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| Métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir errores a la gente (3) | |
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| Tema: Métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir errores a la gente (3) Jue Oct 06, 2011 9:47 am | |
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Los métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para tratar con los errores de la gente
►1 – Apresurarse a tratar con los errores de la gente, y no postergarlo.
El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) solía apresurarse a corregir los errores de la gente, porque no era lícito para él demorar el consejo o la corrección de una situación incorrecta. Su tarea era explicar la verdad a la gente, enseñarles a hacer el bien, y prevenirles para que no hagan el mal. Entonces él se apresuraba a corregir a la gente en muchas ocasiones, como hemos visto en la historia del hombre que no estaba realizando la oración apropiadamente, la mujer majzumi que había robado, Ibn al-Latbíyah, Usamah, los tres que querían excederse en el culto religioso, y otros. Estas historias serán relatadas en el curso de este análisis, si Dios quiere. No corregir los errores de la gente en el momento oportuno va en contra de los intereses del Islam, y acarrea el riesgo de perder la oportunidad más conveniente.
►2 – Corregir los errores explicando las normas de la legislación.
Yarhad (r-a) narró que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) pasó por donde él estaba cuando vio su muslo descubierto. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) le dijo: “Cubre tu muslo, porque es una de tus partes íntimas por las que debes sentir pudor (‘awra)”. Sunan at-Tirmidhi, No. 2796. At-Tirmidhi dijo: “es un reporte bueno y auténtico
►3 – Remitir a la gente de vuelta al Islam cuando cometen errores, y señalarles el principio concreto que están vulnerando.
Cuando alguien se consiente los errores y los pecados, no toma en cuenta los principios islámicos. En ese momento, reiterar los principios islámicos y recordarlos en voz alta puede ser una forma efectiva de detener a la persona y sacarlo de su distracción y negligencia, en la que está inmerso. Cuando vemos lo que sucedió entre los musulmanes emigrantes de La Meca y los de Medinah a causa de las intrigas sembradas por los hipócritas, vemos un ejemplo de cómo el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) usó esta estrategia. Al-Bujari (que Allah tenga misericordia de él) reportó en su Sahih que Yábir (ra) dijo:
“Salimos en una campaña militar con el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam), y algunos de los emigrantes iban con él, y eran muchos. Entre los emigrantes había un hombre que era muy bromista. Él empujó a uno de los medinenses (en broma), y el medinense se enojó mucho con él y llamó a otros para que lo apoyen, diciendo: “¡Oh, medinenses!”, y el emigrante mecano dijo “¡Oh, emigrantes!”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) llegó y dijo: “¿Qué es esta llamada del tiempo de la ignorancia preislámica?”. Luego preguntó: “¿Cuál es el problema con él?”, y le dijeron cómo el emigrante había empujado al medinense en el hombro. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Olvídense de eso, porque el tribalismo es malvado”. Fáth, 3518
De acuerdo a un reporte narrado por Muslim, dijo: “Que un hombre ayude a su hermano tanto si es oprimido como opresor; si es opresor, que lo ayude deteniéndolo, y si es víctima de la opresión, que acuda en su ayuda”. Sahih Muslim, No. 2584
►4 – Corregir los errores causados por una concepción equivocada.
En la obra Sahih al-Bujari, Humaid ibn Abi Humaid at-Tawil reporta que él oyó a Anas ibn Málik (ra) decir: “Llegaron tres personas a las casas de las esposas del Profeta (sallalahu aleihi wasalam), preguntando acerca de cómo el Profeta realizaba sus actos de culto. Cuando se les informó, ellos pensaron que era poco. Dijeron: “¿Quiénes somos nosotros, comparados con el Profeta? Todos sus pecados pasados, presentes y futuros le han sido perdonados” (Ellos pensaron que quien no sabe que sus pecados han sido perdonados necesita hacer más que el Profeta mismo). Uno de ellos dijo: “Yo voy a rezar cada noche a partir de ahora”. Otro dijo: “Yo, voy a ayunar el resto de mi vida y nunca voy a romper mi ayuno”. El tercero dijo: “Yo me apartaré de las mujeres y jamás me casaré”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) llegó luego, fue a donde ellos y les dijo “¿Ustedes han sido quienes dijeron tal y tal cosa? ¡Por Allah! Yo soy quien más teme a Dios entre ustedes, y sin embargo, yo ayuno, y luego rompo mi ayuno; rezo, y luego descanso; y también me caso con mujeres”.
Muslim reportó de Anas que un grupo de los compañeros del Profeta (que Allah esté complacido con todos ellos) le preguntaron a las esposas del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) sobre lo que él hacía en privado. Uno de sus compañeros dijo: “Yo nunca me casaré”. Otro dijo: “Yo nunca comeré carne”. Otro dijo: “Yo nunca dormiré en una cama”. El Profeta Muhámmad (sallalahu aleihi wasalam) alabó y agradeció a Dios, y dijo: “¿Qué es lo que pasa con alguna gente que dice esto y lo otro? Sobre mí, yo rezo y también duermo; ayuno y también rompo mi ayuno; y también me caso con mujeres. Quien se aparte de esta, mi tradición, no es de los míos”. Sahih Muslim, No. 1041
Aquí podemos señalar los siguientes puntos:
■ El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) fue donde ellos y les habló directamente: cuando él quería enseñarle a la gente, no los llamaba por el nombre ni los exponía, simplemente decía “¿Cuál es el problema con la gente que hace tal y tal cosa?”, y de esta forma, él era gentil con ellos y los cubría, mientras al mismo tiempo actuaba por un interés común al enseñarles y corregirlos.
■ El reporte describe una averiguación sobre las buenas acciones de alguien piadoso a quien se desea emular. Investigar tales cosas es un signo de un corazón sano y de que la persona hace esfuerzos por mejorar y auto-superarse.
■ El reporte indica que cuando es necesario aprender sobre los asuntos de la religión es permisible aprender de las mujeres.
■ No hay nada de malo con que una persona hable acerca de sus propios méritos y cualidades, en tanto y en cuanto no haya un componente de presunción y jactancia, y sea para beneficio de otros.
■ También aprendemos que llevar el culto religioso a los extremos puede causar que la persona se torne aburrida e indolente, lo cual puede conducir a abandonar el culto completamente; la mejor de las cosas es la moderación. Ver al-Fáth, 9/104
■ Los errores generalmente se cometen como resultado de equivocaciones de concepto; si se corrigen las ideas, los errores disminuirán. Queda claro en el reporte que la razón por la cual estos compañeros tomaron esas decisiones extremas fue porque pensaban que debían buscar más allá de las acciones del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) en el culto religioso para alcanzar la salvación, porque a él se le había dicho que todos sus pecados le habían sido perdonados, y que ellos no tenían esa ventaja. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) los corrigió, y les dijo que aún cuando él fuera perdonado, él era quien más temía a Dios en la humanidad, y les ordenó seguir su tradición y ejemplo.
Algo similar ocurrió a otro compañero del Profeta (sallalahu aleihi wasalam), cuyo nombre era Kahmas al-Hiláli , quien narró su historia:
“Yo me convertí al Islam y acudí al Profeta (sallalahu aleihi wasalam) y le dije que me había convertido al Islam. Estuve fuera por un año, durante el cual me puse muy delgado, y cuando volví, me miró de arriba abajo. Le dije: “¿No me reconoces?”. Él me preguntó: “¿Quién eres?”, y le respondí: “Soy Kahmas al-Hiláli”. Me preguntó: “¿Qué te pasó?”, y le respondí: “Luego de que te vi, no he pasado un día sin ayunar, y no he vuelto a dormir por las noches”. Él me dijo: “¿Quién te dijo que te tortures así? Ayuna el mes de la paciencia (es decir, Ramadán), y un día cada mes además de eso”. Yo le dije: “Déjame hacer más”. Él dijo: “Ayuna el mes de la paciencia, y dos días cada mes además de eso”. Yo le dije: “Déjame hacer más, yo soy capaz de eso”. Y él me respondió: “Ayuna el mes de la paciencia, y tres días cada mes, además de eso”. Musnad at-Taiálisi. Reportado por at-Tabaráni en al-Kabir, 19/194, No. 435. También en as-Sílsilat as-Sahiha, No. 2623
Algunos errores de interpretación pueden estar basados en cómo uno juzga a la gente y los considera. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) solía corregir muy a menudo esto en la gente. En Sahih al-Bujari, hay un reporte de Sáhl ibn Sa’d as-Sá’idi, quien dijo: “Un hombre pasó cerca del Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam), entonces él le preguntó a quien estaba sentado con él: “¿Qué piensas de ese hombre?”. Él dijo: “Es uno de los más nobles entre la gente. Por Allah, si él propone matrimonio, merece ser aceptado, y si él intercede, merece que su intercesión sea aceptada”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) no dijo nada. Entonces otro hombre pasó por donde ellos estaban y el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) le volvió a preguntar: “¿Qué piensas de ese hombre?”. El hombre dijo: “Mensajero de Allah, él es uno de los musulmanes pobres. Si él propone matrimonio no merece que se le acepte, y si intercede, no merece que su intercesión sea aceptada, y si habla no merece ser oído”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Este hombre es mejor que una tierra llena de hombres como el anterior”. Al-Fáth, 6447
De acuerdo a un reporte narrado por Ibn Máyah: un hombre pasó por donde estaba el Profeta (sallalahu aleihi wasalam), y el Profeta le dijo a sus compañeros:
“¿Qué piensan de ese hombre?”. Ellos dijeron “Pensamos que es de los más nobles que hay entre la gente. Si propone matrimonio, merece que se le acepte, y si intercede, merece que su intercesión sea aceptada, y si habla, merece ser oído”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) no dijo nada. Otro hombre pasó y el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) preguntó: “¿Qué piensan de ese hombre?”. Ellos respondieron: “Por Dios, Mensajero de Allah, él es uno de los musulmanes pobres. Si él propone matrimonio no merece que se le acepte, y si intercede, no merece que su intercesión sea aceptada, y si habla no merece ser oído”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Este hombre es mejor que una tierra llena de hombres como el anterior”. Sunan Ibn Mayah, ‘Abd al-Baqi edn., No. 4120
►5 – Corregir los errores recordándole a la gente abundantemente temer a Dios.
Yundub ibn ‘Abd Allah al-Bajali reportó que el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) envió a un grupo de musulmanes a luchar con algunos idólatras, y se encontraron con ellos en batalla. Uno de los idólatras fue emboscado por los musulmanes, que lo mataron. Uno de los musulmanes quiso atraparlo para matarlo. Yundub dijo: “Solíamos pensar que ese hombre había sido Usama ibn Zaid. Cuando él levantó su espada, el idólatra dijo “La iláha ílla Allah”, pero (Usama) lo mató. Un mensajero llegó al Profeta (sallalahu aleihi wasalam) y le reportó lo que había pasado en la batalla. Cuando le contaron lo que había sucedido con el idólatra que dijo “la ilaha ílla Allah”, el Profeta Muhámmad (sallalahu aleihi wasalam) le preguntó a Usama: “¿Por qué lo mataste?”. Él respondió: “Oh, Mensajero de Allah, él había causado muchas penas a los musulmanes, mató a tal y tal…” (y nombró a algunas personas). Cuando vio que lo iba a matar, dijo “la ilaha ílla Allah” (para salvarse). El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) le preguntó: “¿Y entonces lo mataste?”. Usama dijo “Sí”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo:
“¿Qué harás cuando “la ilaha ílla Allah” venga en el Día de la Resurrección?”. Usama dijo: “Oh, Mensajero de Allah, pide perdón por mí”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) simplemente dijo: “¿Qué harás cuando “la ilaha ílla Allah” venga en el Día de la Resurrección?”, y no dijo más que eso. Reportado por Muslim, ‘Abd el-Baqi edn., No. 97.
