ISLAM: Ahl al Sunnah wal Yama'ah
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  Las esperanzas de los vivos y los muertos

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MensajeTema: Las esperanzas de los vivos y los muertos    Las esperanzas de los vivos y los muertos EmptyVie Nov 11, 2011 1:09 pm



 Las esperanzas de los vivos y los muertos BemiAllah56

En el Nombre de Allah, Clemente, Misericordioso

Las esperanzas de los vivos y los muertos

LAS ESPERANZAS DE LOS VIVOS Y LOS MUERTOS

Alabado sea Allah. Atestiguo que no hay otra divinidad excepto Allah, Único, sin asociados, el Soberano y Todopoderoso. Y atestiguo que Muhammad es Su siervo y Mensajero, que la paz y las bendiciones sean con él, con su familia, compañeros y con todos aquellos que sigan la guía hasta el día del Juicio Final.

“¡Creyentes! Temed verdaderamente a Allah y que no os alcance la muerte sino siendo musulmanes”, “Temed a Allah que os ha creado a partir de un solo ser, Adán, y de él creó a su esposa Eva, y de ambos hizo surgir una numerosa descendencia de hombres y mujeres. Temed a Allah en cuyo nombre os pedís las cosas y mantenéis buenas relaciones con los parientes, sabed que Él os está observando permanentemente”.

Primera Jutbah:

Todas las personas tienen distintas esperanzas, éstas varían según las expectativas de vida, el entorno donde vive el siervo, la forma de pensar con la que fue educado, y las personas que lo rodean. Al preguntar a una persona: ¿Cuáles son tus anhelos en la vida?, si es una persona de escasos recursos te dirá que desearía ser rico, poseer propiedades y vehículos para vivir disfrutando. Si le preguntas a un enfermo postrado en la cama, privado de la movilidad y de disfrutar de las comidas, te dirá que desearía recobrar su salud aunque para ello debiese entregar todos sus bienes. Si le preguntas a un estudiante qué es lo que le gustaría te dirá que pretende un trabajo envidiable, una buena esposa y una casa amplia. Si les preguntas a algunos ricos acerca de sus anhelos te dirán que desean seguir incrementando sus riquezas para tener más que fulano y mengano. Así es la naturaleza humana, el que posee poco no lo acepta y el que tiene mucho no se satisface con lo que posee, son los deseos mundanales que no tiene fin. El Mensajero de Allah r dijo: “Si el hijo de Adán tuviese un valle colmado de palmeras desearía tener otro valle más, luego otro más, hasta desear muchos valles colmados de palmeras, y sólo llena el interior del hijo de Adán el polvo” (Transmitido porAhmad e Ibn Hibbán), significa que la gente continúa buscando bienes y satisfacer sus deseos mundanales hasta que lo toma la muerte y su interior es colmado por el polvo de su tumba.

Muchos, a pesar de saber esto, pasan toda su vida tratando de cumplir sus sueños y anhelos. Puede que Allah le conceda a algunos la posibilidad de cumplirlos, pero hay un grupo que no les será posible lograrlos ni son tenidos en cuenta sus deseos ¿Quiénes son estos y por qué no pueden llegar a cumplir sus deseos?

En cuanto al grupo que no puede lograr sus metas son aquellas personas que son rehenes de sus pecados, son como forasteros en un viaje, éstos son los difuntos.

¿Qué es lo que desean los muertos? ¿Quién puede informarnos acerca de sus anhelos? Son personas que han podido presenciar el Paraíso y el Infierno, a los ángeles de Allah, han accedido al mundo de lo oculto para los vivos, han conocido la realidad de la vida mundanal y de la Otra. Tienen la total certeza de que serán resucitados ¿Acaso pretenden regresar a la vida mundanal para disfrutar de ella o para incrementar sus posesiones?

Los anhelos de la mayoría de las personas es tener un buen trabajo, una buena esposa, un buen auto, una hermosa casa, poder viajar, disfrutar, y festejar. En cambio los muertos que han dejado este mundo y fueron seducidos en él por sus placeres, ¿qué es lo que desean? Prestemos atención a las palabras de Allah y de Su Mensajero r acerca de los deseos de los difuntos:

Primero: El difunto desea retornar a esta vida para realizar aunque sea dos raka´s, Abu Hurairah t narróque el mensajero de Allah r pasó frente a un tumba y preguntó: “¿De quién es esta tumba?” Y le dijeron: De fulano. Entonces dijo r: “Para él en este momento poder hacer dos raka´s le son más amadas que todo lo que hay en este mundo”. El difunto que no haya cumplido en algunas oportunidades con los preceptos desea que se le dé una oportunidad aunque sea para hacer dos raka´s y así aumentar sus buenas obras, esto porque no prestó atención en vida a las palabras del Profeta r: “La oración es lo mejor que hay, quien pueda realizar más oraciones que las haga”.

