142- La batalla de Al-Ahzab (los aliados)

La batalla de Al-Ahzab (los aliados) Una vez más, la paz y la seguridad envolvían a la Península Arábiga, comenzando a experimentar un período de tranquilidad después de un año de guerras. Los judíos, sin embargo, con sus intrigas, complots y deslealtades, obtuvieron toda clase de humillaciones. Después de exiliarse en Jaibar, esperaban con mucha ansiedad los resultados de los conflictos entre los musulmanes y los idólatras. Contrariamente a sus deseos, los enfrentamientos favorecían a los musulmanes; por eso comenzaron una nueva etapa de conspiraciones para destruir definitivamente a los musulmanes. Pero eran demasiado cobardes para enfrentarlos abiertamente, entonces planearon un siniestro plan para llevar a cabo sus malvados objetivos. Veinte dirigentes judíos con algunas celebridades de Bani Nadir fueron a La Meca a negociar una perversa alianza con Quraish. Comenzaron estimulando a la gente para que ataquen al Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- prometiéndoles su total apoyo y asistencia. La gente de Quraish, que cobardemente evitaron enfrentarse a los musulmanes en la segunda batalla de Badr, tenían ahora la oportunidad de redimirse, demostrando honor para recobrar su debilitada reputación. La misma delegación se entrevistó con la tribu de Gatafán, para convocarlos a lo mismo, respondiendo éstos, positivamente. La delegación judía recorrió distintas zonas de Arabia para convencer a las distintas tribus de incrédulos a que se unan y destruyan al Profeta -salla Allah aleihi wa salam- su Mensaje y a todos los creyentes en Allah. Quraish, Kinanah y otros aliados de Tihama, en el sur, se reunieron y enrolaron a cuatro mil hombres bajo el liderazgo de Abu Sufian. Del Este participaron las tribus de Banu Salim, Gatafán, Banu Murrah, y otras. Todas marcharon hacia Medinah y se juntaron cerca de ella en un lugar ya preestablecido. Era un gran ejército formado por diez mil soldados. De hecho, sobre pasaban en número a todos los musulmanes de Medinah, incluidos mujeres, niños y ancianos. La verdad es que si hubiesen atacado Medinah sorpresivamente, hubiesen exterminado a todos los musulmanes. Sin embargo, la autoridad dentro de la ciudad estaba alerta gracias a la fuerza de inteligencia que seguía de cerca los movimientos del enemigo y reportaban sus movimientos a los que estaban a cargo en Medinah. El Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- convocó una reunión de urgencia para tratar con total precaución el plan más conveniente para defender Medinah. Después de una prolongada conversación con los líderes militares y con la gente, se acordó seguir la propuesta de Salman Al-Farisi, de cavar fosas para la defensa. Los musulmanes, con el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- a la cabeza dándoles coraje, colaborando con ellos y recordándoles la gran recompensa de la Otra Vida. Con mucho trabajo duro comenzaron a cavar las fosas alrededor de Medinah. El hambre y todas las dificultades no disminuyeron en nada el valor, el ímpetu de ellos para cumplir con sus objetivos. Salman había dicho: '¡Oh Mensajero de Allah! Cuando nos iban a atacar en Persia, solíamos cavar fosas para defendernos' Realmente fue un sabio y extraordinario plan. El Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- rápidamente dio las órdenes para implementar el proyecto. Treinta y seis metros de fosa para cavar le fueron asignados a cada grupo de diez personas. Sahl bin Sa'd dijo: 'Estábamos junto a Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- los hombres cavábamos y solíamos cargar la tierra en nuestras espaldas' Algunos acontecimientos que demostraban la veracidad de la profecía aparecieron en el proceso de la excavación. Yabir bin Abdullah, viendo al Profeta -salla Allah aleihi wa salam- con mucho hambre, sacrificó un cordero, cocinó algo de cebada y le pidió al Profeta -salla Allah aleihi wa salam- junto a algunos de sus compañeros, que acepten la invitación. Pero el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- reunió a todos los que trabajaban en la excavación, que eran aproximadamente mil personas, y la comida alcanzó para todos ellos e incluso sobró. Asimismo, una mujer entregó al Profeta -salla Allah aleihi wa salam- cierta cantidad de dátiles, los puso sobre su túnica y estos se incrementaron alcanzando para que coman todos. Otra muestra milagrosa de la Profecía fue que se encontraron con una gran roca que les impedía seguir excavando. El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- tomó la pala y al tocar la roca, ésta se convirtió inmediatamente en arena. En otra versión, Al-Bara dijo: 'En el día de Al-Jandaq (la fosa) nos topamos con una gran roca que era muy dura para que nosotros la podamos partir. Entonces fuimos a ver a Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- buscando una solución. Entonces tomó la pala y golpeando la roca dijo: ''En el Nombre de Allah, Allah es el más Grande, las llaves se Ash-Sham (Siria) me pertenecen, juro por Allah, que puedo ver sus palacios en este momento'', en el segundo golpe pronunció: ''Allah es el más grande, Persia me pertenece, juro por Allah, que puedo ver ahora el palacio blanco de Madain''; y cuando golpeó la roca por tercera vez, esta se hizo añicos. Dijo: ''Allah es el más Grande, se me han otorgado las llaves del Yemen, juro por Allah, que puedo ver las puertas de San'a mientras estoy en este lugar''. La zona norte de Medinah era la más vulnerable, los demás lugares estaban rodeados de montañas y huertos con palmeras, el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- en el rol de experto estratega militar, comprendió que los aliados marcharían en esa dirección, por eso se cavó alrededor de la zona más vulnerable. Los musulmanes solían excavar durante el día y regresaban a sus hogares por la noche. Terminaron antes de que los idólatras, llegasen y se establecieran en las proximidades de Medinah en Al-Asÿal y Uhud. Allah menciona en el Corán cual fue la reacción de los creyentes al divisar finalmente a las tropas de los aliados que eran más de diez mil: ''Y cuando los creyentes vieron al ejército de Al-Ahzab (los aliados) dijeron: 'esto es lo que Allah y Su Mensajero nos han prometido, y Allah y Su Mensajero dijeron la verdad, y esto no hizo sino aumentarles la fe y su sumisión a Allah'' (33: 22) .