De acuerdo a un reporte narrado por Usama ibn Zaid, quien dijo: “El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) nos envió en una campaña militar y llegamos a al-Haraqát cerca de Yuhainah, en la mañana. (Durante la batalla) Acorralé a un contendiente, quien dijo “la ilaha illa Allah”, pero lo maté. Luego, me sentí mal acerca de eso, y se lo mencioné al Profeta (sallalahu aleihi wasalam). El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “¿Él dijo “la ilaha ílla Allah” y tú lo mataste?”, y yo respondí: “Oh, Mensajero de Allah, él sólo dijo eso para salvarse de la muerte”. Y él me respondió: “¿Cómo puedes estar tan seguro de lo que había dentro de su corazón? ¿Cómo puedes saber si él era sincero o no?”… Él continuó repitiendo esto, hasta que yo deseé no haberme convertido al Islam hasta este día (porque abrazar el Islam borra todos los pecados anteriores)”. Reportado por Muslim, No. 69
Un punto que puede incluirse bajo el título de Recordatorios, es recordar a la gente el poder de Allah. Un ejemplo de esto es lo siguiente:
Muslim (que Allah tenga misericordia de él) reportó que Abu Mas’ud al-Badri dijo:
“Estaba golpeando un esclavo con un látigo, y oí una voz detrás de mí diciendo “¡Escucha, Abu Mas’ud!”. No puse ninguna atención, porque estaba furioso. Cuando la voz se acercó a mí, me di cuenta que era el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam), y él me estaba diciendo “Escucha Abu Mas’ud, ¡Escucha Abu Mas’ud!”. Solté entonces el látigo (según otro reporte: “el látigo cayó de mi mano por respeto a él”). Él me dijo: “Escucha Abu Mas’ud, Dios tiene más poder sobre ti del que tú tienes sobre este esclavo”. Yo dije: “¡No volveré a golpear a un esclavo nunca más!” (De acuerdo a otro reporte habría dicho: “¡Por Dios, que él queda libre por Su causa!”). Él me dijo: “Si no hicieras eso, el Fuego del Infierno habría soplado en tu rostro y te habría alcanzado”.
De acuerdo a otro reporte narrado por Muslim, el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) habría dicho: “Ciertamente Dios tiene más poder sobre ti del que tú tienes sobre él. Por lo tanto, libéralo”. Sahih Muslim, No. 1659
Abu Mas’ud al-Ansari dijo: “Estaba golpeando un esclavo que tenía, cuando oí una voz detrás de mí diciendo “¡Escucha, Abu Mas’ud! ¡Escucha, Abu Mas’ud!”. Me di vuelta y vi que era el Mensajero de Allah . Me dijo: “Escucha Abu Mas’ud, Dios tiene más poder sobre ti del que tú tienes sobre él…”, y no volví a golpear a un esclavo después de eso”. Reportado por at-Tirmidhi, No. 1948. Abu ‘Isa dijo: “Es un reporte bueno y auténtico
Sigue abajo
Extraído del libro: Los métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir los errores de la gente Muhámmad Salih Al-Munayyid Traducción y edición Lic. M. Isa García y Moammar Darman .
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Última edición por Admin el Jue Oct 06, 2011 7:34 pm, editado 1 vez | |
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| Tema: Re: Métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir errores a la gente (3) Jue Oct 06, 2011 9:52 am | |
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►6 – Mostrar compasión por quien comete un error.
Esto se aplica en el caso de quien merece compasión, quien siente remordimiento y muestra que se ha arrepentido, como sucede algunas veces cuando la gente hace preguntas y averigua, como en la siguiente historia. Ibn ‘Abbás reportó que un hombre que había divorciado a su esposa a través del zihar (A través de una frase: “Tu eres para mí como la espalda de mi madre”). y luego tuvo relaciones con ella, entonces acudió al Profeta (sallalahu aleihi wasalam) y dijo: “Oh, Mensajero de Allah, yo divorcié a mi esposa por zihar y luego tuve mantuve relaciones sexuales con ella antes de ofrecer una expiación”. Él dijo: “¿Qué te hizo hacer eso, Dios se apiade de ti?”. Él dijo: “Vi sus pulseras bajo la luz de la luna”. Él dijo: “Entonces no te acerques a ella hasta que hayas hecho lo que Dios te ordena”. Abu ‘Isa dijo: “Es un reporte bueno y auténtico, pero extraño”. Sunan Tirmidhi, No. 1199
Abu Hurairah (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Mientras estábamos sentados con el Profeta (sallalahu aleihi wasalam), un hombre vino y le dijo: “Oh, Mensajero de Allah, ¡estoy condenado!”. El Profeta le preguntó: “¿Qué pasa contigo?”. Él respondió: “Mantuve relaciones con mi esposa mientras estaba ayunando”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “¿Eres capaz de liberar un esclavo?”. Él dijo: “No”. Preguntó: “¿Puedes ayunar por dos meses consecutivos?”. Él dijo: “No”. “¿Tienes los recursos para alimentar a sesenta pobres?”. Él dijo: “No”. El Profeta Muhámmad (sallalahu aleihi wasalam) no dijo más nada sobre el asunto por unos momentos, y mientras estábamos así sentados, le trajeron una gran canasta de dátiles al Profeta (sallalahu aleihi wasalam). Él dijo: “¿Dónde está el que preguntaba?”. El hombre dijo: “Aquí estoy”. El Profeta dijo: “Toma esto y dalo en caridad”. El hombre dijo: “¿Acaso hay alguien más pobre que yo en Medinah, Oh, Mensajero de Allah? Por Allah, que no hay familia más pobre que la mía”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) se rió, hasta que se le vieron las muelas, y entonces dijo: “Alimenta entonces a tu familia con esto”. Reportado por al-Bujari, Fáth, 1936
Esta persona que había cometido un error y llegó para preguntar, no estaba bromeando ni tomando el asunto a la ligera. Él sintió un gran remordimiento y culpa, como queda claro por su declaración cuando dijo: “¡Estoy condenado!”. Por esta razón, él mereció compasión. El reporte narrado por Áhmad (que Allah tenga misericordia de él) esclarece la afirmación del hombre aún más:
“Abu Hurairah reportó que un beduino llegó, golpeó sus mejillas y se tiró del cabello, diciendo: “¡Estoy seguro, estoy condenado!”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) le dijo: “¿Qué hace que estés condenado?”. Él respondió: “Mantuve relaciones con mi esposa mientras estaba ayunando”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “¿Puedes liberar un esclavo?”. Él dijo: “No”. Preguntó: “¿Puedes ayunar por dos meses consecutivos?”. Él dijo: “No”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) le preguntó: “¿Puedes alimentar a sesenta pobres?”. Él dijo: “No”, y mencionó lo pobre que era. Una gran canasta que contenía quince palmos de dátiles, le fue traído al Profeta (sallalahu aleihi wasalam). Él dijo: “¿Dónde está el hombre…?”. El Profeta le dijo: “Toma esto y alimenta a los pobres con ello”. El hombre dijo: “Oh, Mensajero de Allah, no hay familia más pobre que la mía en Medinah”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) se rió, hasta que se le vieron las muelas, y entonces dijo: “Alimenta entonces a tu familia”. Al-Musnad, 2/516. Al-Fáth ar-Rabáni, 10/89
►7 – No apresurarse a decirle a la persona que está haciendo mal.
A ‘Umar ibn al-Jattáb le sucedió algo de lo que luego él diría: “Oí a Hisham ibn Hákim ibn Hizám recitar Surat al-Furqán durante la vida del Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam). Yo escuché su recitación, y él estaba recitando diferente de lo que recitaba el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam). Casi interrumpo su oración, pero esperé hasta que terminó. Luego lo agarré por su capa y le dije: “¿Quién te enseñó a recitar este capítulo del Corán como lo recitaste?”. Él respondió: “El Mensajero de Allah me enseñó”. Yo le dije: “¡Estás mintiendo! El Mensajero de Allah me enseñó a recitarlo diferente”.
Se lo llevé al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) y le dije: “Lo oí recitando Surat al-Furqán en una forma diferente de la que tú me enseñaste a recitarla”. El Mensajero de Allah dijo: “A ver, vamos a ver. Recítala, Oh Hisham”. Él recito el capítulo como yo se lo había oído recitar. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo “Así es como ha sido revelado”. Luego dijo: “Recita, Oh ‘Umar”. Entonces yo recité como él me lo había enseñado. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Así es como ha sido revelado. El Corán fue revelado con siete formas de recitación, por lo tanto, recítenlo en la forma que les sea más fácil”. Reportado por al-Bujari, al-Fáth, 4992
Entre los métodos educativos que aprendimos de esta historia están los siguientes:
■ Pedirle a alguien que recite frente a otro y aprobar su recitación fue más efectivo para confirmar que ambos estaban en lo correcto, y ninguno estaba equivocado. ■ Cuando el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) le dijo a ‘Umar que dejara ir a Hisham, preparó a ambas partes para escucharse con calma. Esto es una indicación de que ‘Umar radia Allah anhu se había apresurado. ■ Una persona que está buscando el conocimiento no debe apresurarse a condenar ninguna opinión que difiera de lo que le es familiar; debe primero asegurarse de lo que la otra persona está diciendo, porque puede ser una opinión válida para muchos eruditos.
Otro punto relevante es que uno no debe apresurarse a castigar a alguien cuando comete un error, como veremos en la siguiente historia:
An-Nasá’i (que Allah tenga misericordia de él) reportó de ‘Abbád ibn Sharhabíl quien dijo: “Llegué con mi tío paterno a Medina, y entré en uno de los jardines de la ciudad. Tomé unas espigas de trigo, y el propietario del jardín salió, me quitó la capa y me golpeó. Yo acudí al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) pidiéndole ayuda. Él mandó a buscar al hombre y lo trajeron ante él. Él le dijo: “¿Por qué hiciste eso?”. Él dijo: “Oh, Mensajero de Allah, él entró en mi jardín y tomó algo de mi trigo, y lo robó”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “No le enseñaste, en caso de que fuera ignorante; y no lo alimentaste, en caso de que estuviera hambriento. Devuélvele su capa”. Y el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) ordenó que me dieran una medida o media medida de trigo”. An-Nasá’i, al-Muytabá, Kitab ‘Adáb al-Qudát, Bab al-Isti’da'; Sahih Sunan an-Nasá’i, No. 4999
De esta historia aprendemos que debemos averiguar las circunstancias de quien está cometiendo un error para que sepamos cual es la forma correcta de dirigirnos a él.
También debemos notar que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) no castigó al propietario del jardín, porque él tenía derecho, pero había manejado mal el asunto. Le señaló la forma en que debería haber tratado a quien no sabía qué era lo mejor o lo inapropiado en tales circunstancias, entonces le enseñó cómo manejar el asunto apropiadamente, y le dijo que le devolviera la vestimenta que le había quitado al hombre hambriento.
►8 – Permanecer en calma cuando se corrige a la gente, especialmente cuando ser demasiado rudo podría empeorar las cosas y perjudicar más que ayudar.
Podemos aprender esto observando cómo el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) corrigió el error cometido por el beduino que orinó en la mezquita, como fue reportado por Anas ibn Málik, quien dijo:
“Mientras estábamos en la mezquita con el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam), un beduino llegó, se paró, y orinó en la mezquita. Los compañeros del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) le dijeron: “¡Detente, detente!”, pero el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “No lo interrumpan, déjenlo”. Entonces ellos lo dejaron hasta que terminó de orinar, y entonces el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) lo llamó y le dijo: “En estas mezquitas nadie tiene el derecho de orinar o defecar; son sólo para recordar a Dios, rezar, y recitar el Corán”. Entonces ordenó que trajeran un poco de agua y la arrojaran sobre la orina, y así se hizo”. Sahih Muslim, No. 285
El principio que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) siguió aquí fue tratar al hombre gentilmente, no ser rudo con él. Al-Bujari reportó de Abu Hurairah (ra): “Un beduino orinó en la mezquita, y la gente se apresuró a detenerlo. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) les dijo: “Déjenlo terminar, y arrojen un cántaro de agua sobre eso. Ustedes han sido enviados para facilitar las cosas a la gente, no para dificultárselas”. Fáth, 6128
Los compañeros del Profeta (que Allah esté complacido con ellos), eran muy afectos a denunciar el mal cuando lo veían y a mantener la mezquita limpia y pura, como indican varios de estos reportes, que los describen gritándole, intentando detenerlo, reprendiéndolo y apresurándose a corregirlo, o diciéndole “¡Detente!” (Yami’ al-Usul, 7/83-87 )
Pero el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) pensó en las consecuencias posibles de las dos acciones, detenerlo, o dejarlo. Si ellos intentaban detenerlo, forzando al hombre a dejar de orinar, podían lastimarlo, y si él era incapaz de parar de orinar y lo arrastraban les temía, su orina se habría esparcido por toda el área de la mezquita y por las ropas del hombre. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) tenía la capacidad de prever que dejar que el hombre terminase de orinar era el menor de dos males, especialmente porque el hombre ya había comenzado a hacerlo, y era más fácil limpiarlo luego. Por lo tanto le dijo a sus compañeros que lo dejaran, y que no lo interrumpieran. Hizo esto porque era lo mejor, y para evitar un mal peor, escogiendo un mal menor.
También se reportó que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) le preguntó al hombre por qué había hecho eso. At-Tabaráni reportó en al-Kabir que Ibn ‘Abbás dijo: “Un beduino llegó a donde el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) y le juró fidelidad en la mezquita. Luego fue y comenzó a orinar. La gente quiso detenerlo, pero el Profeta dijo “No molesten a un hombre que está orinando”. Luego le preguntó el Profeta: “¿Eres musulmán?”. Él dijo: “Por supuesto”. “¿Por qué orinaste aquí en nuestra mezquita?”. Él dijo: “Por Quien te envió con la verdad, pensé que este era como cualquier otro lugar, entonces oriné en él”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) mandó a traer un cántaro con agua para que lo virtieran y limpiaran el lugar donde orinó”. Reportado por at-Tabaráni en al-Kabir, No. 11552, vol. 11, p. 220. Al-Haizami dijo en al-Maymu’: “Sus narradores son confiables”, 2/10.