El difunto comprende al llegar a la tumba la importancia de la oración, por lo que se lamenta por los días e incluso las horas que perdió en banalidades y desaprovechó la oportunidad de obedecer a Allah.

Segundo: El difunto anhela retornar a la vida mundanal aunque sea por unos minutos y poder hacer caridades. Allah hace referencia a esta situación en la siguiente aleya: “Y dad en caridad parte de lo que os hemos provisto, antes de que la muerte sobrevenga a alguno de vosotros y entonces diga: ¡Oh, Señor mío! Concédeme un poco más de tiempo para que poder hacer caridades y así contarme entre los justos. Pero Allah no concederá otro plazo a ningún alma cuando le llegue su término prefijado, y Allah está bien informado de cuánto hacéis” (10:11). Se convencieron, pero ya tarde, de que la caridad es una de las obras más amadas por Allah, y de que el siervo será preguntado acerca de sus bienes, cómo los obtuvo y en qué los gastó. Es por ello que desearán poder volver a la vida para poder ayudar a los pobres y necesitados con los bienes que gastaron en satisfacer sus deseos. Dice Allah: “¡Oh, Señor mío! Concédeme un poco más de tiempo para poder hacer caridades y así contarme entre los justos” (63:10).

Tercero: El difunto desea volver a la vida mundanal para poder hacer buenas obras y así contarse entre lo siervos piadosos. Dice Allah en el Sagrado Corán: “Cuando la muerte les sorprenda [a los incrédulos y vean el castigo] dirán: ¡Oh, Señor mío! Hazme regresar a la vida otra vez, para [creer en Ti y] realizar las obras buenas que no hice. Pero no se les dará otra oportunidad, pues son sólo palabras [que no cumplirán]. Y permanecerán en ese estado [la muerte] hasta que sean resucitados” (23:99-100). Esta es la situación de quienes fueron negligentes en el cumplimiento de los mandatos divinos.

¡Hermanos! Cuando el creyente sea depositado en su tumba y se le albricie con el Paraíso y vea la morada que tiene reservada jamás deseará volver a la vida mundanal; todo lo contrario, deseará que llegue el momento de comparecer ante Allah para ingresar a la morada eterna que le aguarda como recompensa.

El Mensajero de Allah mencionó en un Hadiz la situación del siervo cuando responda a las preguntas de los dos ángeles en su tumba; dijo: “Entonces, un pregonero exclamará en los cielos que Allah dijo: ¡Mi siervo ha dicho la verdad! Abridle una puerta del Paraíso por donde le alcance su aroma, ensanchadle su tumba hasta donde llegue la vista. Luego se le presentará un hombre con un rostro agradable, lindas prendas y perfumado que le dirá: ¡Alégrate! Éste es el día que se te había prometido. Le preguntará: ¿Quién eres? Pues tu rostro es el de un albriciador; y le responderá: ¡Soy tus buenas obras! Entonces el difunto exclamará: ¡Señor mío! Haz que se precipite el Día del Juicio para poder entonces reencontrarme con mis seres queridos y recibir mi recompensa”.
En cuanto al incrédulo y al hipócrita, a pesar del terrible tormento que recibirán en la tumba, suplicarán: “¡Señor mío! No dejes que llegue el Día del Juicio”. Esto porque saben que después recibirán un castigo mucho peor.

El sura Ia Sin se menciona la historia de un siervo piadoso que fervientemente se dedicaba a exhortar a su pueblo a creer en Allah y en Sus Mensajeros, pero ellos lo rechazaron y lo asesinaron. A pesar de esto, al ver la recompensa que le aguardaba deseó que su pueblo supiese de la recompensa que iba a recibir y así creyese, dice Allah: “Y le fue dicho: Ingresa al Paraíso. Dijo: ¡Ojalá mi pueblo supiese que mi Señor me perdonó mis faltas, y me contó entre los honrados [en la bienaventuranza]!” (36:26-27).
El cuanto al difunto impío, cuando se vea rodeado por sus pecados dirá: “Mis anhelos mundanales no sirvieron de nada, qué pésimo ¡Señor mío! Permíteme regresar a la vida mundanal para poder resarcirme y obrar piadosamente”.

