islam, le preguntó a Mut'im si su comportamiento se limitaba a la protección o si también se había islamizado, al responderle que sólo era protección Abu Yahl se alivió y dijo que aceptaría la protección de Muhammad -salla Allah aleihi wa salam- por respeto a Mut'im (Ibn Hisham 1/381 // Zad Al-Ma'ad 2/46-47)

El Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- nunca olvidó la actitud de Mut'im. Cuando terminó la batalla de Badr dijo:

''Si Mut'im ibn Adi estuviera con vida y me solicitara que liberara a los prisioneros, cumpliría con su pedido'' (Sahih Al-Bujari 2/573)



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La Biografía del Noble Profeta Muhammad
-sal-lâ Allah alehi wa salam-
El Néctar Sellado
Por: Sheij Safi-ur-Rahmân Al Mubarakfuri
Traducción: Yusef Hussein Hallar
Revisión: Lic. Isa Amer Quevedo
Transcrito para libro virtual por: Ahl al Sunnah wal Yama'ah - [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]


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