Esta sabia manera de tratar con el problema fue muy efectiva para el beduino, como resulta claro por su reacción. Ibn Máyah reportó que Abu Hurairah dijo: “Un beduino ingresó en la mezquita donde el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) estaba sentado, y dijo: “Oh Allah, perdóname y perdona a Muhámmad, y no perdones a nadie más”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Estás estrechando en algo que es vasto”. Entonces el beduino se fue a una parte alejada de la mezquita, abrió sus piernas y comenzó a orinar.
Luego de haber aprendido que eso no se hacía, el beduino dijo “Él se levantó, que mi madre y mi padre sean sacrificados por él, y no me reprendió ni me insultó. Sólo me dijo: “No orinamos en la mezquita; es sólo para rememorar a Dios, y para rezar”. Entonces él mandó a que trajeran un cántaro de agua y lo vertieran sobre la orina”. Sunan ibn Máyah, ‘Abd el-Baqi edn., 529; Sahih Ibn Máyah, 428
Ibn Háyar (que Allah tenga misericordia de él) mencionó en su comentario varias cosas que aprendemos de este reporte acerca del beduino, entre las cuales están las siguientes:
■ Debemos ser gentiles cuando tratamos con alguien ignorante y le enseñamos lo que necesita saber, sin reprenderlo, en tanto y en cuanto no esté actuando por terquedad. ■ El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) fue amable y lo trató con benevolencia. ■ La idea de tomar precauciones contra las impurezas estaba bien establecida ya en la mente de los compañeros del Profeta, que es la razón por la que se apresuraron a reprenderlo en presencia del Profeta (sallalahu aleihi wasalam), sin primero consultarle. La idea de encomendar el bien y prohibir el mal estaba también en sus mentes cuando hicieron esto. ■ Debemos también apresurarnos a evitar cualquier cosa censurable cuando no hay nada que nos detenga, porque cuando el hombre había terminado de orinar, el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dio instrucciones de limpiar el lugar con agua.
►9 – Explicar la seriedad del error cometido.
Ibn ‘Umar, Muhámmad ibn Ka’b, Zaid ibn Aslam y Qatádah, reportaron que durante la campaña de Tabuk, un hombre dijo (lo siguiente es una compilación de los reportes): “No hemos visto a nadie que amara más la comida y dijera más mentiras que nuestros recitadores, o alguien más cobarde en el campo de batalla” (Refiriéndose al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) y a sus compañeros). ‘Awf ibn Málik dijo: “¡Eres un mentiroso! Eres un hipócrita, y se lo comunicaré al Mensajero de Allah”. ‘Awf fue con el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) para decírselo, pero encontró que el Corán ya había comenzado a ser revelado acerca del asunto. Ese hombre fue al Profeta (sallalahu aleihi wasalam), quien estaba montando en camello, y le dijo: “Oh, Mensajero de Allah, sólo estábamos hablando tonterías y bromeando, sólo para pasar el tiempo”. Ibn ‘Umar (radia Allah anhum) dijo: “Es como si pudiera verlo colgando de las riendas del camello del Profeta, con las piedras golpeándole los pies, diciendo “¡Sólo estábamos bromeando!”, mientras el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) estaba recitando:
“Di: ¿Era de Allah, de Sus signos, y de Su Mensajero que se estaban burlando?” (at-Tawbah, 9:65). …ni más ni menos”.
Ibn Yarír reportó que Ibn ‘Umar (radia Allah anhum) dijo: “Durante la campaña de Tabuk un hombre dijo en una reunión: “No hemos visto a nadie que amara más la comida y dijera más mentiras que nuestros recitadores, ni alguien más cobarde en el campo de batalla” (Refiriéndose al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) y a sus compañeros). ‘Awf ibn Málik dijo: “¡Eres un mentiroso! Eres un hipócrita, y se lo comunicaré al Mensajero de Allah”. ‘Awf fue con el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) para decírselo, y el Corán ya había comenzado a ser revelado. ‘Abdalláh Ibn ‘Umar dijo: “Lo vi colgando de las riendas del camello del Profeta (sallalahu aleihi wasalam), con las piedras golpeándole los pies, diciendo “¡Sólo estábamos bromeando!”, mientras el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) estaba recitando: “Di: ¿Era de Allah, de Sus signos, y de Su Mensajero que se estaban burlando? (at-Tawbah, 9:65). Tafsir ibn Yarír at-Tabari, 14/33, Dar al-Kútub al-‘Ilmiah, primera edición, 1412. Sus narradores son confiables, excepto Shiháb Ibn Sa’d, de quien Muslim no reportó excepto un reporte corroborado, como en al-Mizán. Fue también reportado por at-Tabari con su cadena de transmisión, y hay otro reporte que lo corrobora con una cadena de transmisión registrada por Ibn Hátim, del reporte de Ka’b ibn Málik. Sahih al-Musnad min Asbab an-Nuzúl, p. 71.
►10 – Explicar los efectos dañinos del error.
Abu Za’labah al-Jashani dijo: “Cuando el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) interrumpía su viaje en un lugar, la gente se dispersaba en el valle o la montaña. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Que se dispersen en estos valles y montañas es algo que proviene de Satanás”. Después de eso nunca se detuvo en ningún lugar sin que todos ellos se mantuvieran juntos, tanto que si una capa fuera extendida sobre ellos, los cubriría a todos”. Reportado por Abu Dawud en sus Sunan, 2286
De acuerdo a otro reporte: “…hasta que podrías decir que si extendieras una capa sobre ellos, los cubriría a todos”. Áhmad, al-Fáth ar-Rabbáni, 14/44
Aquí podemos notar el interés del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) por sus compañeros, que era el interés de un líder por su tropa. La dispersión del ejército cuando acampaban era un truco de Satanás para hacer que los musulmanes se asusten y conducir al enemigo a atacarlos. Ver ‘Awn al-Ma’bud, 7/292
Dispersándose de esta manera harían más difícil que una parte del ejército auxilie a la otra. Ver Dalil al-Falihín, 6/130
También podemos notar que los compañeros del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) le obedecían en cualquier instrucción que él les diera.
Otro ejemplo de cómo el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) explicó cuán serio y peligroso puede ser un error, puede verse en el reporte de Nu'mán ibn Bashír, de acuerdo al cual el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) habría dicho: “Enderecen las filas (para la oración), o Dios hará que se dividan sus corazones”. Reportado por al-Bujari en su Sahih, Fáth, No. 717.
Muslim reportó en su Sahih de Sammák ibn Hárb, quien dijo: “Oí a Nu'mán ibn Bashír decir: “El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) solía enderezar nuestras filas estrictamente, hasta que se había asegurado de que comprendíamos el mensaje. Un día salió y estaba por decir el takbir cuando notó a un hombre cuyo pecho sobresalía. Él dijo: “Oh, Servidores de Allah, enderecen las filas, o Dios hará que se dividan los corazones”. Sahih Muslim, No. 436.
An-Nasá’i reportó de Anas que el Profeta de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Hagan las filas rectas y ajustadas, y que vuestros cuellos estén en una línea recta, por Aquél en Cuyas manos está el alma de Muhámmad, que yo veo a los demonios llegando entre sus filas como si fueran pequeñas ovejas negras”. Al-Mujtaba, 2/92.
Explicar los efectos y consecuencias negativas es muy importante cuando llega el momento de convencer a una persona de que están cometiendo un error. Las consecuencias pueden afectar a la persona misma, o pueden alcanzar a otras personas. Un ejemplo de lo primero es el reporte narrado por Abu Dawud en su Sunan, de Ibn ‘Abbás , en el cual un hombre maldijo el viento. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo:
“No maldigas el viento, porque sólo hace lo que se le ordena, y si una persona maldice algo que no merece ser maldecido, la maldición recaerá sobre él”. Abu Dawud, No. 4908; Sahih Abi Dawud, No. 4102
Un ejemplo de lo segundo fue narrado por al-Bujari (que Allah tenga misericordia de él) en su Sahih, de ‘Abdur-Rahmán ibn Abi Bakrah, de su padre, quien dijo: “Un hombre elogió a otro en presencia del Profeta (sallalahu aleihi wasalam)”. De acuerdo al reporte narrado por Muslim, el hombre dijo: “Oh, Mensajero de Allah, no hay otro que el Mensajero de Allah, que sea mejor que él en tal y tal cosa” Sahih Muslim, No. 3000.
El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) le dijo: “¡Ay de ti! ¡Has cortado la garganta de tu compañero! ¡Has cortado la garganta de tu compañero!”. Dijo esto varias veces, y luego dijo: “Si uno de ustedes va a elogiar a su hermano, que diga: “Pienso que fulano es tal y tal cosa, y Dios conoce la verdad exacta, yo no confirmo la buena conducta de nadie ante Dios, pero pienso que él es de tal y tal manera”, si sabe que este es el caso”. 2662, Kitab ash-Shahádat
De acuerdo a un reporte narrado por al-Bujari en al-‘Adab al-Mufrad, Mihyán al-Aslami dijo: “… cuando estábamos en la mezquita, el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) vio a un hombre rezando, postrándose e inclinándose. El Mensajero de Allah me dijo: “¿Quién es? Yo comencé a elogiarlo y dije: “Oh, Mensajero de Allah, es fulano del tal, y él es así y asá” (de acuerdo a otro reporte también en al-‘Adab al-Mufrad, dijo: “Este es fulano de tal, y es de las mejores persona de Medinah en la oración”). El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) respondió: “Silencio, que no te oiga, o lo destruirás”. Sahih al-‘Adab al-Mufrad, 137
Al-Bujari reportó que Abu Musa dijo: “El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) oyó a un hombre elogiando a otro de manera exagerada. Y le dijo: “Lo has destruido” o “Le has roto la espalda a ese hombre”. Fáth 2663
El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) explicó que la exageración al elogiar a alguien es un error que puede tener malas consecuencias. Puede hacer que la persona elogiada sienta orgullo, de tal manera que su corazón se llene de arrogancia y auto admiración, se duerma en los laureles o comience a presumir porque disfruta mucho el elogio. Esto puede conducirlo a su perdición, que es lo que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) quiso decir cuando dijo “Lo has destruido” o “Le has cortado el cuello al hombre” o “Le has roto la espalda”.
Más aún, si una persona se excede en elogiar a alguien y dice algo de lo que no está seguro, o afirma algo que él no podría conocer, es posible incluso que diga mentiras para complacer a la persona a la que está elogiando, y esto puede ser negativo, especialmente si la persona elogiada es un opresor o un malhechor. Fáth, 10/478
Hablar en términos generales al elogiar a la gente no está prohibido. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) elogió a la gente en su presencia. Una importante explicación de este tópico puede ser hallada en el libro Sahih Muslim, donde hay un capítulo titulado Bab an-Nahi ‘an al-Mad’h idha kana fihi ifrat wa jifa minhu fitnatun ‘ala al-mamduh (Capítulo: Prohibición de elogiar a otros si se está exagerando o si existe el peligro de una discordia o tentación para quien se está elogiando). Kitab az-Zuhd wa ar-Raqá’iq, Sahih Muslim.
La persona que se ve a sí misma incumpliendo no será perjudicada por el elogio, y si es elogiada no se volverá arrogante, porque conoce su verdadera naturaleza. Algunos de los rectos sucesores han dicho: “Si un hombre es elogiado, que diga: “Oh Dios mío, perdóname por lo que no conocen, no me consideres responsable por lo que dicen, y hazme mejor de lo que piensan”. Fáth, 10/478. Extraído del libro: Los métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir los errores de la gente Muhámmad Salih Al-Munayyid Traducción y edición Lic. M. Isa García y Moammar Darman Sigue abajo .
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| Tema: Re: Métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir errores a la gente (3) Jue Oct 06, 2011 7:47 pm | |
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►11 – Enseñar con métodos prácticos a quien está cometiendo un error.
En muchos casos las enseñanzas prácticas son más efectivas que las teóricas. Esto es lo que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) hacía. Yubair ibn Nufair reportó de su padre que él fue al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam), quien pidió agua, y dijo: “Haz la ablución, Oh, Abu Yubair”. Abu Yubair comenzó con su boca, y el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) le dijo: “No comiences con tu boca, Oh Abu Yubair, porque el incrédulo comienza con su boca”. Entonces el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) mandó a traer agua, y lavó sus manos hasta que estuvieron limpias, entonces se enjuagó la boca y la nariz tres veces, lavó su cara tres veces, lavó su brazo derecho hasta el codo tres veces, luego su brazo izquierdo tres veces, pasó la mano húmeda por su cabeza y lavó sus pies”. Reportado por al-Baihaqi en Sunan, 1/46; as-Sílsilat as-Sahihah, No. 2820.