La mayoría de la gente se distrae de lo que le aguarda en la Otra Vida cuando se encuentran en situaciones de holgura, y no valoran esta gracia salvo cuando la pierden. Nosotros, los que aún estamos sobre esta Tierra, poseemos la más grande de las gracias que es la oportunidad de obedecer a Allah y aprovisionarnos con buenas obras, porque llegará un día donde nos lamentaremos por cada minuto desperdiciado.

Aprovechad el tiempo que os quede antes de que os sorprenda la muerte y os encontréis en la misma situación que los demás difuntos.

Cuando el musulmán visite el cementerio, debe detenerse frente a las tumbas y reflexionar en la situación que estarán atravesando sus moradores, imaginarse que un día ineludiblemente estará en las mismas condiciones: cubierto de tierra, sólo, y en penumbras. Cuando visites los cementerios, o participes de un funeral, no te olvides de reflexionar; no hables demasiado con la gente y recuerda la terrible situación que atraviesa el difunto, aprovechando así la oportunidad de estar vivo para recordar más a Allah y realizar obras piadosas.

¡Hermanos! Podemos ayudar a alivianarle la situación a nuestros difuntos pidiendo a Allah que los perdone y haciendo caridades y obras buenas en sus nombres.

Segunda Jutba:

Alabado sea Allah. Alabado sea el Altísimo por establecer el ayuno como una gracia. Atestiguo que no hay otra divinidad excepto Allah, Único, sin asociados, el Soberano y Todopoderoso. Y atestiguo que Muhammad es Su siervo y Mensajero, que la paz y las bendiciones sean con él, con su familia, compañeros y con todos aquellos que sigan la guía hasta el día del Juicio Final.

Temed a Allah y dedicad vuestras vidas a la adoración de Allah, sabed que todos los difuntos que no hayan cumplido con las órdenes divinas se morderán los dedos de la impotencia por no poder volver el tiempo atrás para resarcirse y realizar las obras que no hicieron.

Si quien desperdicia todo su tiempo en la distracción, el esparcimiento y la compañía de los desviados comprendiera la situación de los muertos, no desperdiciaría ni un minuto en banalidades. Si supiese cuánto le queda de vida se desprendería de todo lo mundanal y se abocaría a la adoración.

Apresúrate a arrepentirte antes de que seas convertido en polvo y te lamentes diciendo: “¡Cómo no hice obras buenas en mi vida!”, recordad a Allah y el Día de rendir cuentas: “[Precaveos de que os llegue el Día del Juicio y os lamentéis] Diciendo: ¡Qué pena! Ahora estoy perdido por haber desobedecido las órdenes de Allah, y realmente me contaba entre quienes se burlaban [del castigo]. O digáis [el Día del Juicio]: ¡Cómo desearía que Allah me hubiera guiado para contarme entre los piadosos! O digáis, cuando veáis el castigo: Si pudiera retornar [a la vida mundanal], entonces me contaría entre los benefactores. [Pero Allah dirá:] Ya se os presentaron Mis signos evidentes [en el Corán] pero los desmentisteis, os ensoberbecisteis, y fuisteis incrédulos. El Día de la Resurrección verás [¡Oh, Muhammad!] que los rostros de quienes desmintieron a Allah estarán ensombrecidos. ¿Acaso no es el Infierno la morada para los soberbios? Y Allah salvará a los piadosos y les concederá el triunfo [ingresándoles al Paraíso], y no los alcanzará el castigo [del cual se precavieron], ni se entristecerán jamás” (39:56-61).

Le rogamos a través de Sus sublimes nombres y atributos para que nos facilite prepararnos para el día de la partida. Aprovechad ya que estos días benditos pasan rápidamente y Allah en ellos duplica la recompensa de los actos. También aprovechad para arrepentiros sinceramente por todos los pecados que hayáis cometido, rezad el tarawih, leed el Corán, haced caridades y que la paz y las bendiciones sean con el Profeta Muhammad, su familia y compañeros.




Traducción de la jutba del viernes 14 de Ramadán de 1427 h. acorde al viernes 6 de octubre 2006 pronunciada por el Sheij Hamid Muhammad Waly en la Mezquita del Centro Cultural Islámico
"Custodio de las Dos Sagradas Mezquitas, Rey Fahd" en Buenos Aires

Centro Cultural Islámico
"Custodio de las Dos Sagradas Mezquitas" Rey Fahd




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