....Tres mil musulmanes, liderados por Muhammad -salla Allah aleihi wa salam- salieron a enfrentarse con el enemigo politeísta, con la absoluta convicción de la victoria proveniente de Allah. Se ubicaron en la montaña de Sila' con la fosa como barrera entre ellos y los incrédulos. Cuando intentaron atacar a los musulmanes y destruir Medinah, los incrédulos se sorprendieron al ver una profunda fosa, esto era una estrategia desconocida por ellos. Consecuentemente, decidieron sitiar Medinah comenzando a buscar alrededor de la fosa algún lugar vulnerable que les permitiera acceder a la ciudad. Para impedir al enemigo que se aproximara o encuentre alguna entrada, los musulmanes arrojaban flechas. Los veteranos de guerra de Quraish estaban disgustados por esta situación esperando en vano una resolución favorable. Entonces decidieron que un grupo de combatientes liderados por Amr bin Abdel Uudd, Ikrima bin Abi Yahl y Dirar bin Al-Jattab, busquen una solución. De hecho, sus jinetes ocuparon una zona pantanosa entre la fosa y la montaña de Sila'. Amr desafió a los musulmanes a un duelo y Ali bin Abi Talib fue designado para que lo enfrente. Luego de un corto pero feroz encuentro, Ali mató a Amr obligando a los otros a que huyan con terror y pánico. No obstante, algunos días más tarde, los incrédulos intentaron desesperados ataques que no tuvieron resultado, debido a la heroica y valerosa firmeza que demostraron los musulmanes. Durante los acontecimientos ocurridos en la batalla del fosa o de la fosa, el Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- no pudo observar la oración en su debido tiempo. Yabir narró: ''En el día de la batalla de la fosa Omar bin Al-Jattab maldijo a los incrédulos de Quraish y dijo: 'Oh Mensajero de Allah no he podido rezar la oración de la tarde y el sol se ha ocultado' El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- le dijo: ''Por Allah, tampoco pude rezar''. El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- fue a Buzán, realizó la ablución y rezó la oración de la tarde, luego de la misma rezó la oración del anochecer'' Estaba tan indignado que invocó la ira de Allah sobre sus enemigos y le pidió que llene sus casas y tumbas con fuego porque le habían impedido realizar la oración de la tarde en su debido momento. Fue narrado por Ahmad que debido a los contratiempos de la batalla no pudo rezar las oraciones del mediodía, tarde, anochecer y noche sino que las junto por la noche. Las diferentes narraciones demuestran que esa situación duró algunos días. (Sahih Al-Bujari 2/590) Claramente vemos que debido a la fosa ubicada entre los dos bandos, no hubo un enfrentamiento directo, pero si actividades militares como intercambio de flechas y, a causa de ello, murieron pocos soldados, siendo las bajas de seis musulmanes, diez incrédulos y uno o dos muertos en enfrentamiento con espadas. Durante los acontecimientos de la batalla, Sa'd bin Mu'adh fue alcanzado por una flecha que penetró en su arteria. Dándose cuenta que estaba próximo a morir le pidió a Allah lo siguiente: ''¡Oh Allah! Sabes que nada es más querido para mi corazón que esforzarme en Tu camino enfrentando a esa gente (los incrédulos) que insultaron a Tu Mensajero y lo expulsaron de su ciudad. ¡Oh Allah! creo profundamente que has ordenado que los combatamos, entonces si hay más luchas contra ellos, permíteme estar con vida para continuar enfrentándolos. Si han finalizado, te pido que las reinicies para que pueda morir en ellas'' (Mujtasar Sirat Ar-Rasul, pág. 287; Sahih Muslim 1/227) Concluyó su ruego pidiéndole a Allah no morir hasta vengarse completamente de Banu Quraidha. .