Podemos notar aquí que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) deliberadamente previno a este compañero suyo de hacer algo incorrecto, diciéndole que el incrédulo comienza lavándose su boca; el significado puede ser que el incrédulo no lava sus manos antes de ponerlas en el recipiente (me ha dicho esto el shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz, cuando le pregunté por la interpretación del reporte), y eso no es higiénico. Y Dios sabe mejor.
►12 – Ofrecer una alternativa sensata.
‘Abd Allah ibn Mas’ud dijo: “Cuando rezamos con el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) solíamos decir “Que la paz de Sus servidores sea con Dios, que la paz…” (De acuerdo a un reporte narrado por al-Nasá'i, dijo “La paz sea sobre Gabriel, la paz sea sobre Mijail” Al-Muytabá: Kitab at-Tarbiq, Bab Haifa at-Tasháhhud al-Áwwal. Ver también Sahih Sunan an-Nasá'i, No. 1119.
El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “No digan: “Que la paz sea con Dios”, porque Dios es La Paz (as-Salam). Sino que deben decir: “At-Tahiyátu lilláhi wa as-salawátu wa at-taiybát, as-salamo ‘aleika áiyuha an-nabíyu wa ráhmatulláhi wa baracatuh, as-salamo ‘alaina wa ‘ala ‘ibadilláhi saalihín”. Si dicen esto, incluirá a cada servidor de Allah en los cielos y en la Tierra”. Luego digan: “Atestiguo que no hay más divinidad que Dios, y que Muhámmad es Su Servidor y Mensajero”, y entonces elijan cualquier súplica que ustedes quieran, y recítenla”. Al-Bujari, Fáth, 835
Otro reporte que trata sobre este asunto fue narrado por Anas (ra) quien dijo que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) vio a alguien escupiendo hacia la qiblah (en dirección a La Meca), y esto lo perturbó mucho y su ira podía verse en su rostro. Se paró y lo removió con su mano, y luego dijo: “Cuando uno de ustedes se pare a rezar, está hablando con su Señor. Su Señor está entre él y la qiblah, por lo tanto, ninguno de ustedes debe escupir en dirección a la qiblah; debe escupir a su izquierda o bajo sus pies”. Entonces tomó el borde de su capa, escupió en ella y la restregó contra otra parte, y dijo: “O hagan esto”. Reportado por al-Bujari, Fáth, 405
Otro ejemplo fue reportado por Abu Sa’id al-Judri (RA) quien dijo: “Bilal fue al Profeta (sallalahu aleihi wasalam) con algunos dátiles de buena calidad, y el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) le preguntó: “¿De dónde son?”, Bilal respondió: “Teníamos algunos dátiles de mala calidad, y yo cambié dos medidas de esos por una de estos para poder ofrecérselos al Profeta (sallalahu aleihi wasalam)”. Cuando el Profeta oyó esto, dijo: “Oh, la esencia de la usura, ¡la esencia de la usura! No hagas eso. Si quieres comprar, vende tus dátiles por algo más, y luego compra”. Reportado por al-Bujari, Fáth, 2312
De acuerdo a otro reporte, un día un sirviente del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) le trajo algunos dátiles frescos, pero los dátiles del Profeta estaban secos, entonces el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “¿De dónde sacaste estos dátiles?”. Él dijo, “Compramos una medida de estos dátiles por dos medidas de nuestros dátiles”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “No hagan eso, porque no es correcto. Vende tus dátiles primero, y luego compra los dátiles que quieras”. Musnad Áhmad, 3/67
Pero en el caso de algunos predicadores y gente que quiere encomendar lo que es bueno y prohibir lo que es malo, notamos que hay un incumplimiento en sus métodos cuando denuncian algunos errores que la gente comete. Sólo señalan los errores y los denuncian como haram (prohibidos), sin ofrecer ninguna alternativa o explicar qué es lo que debe hacerse si uno comete un error. Es sabido que el método del Islam es ofrecer alternativas para retribuir cualquier beneficio que pueda perderse al abandonar un acto prohibido por Dios. Cuando se prohibió el adulterio y la fornicación, se prescribió el matrimonio; cuando se prohibió la usura y el cobro de intereses, se permitió el comercio; cuando se prohibió el cerdo, se permitió la carne de ganado y rebaños apropiadamente sacrificada, etc. Si una persona cae en un error, el Islam muestra el camino de salida, a través del arrepentimiento y de la expiación, como se ha explicado en los textos sobre las expiaciones (kafarát). Entonces aquellos que quieren convocar a los demás al Islam deben seguir la ley islámica y ofrecer alternativas, y encontrar salidas sensatas. (Otro ejemplo de cómo ofrecer una alternativa es citar reportes auténticos que reemplacen a los reportes débiles o fraguados).
Es valioso señalar aquí que ofrecer alternativas es algo que depende de las posibilidades. Algunas veces un error puede ser el caso de algo que debe detenerse, pero que no hay una alternativa realista a eso, ya sea porque la situación general es perjudicial y la persona está muy alejada de la ley de Allah, o porque quien está buscando encomendar lo que es bueno y prohibir lo que es malo no puede recordar una alternativa para ofrecer, sino que todo lo que quiere hacer es denunciar el error y cambiarlo, aún si no tiene ninguna alternativa para ofrecer. Esto sucede mucho en el caso de los tratos comerciales y los fondos de inversión, que emergen en sociedades incrédulas y fueron trasladadas, con todas sus características anti-islámicas inaceptables, a las sociedades musulmanas; los musulmanes tenemos muchos incumplimientos y debilidades que nos impiden crear alternativas y aplicarlas en distintos casos. Entonces, esos incumplimientos y debilidades permanecen, aún cuando la metodología divina contiene alternativas y caminos de salida que podrían aliviar las dificultades de los musulmanes, y hay quienes las conocen, y hay quienes no.
►13 – Guiar a la gente hacia la prevención de los errores.
Abu Umamah ibn Sáhl ibn Hanif reportó que su padre le dijo que el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) salió, y viajaron con él en dirección a La Meca, hasta que alcanzaron el barranco de al-Jazzár, cerca de al-Yunfah. Sáhl ibn Haníf realizó la ablución mayor (gúsl), y era un hombre blanco, muy apuesto y con una bella piel. “’Aamir ibn Rabi’ah, el hermano de Banu ‘Adí ibn Ka’b, lo miró mientras se estaba bañando y dijo: “Nunca he visto algo como lo que vi aquél día, ¡ni aún la piel de las vírgenes que están ocultas! (refiriéndose a la blancura de su piel). Sáhl cayó al suelo (como si hubiera tenido un ataque epiléptico). El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) llegó y se le informó lo sucedido: “¿Quieres ver a Sáhl? Por Allah, él no puede levantar su cabeza ni levantarse”. Él Profeta (sallalahu aleihi wasalam) preguntó: “¿Quién tuvo la culpa?”. Ellos dijeron: “’Amir ibn Rabi’ah lo estaba mirando”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) llamó a ‘Aamir y lo reprendió con furia, y le dijo: “¿Por qué mataría uno de ustedes a su hermano? Si uno de ustedes ve que su hermano tiene algo que le gusta, que rece para que Dios lo bendiga”. Entonces le dijo: “Báñate para ayudarlo”. Entonces él lavó su cara, sus manos hasta los codos, sus rodillas, sus pies y dentro de sus ropas, en una vasija. Entonces el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Viertan esa agua sobre él”. Entonces vertieron esa agua sobre su cabeza y espalda desde atrás, inclinando la vasija, y Sáhl se levantó y fue con la gente, y no había nada malo en él”. Al-Musnad, 3/486. Al-Haizami dijo: “Los narradores de Áhmad son auténticos”. Al-Mayma’, 5/107
De acuerdo a otro reporte narrado por Málik (que Allah tenga misericordia de él), Muhámmad ibn Abi Umámah ibn Sáhl ibn Haníf dijo: “Mi padre realizó la ablución mayor en al-Jarrár y se quitó la vestimenta que llevaba. ‘Aamir ibn Rabi’ah lo estaba mirando, y Sáhl era un hombre blanco con una bella piel. ‘Aamir ibn Rabi’ah le dijo: “Yo nunca había visto algo como lo que vi aquél día, ¡ni aún la piel de las vírgenes!”. Sáhl cayó en el lugar y se puso muy enfermo. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) llegó le dijeron “Sáhl ha caído enfermo y no puede ir contigo, Mensajero de Allah”. Le dijeron lo que había pasado con ‘Aamir, y el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “¿Por qué razón alguno de ustedes mataría a su hermano? Deberían haber pedido que fuera bendecido. Ciertamente la mirada daña, realicen la ablución mayor para ayudarlo”. Entonces ‘Aamir realizó la ablución, y Sáhl fue con el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam), y no había nada malo en él”. Al-Muwatta', reporte No. 1972
Lo que aprendemos de esta historia es:
■ El maestro (es decir, el Profeta (sallalahu aleihi wasalam)) se enojó con quien había perjudicado a su hermano musulmán. ■ Él explicó los efectos negativos del error y que ello le podría haber causado la muerte. ■ Él señaló la forma en que se podía evitar que ese daño le afectara a otro musulmán.
►14 – No confrontar a la gente directamente con sus errores y referirse al asunto en términos generales, puede ser suficiente.
Anas ibn Málik dijo: “El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “¿Qué es lo que pasa con cierta gente que eleva su mirada a los cielos mientras está rezando?”. Él habló duramente sobre ellos, y dijo: “Deberían dejar de hacer eso, o es posible que Dios les quite la vista”. Reportado por al-Bujari, Fáth, reporte No. 750
Cuando ‘A'ishah radia Allah anha quiso comprar una esclava (para liberarla) cuyo nombre era Barirah, su propietaria rehusó vendérsela con la condición de que debería quedar relacionada con ellos. Cuando el Profeta supo de esto, se paró y se dirigió a la gente, alabó y agradeció a Dios, y luego dijo: “¿Qué es lo que le pasa a quien impone condiciones que no están mencionadas en el Libro de Allah? No hay condición que no esté mencionada en el Libro de Allah, que no sea inválida, aún si hubiera cien condiciones como esas. El decreto de Allah es más verdadero, las condiciones impuestas por Dios son más vinculantes, la lealtad y la fidelidad (de un esclavo) es para quien lo libera de la esclavitud”. Reportado por al-Bujari en varios lugares en su Sahih. Ver Fáth, 5636.
‘A'ishah radia Allah anha dijo: “El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) hizo algo y lo hizo permisible, pero alguna gente sintió que ellos estaban por encima de eso. Cuando el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) supo de ello, se dirigió a la gente. Alabó y agradeció a Dios, y luego dijo: “¿Cuál es el problema con la gente que piensa que ellos mismos están por encima de las cosas que yo hago? Por Allah, que yo sé más acerca de Allah de lo que ellos saben, y que yo temo a Dios más de lo que ellos temen”. Fáth, 6101
Abu Hurairah reportó que el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) vio que alguien había escupido en la mezquita en dirección a La Meca, y se volvió hacia la gente y le dijo: “¿Qué le pasa a quien se para frente a su Señor y escupe frente a Él? ¿Puede alguien de ustedes simpatizar con su hermano y escupirle en la cara? Si uno de ustedes quiere escupir, que escupa a su izquierda, o bajo sus pies. Y si no puede hacer eso, que haga esto” y al-Qasim describió que él escupió en su vestimenta y restregó una parte contra la otra”. Sahih Muslim, No. 550
An-Nasá'i reportó en su Sunan que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) rezó Salat as-Subh y recitó el capítulo ar-Rum (Los Romanos), pero se confundió en su recitación. Cuando había terminado de rezar, dijo: “¿Qué es lo que pasa con la gente que reza con nosotros pero no se purifica apropiadamente? Tal gente es la que nos hace confundir cuando recitamos el Corán”. Sunan an-Nasá'i, al-Muytaba, 2/156. Sus transmisores son fiables, pero al-Háfid dijo acerca de ‘Abd el-Málik ibn ‘Umair que él era confiable, pero que su capacidad de memoria cambió y que él podría haber transmitido reportes fabricados.
Áhmad (que Allah tenga misericordia de él) reportó que Abu Rawh al-Kalá'i dijo: “El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) nos dirigió en la oración y recitó el capítulo ar-Rum, pero se confundió en una parte de la recitación. Dijo: “Satanás nos hizo confundir en una parte de nuestra recitación porque alguna gente vino a hacer la oración sin la ablución (wudú). Cuando vengan a rezar, hagan apropiadamente la ablución”.
Él también reportó de Shu’bah, de ‘Abd al-Málik ibn ‘Umair, quien dijo: “Oí a Shabíb Abu Rawh narrar de un hombre entre los compañeros del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) que dijo que el Profeta rezó la oración as-Subh y recitó el capítulo ar-Rum, y se equivocó en la recitación”. Y narró el mismo reporte. Esto fue reportado por Zá’idah y Sufián, de ‘Abd el-Málik. Al-Musnad, 3/473.
Hay muchos ejemplos, todos los cuales indican que la identidad de la persona que ha cometido el error no debe exponerse en público. Esta forma de evitar una confrontación directa tiene muchos beneficios, entre ellos los siguientes:
1) Se evita una reacción negativa por parte de la persona que ha cometido el error, y evita que sea tentado por Satanás, defendiéndose como si fuera atacado y tratando de tomar venganza.
2) Es más aceptable para la gente, y por lo tanto más efectiva.
3) Oculta los errores de la gente a los ojos de los demás.
4) Incrementa el estatus del educador y lo convierte en un consejero más amado por la gente.
Debe señalarse que este método de usar indirectas para dar a conocer las normas a una persona que ha cometido un error, sin exponerlo ni hacerlo sentir avergonzado, sólo debe ser usado cuando lo que la persona ha hecho no está en el conocimiento de la mayoría de la gente. Si la mayoría de la gente sabe lo que ha hecho, y él sabe que ellos lo saben, entonces este método sería una forma de reprocharlo y regañarlo, y exponerlo de una forma más hiriente. Quien ha cometido un error estaría probablemente mucho mejor si se le confronta directamente que si se lo trata de esta manera. Entre los factores que pueden hacer la diferencia aquí están: quien está dando un consejo, en presencia de la persona a la que está destinada el consejo, ya sea que el consejo sea dado de una forma agresiva y provocativa, o de una forma gentil y amable.
Los métodos indirectos para enseñar a la gente pueden ser beneficiosos para quien ha cometido el error o para los demás, si son sabiamente usados.
►15 – Movilizar a la opinión pública contra quien ha cometido un error.
Este método es sólo para ser usado en un reducido número de circunstancias, cuando se ha pensado mucho en el asunto, para evitar cualquier posible derivación negativa de la situación. Aquí sigue un ejemplo de cómo el Profeta usó este método. Abu Hurairah dijo: “Un hombre llegó al Profeta y se quejó ante él de su vecino. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Ve y arréglate con él”. El hombre volvió por dos o tres veces, entonces el Profeta dijo: “Ve y pon tus pertenencias afuera en la calle”. Entonces él fue y puso sus pertenencias en la calle. La gente comenzó a preguntarle qué estaba pasando, y entonces él les dijo, y la gente comenzó a maldecir al vecino, diciendo “Que Dios le haga tal y tal cosa”.
Entonces el vecino salió y le dijo: “Pon tus cosas adentro de vuelta, no volverás a ver nada más que te desagrade de mi parte”. Reportado por Abu Dawud, Kitab al-‘Adab, Bab fi Háqq al-Yiwar, No. 5153; Sahih Abi Dawud, 4292
Este método tiene una contraparte opuesta que es usada en otras circunstancias para proteger a la gente del escarnio público, como explicaré a continuación.
Extraído del libro: Los métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir los errores de la gente Muhámmad Salih Al-Munayyid Traducción y edición Lic. M. Isa García y Moammar Darman .
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| Tema: Re: Métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir errores a la gente (3) Sáb Oct 08, 2011 8:33 am | |
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16 – Evitar ayudar a Satanás contra quien está cometiendo un error.
‘Umar ibn al-Jattáb (ra) reportó que en el tiempo del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) había un hombre llamado ‘Abd Allah que solía hacer reír al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam). El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) ordenó que lo azotaran por beber embriagantes. Uno de los hombres presentes dijo: “Oh Allah, ¡maldícelo! Cuán a menudo ha sido traído aquí (para ser castigado por haber bebido)”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “No lo maldigas. Por Allah, todo lo que yo sé de él es que ama a Dios y a Su Mensajero”. Reportado por al-Bujari, Fáth, 6781
Abu Hurairah (ra) también dijo: “Un hombre que había bebido fue traído ante el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) y dijo: “Azótenlo”. Algunos de nosotros lo golpeamos con nuestras manos, otros, con sandalias o ropas. Cuando se fue, algunas personas dijeron: “¡Que Dios te condene!”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “No digan eso. No ayuden a Satanás contra su hermano”. Al-Bujari, Fáth, 6777
De acuerdo a otro reporte: “Entonces el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) le dijo a sus compañeros: “Repréndanlo”. Entonces ellos se volvieron hacia él y dijeron: “No pensaste en Dios, no temiste a Dios, no te sentiste avergonzado ante el Mensajero de Allah”. Entonces lo dejaron ir, y el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Digan: “Oh Allah, perdónalo; Oh Allah, ten misericordia de él”, y otros expresaron sentimientos similares”. Abu Dawud, Kitab al-Hudud, Bab al-Hádd fil-Jámr, No. 4478, 4/620.
De acuerdo a otro reporte: “Cuando se fue, algunas personas dijeron: “¡Que Dios te condene!”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “No hablen así, no ayuden a Satanás contra él”. Reportado por Áhmad, 2/300. Áhmad Shákir dijo: “Su cadena de transmisión es auténtica”. Al-Musnad, ed. por Áhmad Shákir, Nº. 7973
Lo que aprendemos de todos estos reportes es que si el musulmán cae en un pecado, es básicamente un musulmán, que ama a Dios y a Su Mensajero, y eso no debe ser negado. No está permitido rezar contra él de una forma que ayude a Satanás contra él; más bien, debemos rezar por él y pedirle a Dios que lo guíe, que lo perdone, y que tenga misericordia de él.
17 – Pedir a la persona que se detenga de hacer una mala acción.
Es muy importante hacer que la persona se detenga de hacer una mala obra de tal manera que no empeore y para que no haya demora en denunciar el mal. ‘Umar (ra) reportó que él dijo: “No, por mi padre”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “¡Detente! Quien jura por otro que no sea Dios, es culpable de idolatría”. Reportado por el Imam Áhmad, 1/47. Áhmad Shákir dijo: “Su cadena de transmisión es auténtica”, No. 329.
Abu Dawud reportó en su Sunan que ‘Abd Allah ibn Busr dijo: “Un hombre llegó pasando sobre los hombros de las personas (a la mezquita) un viernes, mientras el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) estaba impartiendo su discurso. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “¡Siéntate! Estás perturbando a la gente”. At-Tirmidhi reportó que Ibn ‘Umar (ra-ra) dijo: “Un hombre eructó en presencia del Profeta (sallalahu aleihi wasalam). El Profeta le dijo: “¡Mantén tus eructos lejos de nosotros! Quienes más llenan sus estómagos en este mundo serán los más hambrientos en el Día de la Resurrección”. Abu ‘Isa dijo: “Este es un reporte bueno y extraño, con esta cadena de transmisión”. Sunan at-Tirmidhi, No. 2478; as-Sílsilah as-Sahihah, No. 343
Estos reportes muestran una demanda frontal y directa a la persona que está cometiendo el error, para detenerla.
18 – Explicar a la persona que está cometiendo el error cómo repararlo.
El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) hizo esto de diversas maneras, por ejemplo: Llamar la atención de un individuo acerca de su error, para que pueda corregirlo por sí mismo.
Un ejemplo de esto es el reporte narrado por Abu Sa’id al-Judri , quien dijo que estaba con el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam), y “El Profeta entró y vio a un hombre sentado en el medio de la mezquita, cruzando los dedos y hablando consigo mismo. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) le hizo un gesto, pero él no lo notó. Entonces se volvió hacia Abu Sa’id y le dijo: “Si uno de ustedes está rezando, no debe cruzar los dedos, porque cruzar los dedos proviene de Satanás, y estás en estado de oración mientras estás en la mezquita, hasta que te vas”. Reportado por Áhmad en su Musnad, 3/54. Al-Haizami dijo en al-Mayma’ 2/25: “Su cadena de transmisión es buena”.
Pedirle a una persona que lo haga nuevamente pero de la forma correcta, si es posible.
Abu Hurairah (ra) reportó que un hombre entró a la mezquita mientras el Mensajero de Allah estaba sentado en una esquina alejada. Rezó, y terminó su oración con el “salam”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Y contigo sea la paz. Vuelve y reza, porque no has rezado”. Entonces el hombre volvió y rezó, luego volvió y saludó al Profeta, quien le dijo: “Y contigo sea la paz. Vuelve y reza, porque no has rezado”. En la segunda ocasión, el hombre le dijo: “Enséñame, Oh Mensajero de Allah”. Él dijo: “Cuando vayas a rezar, realiza la ablución apropiadamente, luego oriéntate en dirección a La Meca y di el takbir (Allahu Ákbar). Luego recita lo que te resulte fácil del Corán, e inclínate hasta que te sientas cómodo en la posición de ruku’. Luego yérguete hasta quedar completamente derecho. Luego, póstrate hasta que te sientas cómodo en la posición de suyud, y luego siéntate, y vuelve a postrarte en la posición de suyud, y luego siéntate nuevamente hasta que descanses en esa posición. Haz esto en tus cinco oraciones”. Reportado por todos; esta versión es la reportada por al-Bujari, Fáth, 6251
Debemos señalar que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) solía prestar atención al comportamiento de la gente alrededor suyo, para corregirlos. De acuerdo a un reporte narrado por an-Nasá'i: “Un hombre entró a la mezquita y rezó, mientras el Mensajero de Allah estaba mirándolo, y él no se dio cuenta. Cuando terminó, volvió y saludó al Mensajero de Allah, quien le dijo “Vuelve y reza, porque no has rezado”…”. 2/193, Sahih Sunan an-Nasá'i, No. 1008
Entre las cualidades del educador están que debe estar consciente de los actos de quienes están con él.
1 – Es parte de la sabiduría del educador pedirle a quien ha cometido un error, que realice nuevamente la acción, para que pueda notar el error y corregirlo por sí mismo, especialmente cuando es un error obvio que no le beneficia. Puede haberlo hecho por olvido, y esto puede recordárselo.
2 – Si la persona que ha cometido el error no se da cuenta, se le debe señalar el error y explicárselo.
3 – Darle información a la persona que está interesada y que ha preguntado por sí misma es más efectivo, y es más probable que lo recuerde, que tratar con alguien que no ha pedido por sí misma.
Los métodos de enseñanza son muchos, y el educador puede escoger cual fuera que se adapte mejor a las circunstancias.
Otro ejemplo de pedir a una persona que repita una acción correctamente fue dado por Muslim (que Allah tenga misericordia de él) en su Sahih, donde reportó que Yábir dijo: “’Umar ibn al-Jattáb me dijo que un hombre realizó la ablución, pero omitió lavar un área de su pie del tamaño de una uña. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) lo vio y le dijo: “Vuelve y haz la ablución apropiadamente”. Entonces él la realizó nuevamente y rezó”. Sahih Muslim, 243
Un tercer ejemplo fue narrado por at-Tirmidhi (que Allah tenga misericordia de él) en su Sunan, de Kildah ibn Hánbal, quien dijo que Safwán ibn Umáiyah lo envió con algo de leche, yogurt daghabis (una planta comestible) al Profeta (sallalahu aleihi wasalam), cuando el Profeta estaba en la parte alta de un valle. Él dijo: “Me acerqué a él, y no lo saludé con el salam ni le pedí permiso, entonces el Profeta me dijo: “Tienes que salir y decir: “As-Salamu ‘aleicum, ¿puedo pasar?”. Reportado por at-Tirmidhi, No. 2710. At-Tirmidhi dijo: “Un reporte bueno pero extraño”. El reporte también está en Sahih Sunan at-Tirmidhi, No. 2180.
Pedirle a la persona que ha cometido el error que lo repare tanto como pueda. Al-Bujari (que Allah tenga misericordia de él) reportó de Ibn ‘Abbás que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Ningún hombre debe estar a solas con una mujer a menos que sea su pariente consanguíneo (para quien su matrimonio está prohibido)”. Un hombre se paró y dijo: “Oh, Mensajero de Allah, mi esposa ha salido para realizar la peregrinación y yo me anoté para una campaña militar”. El Profeta dijo: “Ve y realiza la peregrinación con tu esposa”. Fáth, 5233
Corregir las consecuencias del error.
An-Nasá'i (que Allah tenga misericordia de él) reportó en su Sunan, de ‘Abd Allah ibn ‘Amr, que un hombre llegó al Profeta (sallalahu aleihi wasalam) y dijo: “He venido a jurarte fidelidad y a emigrar contigo. He dejado a mis padres llorando”. Él respondió: “Vuelve y hazlos sonreír como antes los hiciste llorar”. Al-Maymu’ 7/143
Ofrecer una expiación por el error.
Si algún error no puede ser corregido o revertido, entonces hay otras formas en el Islam para subsanar sus efectos. Una de estas formas es la expiación, de la cual hay diversos tipos, tal como la expiación por una promesa rota (kafarah al-iamín), la expiación por utilizar una fórmula de divorcio típica del tiempo de la ignorancia preislámica conocida como zihar, por matar a alguien accidentalmente, por mantener relaciones maritales durante las horas de ayuno en Ramadán, etc.
19 – Denunciar sólo el error mientras se acepta el resto.
Puede ser el caso de que no todo lo que una persona hace o dice en un momento determinado esté incorrecto, y por lo tanto es sabio limitar la llamada de atención sólo a lo que está incorrecto, y no generalizar condenando todo lo que se ha hecho o dicho. Esto está señalado en el reporte narrado por al-Bujari (que Allah tenga misericordia de él) en su Sahih, de ar-Rubai bint Mu’áwwadh ibn ‘Afrá', quien dijo: “El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) llegó y entró, y se sentó en mi cama de la forma que tú lo hiciste. Algunas niñas nuestras comenzaron a tocar el pandero pandereta y a recitar canciones elogiando a nuestros antepasados que habían sido abatidos en la batalla de Bádr. Entonces una de ellas dijo: “Entre nosotros hay un profeta que conoce el futuro”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “No digan eso. Sigan con lo que estaban diciendo antes” Fáth, 5147.
De acuerdo a otro reporte narrado por at-Tirmidhi: “El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) le dijo: “No digas eso; di lo que estabas diciendo antes” Abu ‘Isa dijo: “Es un reporte bueno y auténtico”. Sunan at-Tirmidhi, Shákir edn., 1090. De acuerdo a otro reporte narrado por Ibn Máyah, dijo: “No digan eso, nadie excepto Dios conoce el futuro”. Sunan ibn Máyah, ‘Abd al-Baqi edn., No. 1879.
No hay duda de que esta clase de trato hace sentir a la persona de que quien le está señalando los errores es justa, y esto hace que haya más probabilidades de que acepte el consejo. Esto contrasta con el comportamiento de algunas personas que denuncian los errores, pero se enfurecen por los errores cometidos y llevan a tal extremo sus actos de denuncia, que condenan todo lo dicho y hecho por quien ha cometido un error, sea bueno o malo. Esto hace que la persona rechace lo que dicen y se rehúse a seguir sus consejos.
En algunos casos, el error no consiste en las palabras en sí mismas, sino en la ocasión o contexto en el cual fueron pronunciadas. Por ejemplo, cuando alguien muere, una persona puede recitar el capítulo coránico al-Fátihah, y cualquier persona presente lo recitará. Ellos creen que no hay nada de malo con esto, porque están recitando el Corán, no palabras de incredulidad. Se les debe explicar que lo que está mal en este caso es pensar que debemos recitar al-Fátihah en tales ocasiones como un acto de culto prescripto por el Islam, para lo cual no hay ninguna evidencia legal, lo cual es la esencia de la innovación (bid’ah). Esto es lo que Ibn ‘Umar señaló cuando un hombre estornudó y dijo: “Al-hámdu lilláh wa as-salam ‘ala rasul illáh (Alabado sea Dios y que la paz sea con el Mensajero de Allah)”. Ibn ‘Umar dijo: “Yo diría “Al-hámdu lilláh wa as-salam ‘ala rasul illáh”, pero esto no es lo que nos enseñó el Mensajero de Allah. Él nos enseñó a decir “Al-hámdu lilláh ‘ala kúlli hal (Alabado sea Dios en cualquier circunstancia)”. Sunan at-Tirmidhi, No. 2738
20 – Restaurar los derechos y preservar el estatus de la gente.
Muslim reportó que ‘Awf ibn Málik dijo: “Un hombre de Humair mató a uno de los enemigos y quiso tomar sus posesiones como botín, pero Jálid ibn Walíd, que estaba a cargo de la campaña, evitó que lo hiciera. Yo fui al Mensajero de Allah y le conté acerca de eso. Él le preguntó a Jálid: “¿Por qué evitaste que cogiera su botín?”, y Jálid dijo: “Pensé que era demasiado, Oh, Mensajero de Allah”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Dáselo”. Entonces Jálid pasó por donde estaba ‘Awf, y ‘Awf le jaló la capa y dijo: “¿No hice lo que te dije que haría sobre del Mensajero de Allah?”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) escuchó esto y se enfureció, y dijo: “¡No se lo des, Oh Jálid! ¡No se lo des, Oh Jálid! ¿Por qué no dejas a mis comandantes en paz? Tú y ellos son como un hombre al que se le pide que cuide camellos u ovejas, entonces cuida de ellas, y cuando llega el momento de beber, las lleva al comedero y comienzan a beber, y beben el agua clara y dejan las heces detrás. Tú bebes el agua clara y dejas las heces para ellos (para los comandantes)”. Muslim bi Shárh an-Nawawi, 12/64
El Imam Áhmad transmitió una versión más completa de este reporte de ‘Awf ibn Málik al-Ashya’i, quien dijo: “Salimos en una campaña militar en el borde de Siria, y Jálid ibn Walíd fue designado como nuestro comandante. Un hombre de los Humair vino y se unió a nosotros, y no tenía nada sino una espada, ninguna otra arma. Uno de los musulmanes sacrificó un camello y este hombre estuvo intentando conseguir algo, hasta que utilizó una pieza de piel para hacerse un escudo. Lo extendió sobre la tierra y lo curó hasta que estuvo seco, entonces le hizo un asa, como un escudo. Nos encontramos con el enemigo, que estaba mezclado con un grupo de romanos y árabes de la tribu de Qudá’ah. Ellos pelearon con fiereza. Entre ellos había un romano sobre un caballo palomino con una silla de montar con adornos dorados y un cinturón enchapado en oro, y una espada de similar material. Comenzó a atacar y desafiar a la gente, y este hombre se mantuvo esquivando al romano alrededor suyo, hasta que se acercó por detrás y lo golpeó en el tendón con su espada.
El romano cayó, y el hombre lo siguió con un golpe de su espada que lo mató. Cuando Dios les concedió la victoria, el hombre llegó preguntando sobre el botín, y la gente dio testimonio de que él lo había matado (al romano), entonces Jálid le dio algo del botín y retuvo el resto. Cuando el hombre volvió con el grupo de ‘Awf y le contó a ‘Awf lo sucedido, él le dijo: “Vuelve con él y que te dé el resto”. Entonces él volvió, pero (Jálid) rehusó dárselo. ‘Awf fue a donde Jálid y le dijo: “¿Acaso no sabes lo que el Mensajero de Allah ordenó, que el botín debe ser dado a quien abatió al soldado?”. Él respondió: “Por supuesto”. ‘Awf preguntó: “¿Entonces, por qué no le diste el botín?”. Él respondió: “Pensé que era demasiado para él”. ‘Awf respondió: “Cuando vea al Mensajero de Allah le voy a informar acerca de esto”. Cuando llegó a Medina, ‘Awf envió al hombre y él se quejó ante el Profeta (sallalahu aleihi wasalam). El Mensajero de Allah llamó a Jálid, mientras ‘Awf estaba todavía ahí, y le dijo: “Oh, Jálid, ¿por qué no le diste a este hombre su botín?”. Él respondió: “Pensé que era demasiado para él, Oh, Mensajero de Allah”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Dáselo”. Jálid pasó cerca de ‘Awf, y ‘Awf le tiró de su capa y le dijo: “¿No era suficiente para ti que te dijera que le informaría al Mensajero de Allah?”. El Mensajero de Allah lo escuchó y se enfureció, y dijo: “No se lo des, Oh Jálid. ¿Por qué no dejas a mis comandantes en paz? Tú y ellos son como un hombre al que se le pide que cuide camellos u ovejas, entonces cuida de ellas, y cuando llega el momento de beber, las lleva al comedero y comienzan a beber, y beben el agua clara y dejan las heces detrás. Tú bebes el agua clara y dejas las heces para ellos (para los comandantes)”.
Podemos notar aquí que cuando Jálid cometió un error en su decisión (iytihád) al retener parte del botín de quien lo merecía, el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) ordenó que el asunto debía ser corregido dándole el botín a su legítimo propietario, pero se enojó cuando oyó que ‘Awf le hizo insinuaciones a Jálid y se burló de él diciéndole: “¿No hice lo que te dije que haría sobre del Mensajero de Allah?”, y le tiró de la capa a Jálid cuando pasó caminando cerca de él, de tal manera que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) le dijo: “No se la des, Jálid”.
Esto tuvo el objetivo de reforzar la posición de comandante de Jálid, porque preservar la posición de líder ante la gente sirve para un propósito obvio.
Pero sin embargo podría hacerse la siguiente pregunta: Si quien mató al romano tenía derecho al botín, ¿cómo podía él negárselo?
An-Nawawi (que Allah tenga misericordia de él) respondió esta pregunta con dos posibles resultados: Es posible que él le haya dado el botín posteriormente, y lo demorara hasta haber castigado a ‘Awf por decir eso a Jálid (ra) y mostrar poco respeto hacia el comandante que él había designado; o es posible que el hombre que tenía derecho a eso renunciara a ello voluntariamente y lo donara a los musulmanes, y el objetivo era hacer que Jálid (ra) se sintiera mejor, para que mantuviera su posición de líder. Al-Fáth ar-Rabbáni, 14/84
Más evidencia acerca de la restitución de la posición de la persona que ha sido injustamente tratada proviene del reporte narrado en el Musnad del Imam Áhmad, de Abu Tufail ‘Aamir ibn Wasilah, que un hombre pasó cerca de un grupo de gente y los saludó con el salam, pero se había ido, uno de ellos dijo: “Por Allah, odio a ese hombre, por la causa de Allah”. Los demás presentes le respondieron: “¡Qué cosas malas dices! Por Allah, le informaremos de esto. Levántate, fulano de tal (le dijeron a uno de los presentes) e infórmale”. Entonces el mensajero que enviaron alcanzó al hombre y le informó de lo que se había dicho en su ausencia. El hombre fue al Profeta (sallalahu aleihi wasalam) y le dijo: “Oh, Mensajero de Allah, pasé cerca de un grupo de musulmanes entre quienes estaba tal y tal. Los saludé con el salam y ellos me devolvieron el saludo, y cuando me había ido, uno de ellos me alcanzó y me dijo que fulano de tal había dicho: “Por Allah, odio a ese hombre, por la causa de Allah”. Convócalo, y pregúntale por qué me odia”. Entonces el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) lo mandó a llamar y le preguntó acerca de lo que había dicho. Él lo admitió diciendo: “Sí, yo dije eso, Oh, Mensajero de Allah”.
El Profeta(sallalahu aleihi wasalam) dijo: “¿Por qué lo odias?”. Y él respondió: “Yo soy su vecino y lo conozco bien. Por Allah, nunca lo he visto rezar ninguna oración excepto las oraciones prescriptas que todos, buenos y malos por igual, rezan”. Entonces el hombre dijo: “Pregúntale, Oh Mensajero de Allah, si alguna vez me ha visto demorar una oración o no realizar la ablución apropiadamente, o no hacer las postraciones o las inclinaciones debidamente”. Le preguntaron y él dijo: “No, no lo he visto hacer eso. Por Allah, nunca lo he visto dar algo a un necesitado ni gastar por la causa de Allah excepto la caridad que pagan buenos y malos por igual (el Zakah)”. El hombre dijo: “Pregúntale, Oh Mensajero de Allah, si alguna vez he retenido alguna parte del zakah o si lo he vuelto a tomar de quien lo recibió de mí”. El Mensajero de Allah le preguntó eso y respondió: “No”. El Mensajero de Allah dijo: “No lo sé, es posible que él sea mejor que tú”.
A continuación de este reporte en el Musnad, dice lo siguiente: “Ia’qub nos dijo: “Mi padre nos dijo de Ibn Shiháb, que se le había informado que un hombre en el tiempo del Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) pasó cerca de un grupo de gente (Él no mencionó a Abu at-Tufail). Abu ‘Abd Allah dijo: “Oí que Ibrahím ibn Sa’id relató este reporte de memoria y dijo acerca de Abu at-tufail que su hijo Ia’qub lo narró de su padre, pero que no mencionó a Abu at-Tufail. Yo pienso que está en un error, y que el reporte de Ia’qub es auténtico. Y Dios sabe mejor”. Al-Musnad, 5/455. Al-Haizami dijo: “Los narradores de Áhmad son confiables”. Azbat al-Mayma’, 1/291.
Es muy importante mantener la posición de la persona después de que se ha arrepentido de su error y corregido el asunto, para que continúe en el camino recto y viva una vida normal entre la gente. Se reportó en la historia la mujer Majzumi que le habían cortado la mano por robar, que fue reportada por ‘A'ishah (ra), que “ella se arrepintió apropiadamente luego de eso, se casó, y solía recurrir a mí para que yo le dijera al Mensajero de Allah acerca de lo que ella necesitaba”. Sahih Muslim, No. 1688
Extraído del libro: Los métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir los errores de la gente Muhámmad Salih Al-Munayyid Traducción y edición Lic. M. Isa García y Moammar Darman .
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| Tema: Re: Métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir errores a la gente (3) Sáb Oct 08, 2011 9:23 am | |
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21 – Dirigirse a ambas partes, en el caso de que la culpa sea compartida.
En muchos casos, la culpa es compartida y la persona que comete un error puede haber sido ella misma, tratada injustamente, aunque la parte de culpa no haya sido exactamente igual en ambos. En este caso, ambas partes deben ser exhortadas y aconsejadas. Aquí sigue un ejemplo de eso.
‘Abd Allah ibn Abi Awfá dijo: “’Abdur-Rahmán ibn ‘Awf se quejó acerca de Jálid ibn al-Walíd ante el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “No perturben a ninguno de quienes estuvieron presentes en la batalla de Bádr, porque aún si fueran a gastar una cantidad de oro igual a la de la montaña de Uhud (por la causa de Allah), no les igualaríais”. Él dijo: “Ellos me insultaron primero, y yo respondí”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “No molestes a Jálid, porque es una de las espadas de Allah enviadas contra los incrédulos”. Al-Haizami dijo: “Los narradores de at-Tabaráni son confiables” (Al-Mayma’, 9/349). Ver también al-Mu’yám al-Kabír, por at-Tabaráni, reporte No. 3801
22 – Pedirle a la persona que perdone a quien lo ha ofendido.
Anas ibn Málik dijo: “Los árabes solían servirse los unos a los otros cuando estaban de viaje, y Abu Bakr y ‘Umar (radia Allah anhum) tenían a un hombre con ellos que les servía. Ellos sintieron sueño y luego se despertaron, y él no había preparado nada de comida para ellos. Uno de ellos le dijo al otro “Este hombre duerme demasiado” Esto se encuentra mencionado en el Tafsir de Ibn Kázir, Dar ash-Sha’bedn.
Ellos se levantaron y dijeron: “Ve con el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) y dile que Abu Bakr y ‘Umar le envían sus saludos de paz, y que piden algo de comida”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Envíales mis saludos de paz para ellos y diles que ellos ya han comido”. Ellos se preocuparon, entonces fueron con el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) y le dijeron: “Oh, Mensajero de Allah, te enviamos un mensaje pidiéndote algo de comida, ¿nos has respondido que ya comimos? ¿Que nosotros ya hemos comido?”. Él respondió: “La carne de vuestro hermano. Por Aquél en Cuya mano está mi alma, que puedo ver aún su carne entre vuestros dientes” (Significando “comer la carne de un hermano”, como hablar mal de él a sus espaldas”).. Ellos dijeron “Ruega que Dios nos perdone”. Él respondió: “Que Dios los perdone”. As-Sílsilat as-Sahihah, No. 2608. Fue atribuido a al-Jará’iti en Masáwa' al-Ajláq y a ad-Diya’in al-Mujtarah. Ibn Kázir mencionó en su tafsir de Surat al-Huyurat, 7/363, Dar ash-Sha’b edn.
23 – Recordar a una persona las buenas cualidades de quien ha sido injustamente tratado, de tal manera que lamente lo que ha hecho y se disculpe.
Esto es lo que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) hizo en la situación que surgió entre Abu Bakr y ‘Umar. Al-Bujari reportó en su Sahih, Kitab at-Tafsir, que Abu al-Dardá dijo: “Hubo una disputa entre Abu Bakr y ‘Umar. Abu Bakr hizo enfurecer a ‘Umar, entonces se fue enojado, y Abu Bakr lo siguió, pidiéndole que lo perdone, pero él no lo hizo, y le cerró la puerta en la cara. Abu Bakr se volvió y fue con el Mensajero de Allah , y estuvo sentado con él. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Tu compañero se ha envuelto en una disputa”. Entonces ‘Umar lamentó lo que había hecho, entonces volvió, saludó con el salam, y se sentó con el Profeta (sallalahu aleihi wasalam). Le dijo al Profeta lo que había pasado. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) se enojó, y Abu Bakr comenzó a decir “Por Allah, Oh Mensajero de Allah, yo estuve peor”. El Mensajero de Allah dijo: “¿Vas a dejar de molestar a mi compañero? ¿Vas a dejar de molestar a mi compañero? Yo le he dicho a la gente: “Yo soy el Mensajero de Allah para todos ustedes”, y todos ustedes (los mecanos) me han dicho “Eres un mentiroso”, pero Abu Bakr dijo: “Tú eres sincero”. Fáth 4640
Al-Bujari también narró esta historia en Kitab al-Manáqib (el Libro de las Virtudes) en su Sahih, de Abu al-Dardá', quien dijo: “Estaba sentado con el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) cuando Abu Bakr llegó, sosteniendo el dobladillo de su vestimenta en tal forma que se podían ver sus rodillas. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Tu compañero se ha envuelto en una disputa”. (Abu Bakr) saludó con el salam, y dijo: “Hay algo entre el hijo de Jattáb y yo. Yo lo molesté, y luego lo lamenté, y le pedí que me perdonara, pero él rehusó, entonces vine contigo”. Él dijo “Que Dios te perdone, Abu Bakr”, tres veces. Entonces ‘Umar lamentó (lo que había hecho), y fue a la casa de Abu Bakr preguntando “¿Está Abu Bakr aquí?”, y le dijeron “No”. Entonces fue a lo del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) y signos enojo eran visibles en el rostro del Profeta (sallalahu aleihi wasalam), y Abu Bakr se sintió preocupado. Él se arrodilló y dijo: “Oh, Mensajero de Allah, por Dios, lo que yo hice fue peor”, dos veces. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Dios me envió a todos ustedes, y todos ustedes dijeron “es un mentiroso”, pero Abu Bakr dijo “Él es sincero”, y me ayudó con su amistad y con sus riquezas. ¿Dejarás de molestar a mi compañero?”. Él (sallalahu aleihi wasalam) dijo esto dos veces, y Abu Bakr nunca volvió a ser importunado”. Fáth, No. 3661 (radia Allah anhum)
24 – Intervenir para calmar a la gente y poner un fin a la discordia entre aquellos que están procediendo erróneamente.
El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) hizo esto en diversas oportunidades, cuando las disputas estuvieron a punto de romper la unidad de los musulmanes. Entonces intervino, como fue reportado en el incidente de la calumnia (al-ifk) contra ‘Aa'ishah (radia Allah anha). Ella dijo: “El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) se puso de pie ese día y preguntó por alguien que tratara con ‘Abd Allah ibn Ubaiy por él, mientras estaba sobre el minbar. Dijo: “¡Oh, musulmanes! ¿Quién tratará con un hombre que según he oído está atacándome a mí y a mi familia? Por Allah, que yo no sé nada acerca de mi familia sino cosas buenas, y ellos han mencionado a un hombre de quien no sé sino cosas buenas, y él jamás ha visitado a mi familia excepto conmigo”. Sa’d ibn Mu’ádh, el hermano de los Hijos de ‘Abd Al-Ashjal, se paró y dijo: “Oh, Mensajero de Allah, yo me encargaré de él por ti. Sí él es de los Aws, le cortaré la cabeza, y si es de entre nuestros hermanos de Jazray, dinos qué hacer y lo haremos”. Entonces un hombre de los Jazray se paró; Umm Hassán era su prima del mismo clan, y era Sa’d ibn ‘Ubádah, el líder de los Jazray. Antes de eso él era conocido como un hombre recto, pero en esta ocasión el espíritu tribal se apoderó de él, y le dijo a Sa’d (Ibn Mu’ádh): “¡Estás mintiendo! Por Allah, no lo matarás, no serás capaz de hacerlo. Si fuera uno de los nuestros, ¡no querrías que fuese asesinado!”. Usaid ibn Hudair, el primo de Sa’d, se paró y le dijo a Sa’d ibn ‘Ubádah: “¡Eres un mentiroso! Por Allah, ¡lo mataremos! ¡Eres un hipócrita que defiende a los hipócritas!”. Los dos grupos de Aws y Jazray se enfurecieron y estuvieron cerca de comenzar a luchar mientras el Mensajero de Allah estaba todavía en el minbar. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) se mantuvo suavizando las cosas hasta que la gente se calmó”. Consensuado, Fáth, 4141
El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) fue a donde los Hijos de ‘Amr ibn ‘Awf a reconciliarlos, y estuvo allí para eso hasta el momento en que llegó la hora de una de las oraciones comunitarias, como se ha reportado en las dos obras auténticas de Bujari y Muslim (as-Sahihain), y en un reporte narrado por an-Nasá'i. Sáhl ibn Sa’d as-Sá’adi dijo: “Surgió una disputa entre dos grupos de entre los auxiliares de Medina (Ansar), al punto en que se arrojaban piedras los unos contra los otros. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) fue a reconciliarlos, y llegó el momento de la oración, entonces Bilal hizo el llamado a la oración y esperó al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam), pero él no llegó. Entonces hizo la iqámah (segunda y última llamada a la oración), y Abu Bákr (ra), dirigió la oración…” Al-Muytabá, Kitab Aadáb al-Qadáh, 8/243
De acuerdo a otro reporte narrado por Áhmad, Sáhl ibn Sa’d as-Sá’idi dijo: “Alguien vino al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) y le dijo: “Los Hijos de ‘Amr ibn ‘Awf se están peleando y arrojando piedras los unos a los otros”. Entonces el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) fue a reconciliarlos…”. Al-Musnad, 5/338
25 – Mostrar enojo por el error.
Cuando el Profeta Muhámmad (sallalahu aleihi wasalam) vio u oyó acerca de un error, solía enojarse, especialmente si tenía que ver con asuntos de la fe (‘aquidah). Esto incluye consentirse discusiones acerca del decreto divino, y el Corán. En Sunan ibn Máyah, hay un reporte de ‘Amr ibn Shu’aib, de su padre, de su abuelo, quien dijo: “El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) salió con sus compañeros, quienes estaban disputando acerca del decreto divino, y fue como si una semilla de granada hubiera estallado en su cara, es decir, su rostro estaba rojo de ira. Él dijo: “¿Es esto lo que se les ordenó hacer? ¿Es esto para lo que fueron creados? ¿Están usando algunas partes del Corán para contradecir a otras? ¡Las naciones que les precedieron fueron destruidas por esto!”. ‘Abd Allah ibn ‘Amr dijo: “Nunca me sentí feliz de perderme una reunión con el Mensajero de Allah, pero estaba feliz de no haber estado en esa reunión”. Reportado por Ibn Máyah, No. 85. Él dijo en az-Zawá’id: “Este es un reporte auténtico y sus narradores son confiables”. Dice en Sahih Ibn Máyah: “Un reporte auténtico”. No. 69.
De acuerdo a Ibn Abi ‘Aasim en Kitab as-Súnnah: “El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) salió a buscar a sus compañeros, que estaban disputando acerca del decreto, uno citando un versículo del Corán, y otro citando otro versículo del Corán. Fue como si una semilla de granada hubiera sido arrojada en su cara (porque su rostro estaba rojo de ira). Él dijo: “¿Es esto para lo que fueron creados? ¿Es esto lo que se les ordenó hacer? No usen una parte del Libro de Allah para refutar a la otra. Observen lo que se les ha ordenado y háganlo, y lo que se les ha prohibido, evítenlo”. As-Sunnah, por Ibn Abi ‘Aasim
Otro ejemplo del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) cuando se enojaba porque alguien negaba uno de los preceptos básicos fue lo que sucedió en el caso de ‘Umar (ra), con respecto a las fuentes. Áhmad (que Allah tenga misericordia de él) reportó en su Musnad de Yábir ibn ‘Abd Allah, que ‘Umar ibn al-Jattáb fue al Profeta (sallalahu aleihi wasalam) con un libro que él había obtenido de alguien entre la Gente de las Escrituras. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) se enojó y le dijo: “¿Estás confundido, Oh, hijo de al-Jattáb? Por Aquél en Cuya mano está mi alma, que yo he traído (el Mensaje) claro y puro, por lo tanto no les preguntes acerca de nada, para que ellos no te digan algo verdadero y acabes rechazándolo, o te digan algo falso y termines aceptándolo. Por Aquél en Cuya mano está mi alma, que si Moisés (aws) estuviera aquí, me seguiría”. Musnad Áhmad, 3/387
El reporte también fue narrado por ad-Daarimi, de Yábir, quien dijo que ‘Umar ibn al-Jattáb fue al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) con una copia de la Toráh, y le dijo “Oh, Mensajero de Allah, esta es una copia de la Toráh”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) no dijo nada. ‘Umar comenzó a leerla, y el rostro del Mensajero de Allah cambió (es decir, se enojó). Abu Bakr dijo “¡Que tu madre te pierda! ¿No ves la expresión del Mensajero de Allah?”. ‘Umar miró el rostro del Mensajero de Allah y dijo: “Busco refugio en Dios de la ira de Allah y de la ira de Su Mensajero. Nosotros estamos complacidos con Dios como nuestro Señor, con el Islam como nuestra religión, y con Muhámmad como nuestro Profeta”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Por Aquél en Cuya mano está el alma de Muhámmad, que si Moisés fuera a aparecer entre ustedes y ustedes lo siguieran y me dejaran, se extraviarían del camino recto. Y si él hubiera vivido hasta el tiempo de mi profecía, me habría seguido”. Sunan ad-Daarimi, No. 441, al-Muqáddimah, Bab ma iutaqqá min Tafsir Hadiz an-Nabí wa Qawli ghairihi ‘inda Qawlihi. El editor ‘Abd Allah Háshim Iamáni, dijo: “También fue narrado por Áhmad con una cadena de transmisión buena, y por Ibn Hibbán con una cadena de transmisión auténtica.
Entre los reportes que corroboran este reporte está el de Abu al-Dardá', quien dijo: “Umar trajo algunas páginas de la Toráh al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) y le dijo: “Oh, Mensajero de Allah, aquí tengo unas páginas de la Toráh que tomé prestadas de un hermano mío de los hijos de Zuraiq”. El rostro del Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) cambió, y ‘Abd Allah ibn Zaid (a quien se le reveló cómo hacer el Llamado a la Oración en sueños), dijo: “¿Te has vuelto loco? ¿No ves la cara del Mensajero de Allah? ‘Umar dijo: “Estamos complacidos con Dios como nuestro Señor, con el Islam como nuestra religión, con Muhámmad como nuestro Profeta, y con el Corán como nuestra guía”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Por Aquél en Cuya mano está el alma de Muhámmad, que si Moisés estuviera entre nosotros, y tú lo siguieras y me dejaras a mí, te extraviarías. Tú tienes tu parte entre mi nación, y yo tengo mi parte entre los profetas”. Al-Haizami dijo en al-Mayma’: “Fue reportado por at-Tabaráni en al-Kabír, e incluye a ‘Abu ‘Aamir al-Qásim Muhámmad al-Asadi, y yo no he visto a nadie de su biografía, pero el resto de los narradores son confiables”. Al-Mayma’, 1/174.
Podemos ver en estos reportes que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) como educador, tenía el apoyo de otra gente presente que había notado su expresión, y adoptó su posición según lo que vio. No hay duda de que esta combinación de eventos había tenido un gran impacto en la persona que estaba siendo corregida (‘Umar).
El evento se desarrolló de la siguiente manera:
Primero, la ira evidenciada en el Profeta (sallalahu aleihi wasalam), de tal manera que la expresión de su rostro cambió aún antes de que hablara.
Segundo, Abu Bakr as-Saddíq y ‘Abd Allah ibn Zaid notaron esto, y se lo señalaron a ‘Umar.
Tercero, ‘Umar se dio cuenta de su error y se apresuró a corregir las cosas y disculparse por lo que había hecho, buscando refugio en Dios del enojo de Allah y del enojo de Su Mensajero, reafirmando que estaba complacido con Dios, con Su Mensajero y con Su religión.
Cuarto, el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) se relajó y se calmó cuando ‘Umar se retractó y se dio cuenta de su error.
Quinto, la respuesta del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) confirmó y reforzó la obligación básica de seguir el ejemplo del Profeta (sallalahu aleihi wasalam), y no confundirse con otras fuentes de guía.
Otro ejemplo del enojo del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) cuando vio algo objetable fue reportado en el Sahih al-Bujari (que Allah tenga misericordia de él), de Anas ibn Málik, quien dijo que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) vio que alguien había escupido en la mezquita en dirección a La Meca, y se disgustó tanto que era visible en su rostro. Lo limpió con su mano y dijo: “Cuando uno de ustedes se pone de pie para rezar, está conversando con su Señor, y su Señor está entre él y La Meca, por lo tanto no debe escupir en dirección a ella, sino a su izquierda o bajo sus pies”. Entonces tomó el borde de su vestimenta, escupió en ella y restregó una parte contra otra, diciendo “O sino hagan esto”. Fáth, 405
Un ejemplo de la ira del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) cuando oía un error que conducía a una injusticia fue también reportado por al-Bujari, de Abu Mas’ud al-Ansari, quien dijo: “Un hombre llegó al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) y dijo: “Oh, Mensajero de Allah, voy a llegar tarde mañana a la oración porque fulano de tal la hace demasiado larga para nosotros”. Yo nunca vi al Profeta (sallalahu aleihi wasalam) más enojado en una reprimenda que ese día, cuando dijo: “¡Oh, Gentes! Algunos de ustedes están empujando afuera a los demás. Cuando cualquiera de ustedes dirija a la gente en la oración, que la abrevie, porque entre ellos hay ancianos, débiles, y aquellos que tienen que atender necesidades”. Fáth, 7159
Otro ejemplo útil para el erudito es el enojo que mostró el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) cuando alguien hace preguntas ociosas o ridículas. Zaid ibn Jálid al-Yuhani dijo: “Un beduino llegó al Profeta (sallalahu aleihi wasalam) y le preguntó acerca de la propiedad perdida que él encuentre. Le respondió: “Anúncialo por un año. Recuerda la descripción de su contenido y la cuerda con la cual estaba atado, y si alguien viene y lo reclama y lo describe correctamente, dáselo. De otra manera, utilízalo”. Él dijo: “Oh, Mensajero de Allah, ¿y qué acerca de las ovejas perdidas?”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Es para ti, para tu hermano (es decir, para su propietario), o para los lobos”. Luego preguntó: “¿Y qué sobre el camello perdido?”. El rostro del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) se puso rojo de ira, y dijo: “Tú no tienes nada que ver con él. Él tiene sus pies, puede buscar agua y comer plantas”. Reportado por al-Bujari, Fáth, 2436
El educador puede mostrar ira en proporción al error mientras el error es cometido, o cuando lo ve o lo oye, de tal forma que su enojo puede ser visto en su rostro o reconocido por su tono de voz. Esto es un signo de que su corazón está alerta a las injusticias y las malas actitudes y que no guardará silencio acerca de ellas, de tal forma que los presentes se vigilarán ellos mismos para no cometer un error, por temor a hacerlo enojar. Manifestar enojo en esas circunstancias puede tener un impacto mayor (y evitar un mal mayor) que si se no se hace nada al respecto y se espera a que las cosas se hayan calmado, cuando el impacto de tal comentario podría haberse perdido completamente.
Por otro lado, puede ser sabio demorar un comentario sobre un incidente lamentable hasta que todas las personas hayan sido convocadas o hasta que llegue un momento en que se reúnan, a causa de la seriedad del asunto o porque no hay suficientes personas alrededor para comprender lo sucedido y luego informar a los demás.
No hay nada de malo en exhortar a un individuo inmediatamente y demorar una discusión general sobre el asunto. De acuerdo al Sahih al-Bujari, Abu Humaid as-Sá’idi reportó que el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) designó a alguien (para recolectar el zakah).
Cuando hubo finalizado su trabajo, él vino y dijo: “Oh, Mensajero de Allah, esto es para ti, y esto es lo que me ha sido dado a mí como regalo”. Él dijo: “¿Por qué no te quedas en la casa de tus padres y te fijas si alguien te lleva un regalo?”. En la noche, el Mensajero de Allah se puso de pie para la oración, pronunció el doble testimonio de fe, alabó a Dios como Él merece ser alabado, y luego dijo: “¿Cuál es el problema con un empleado a quien yo designo, y luego viene y nos dice: “esto es para ti, y esto es lo que me han dado como regalo”? ¿Por qué no se queda en la casa de sus padres y ve si alguien le lleva un regalo? Por Aquél en Cuya mano está el alma de Muhámmad, que ninguno de ustedes retendrá ilegítimamente algo de nosotros, sin que venga en el Día del Juicio cargándolo sobre su cuello: si es un camello, lo traerá bramando, y si es una vaca, la traerá mugiendo, y si es una oveja, la traerá balando. Yo he cumplido en darles el mensaje”. Abu Humaid agregó: “Entonces el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) levantó su brazo tan alto que pudimos ver su axila”. Fáth, 6636
Extraído del libro: Los métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir los errores de la gente Muhámmad Salih Al-Munayyid Traducción y edición Lic. M. Isa García y Moammar Darman .
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| Tema: Re: Métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir errores a la gente (3) Sáb Oct 08, 2011 8:14 pm | |
| 26 – Alejarse de quien ha cometido un error, y evitar una disputa con él, con la esperanza de que se dé cuenta y se corrija solo.
Al-Bujari (que Allah tenga misericordia de él) reportó que ‘Ali ibn Abi Tálib (ra) dijo que el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) llegó un día a verlo a él y a Fátima (ra) una noche y les dijo: “¿No están rezando?”. ‘Ali dijo: “Oh, Mensajero de Allah, nuestras almas están en las manos de Allah. Si Él quiere traernos de vuelta a la vida (del sueño), ¡Él lo hará!”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) estaba saliendo cuando ‘Ali le dijo eso, y él no le respondió en absoluto, pero ‘Ali lo oyó cuando se estaba yendo, golpeándose un muslo con la palma y diciendo: “…pero, el hombre es más discutidor que ninguna otra cosa” (Corán 18:54)”. Las palabras de ‘Ali pueden ser entendidas de diferentes formas. Ver al-Fáth, 7347.
27 – Reprender a quien ha cometido un error.
Esto es lo que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) hizo con Hátib ra, cuando oyó que les había enviado un mensaje a los incrédulos de Quraish, informándoles que los musulmanes tenían la intención de ir hacia La Meca para conquistarla. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) le preguntó: “¿Por qué hiciste eso, Oh Hátib?”. Él respondió: “Yo creo en Dios y en Su Mensajero y nunca he cambiado, pero quise tener un gesto hacia ellos para que Dios proteja a mi familia y mi riqueza”. El Profeta dijo: “Ha dicho la verdad; por lo tanto, no digan nada malo de él”. ‘Umar ibn al-Jattáb ra dijo: “¡Pero ha traicionado a Dios, a Su Mensajero y a los creyentes!”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “¿Cómo sabes? Quizás Dios miró a la gente (que estuvo en la batalla) de Bádr y dijo: “Hagan lo que quieran; porque el Paraíso está garantizado para ustedes”. Las lágrimas cayeron de los ojos de ‘Umar, y dijo: “Dios y Su Mensajero saben más”. Fáth, 6259
Hay varios puntos educacionales importantes que podemos aprender de esta historia:
1) El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) reprendió a su compañero que había cometido un serio error, cuando le preguntó: “¿Por qué hiciste eso?”.
2) Inquirir sobre las razones que lo habían motivado a cometer ese error, indudablemente tuvo un efecto en la actitud que tomó.
3) Aquellos que han tenido un comportamiento excelente no son inmunes a cometer pecados graves.
4) El educador debe ser de mente abierta para tratar con los errores de sus compañeros, para que puedan seguir progresando en el camino recto. El objetivo es reformarlos, no anularlos ni enajenarlos.
5) El educador debe apreciar los momentos de debilidad humana que pueden sobrecoger a algunos de los que están con él, y no debe asustarse si alguien que está avanzado en el camino del conocimiento comete un error.
6) Defender a quien merece ser defendido aún cuando haya cometido un error.
7) Si una persona que comete un error tiene un montón de buenas obras a su favor, esto debe ser tomado en cuenta al evaluar el nivel de su error y tratar con él.
28 – Culpar a la persona que ha cometido un error.
Un error obvio no puede ser ignorado; la culpa debe dirigirse a la persona que cometió el error, y debe ser reprendido desde el principio, de tal forma que pueda darse cuenta que ha cometido un error. Al-Bujari narró en su Sahih que ‘Ali ra dijo: “Yo tenía una camella mía del botín de Bádr, y el Profeta me había dado otra camella del quinto del botín correspondiente a Dios y Su Profeta. Cuando quise casarme con Fátima, la hija del Mensajero de Allah, hice una cita con un orfebre de la tribu de los Hijos de Qainuqa’, para ir conmigo a Idhjur. Quise venderle los dos brazaletes de oro y usar el dinero para mi boda. Mientras estaba reuniendo las sillas de montar, los sacos, las cuerdas y otros menesteres, mi camello estaba sentado al lado de una habitación perteneciente a uno de los auxiliares de Medina. Después de recolectar las cosas que tenía que recolectar, volví y encontré a mi camello su espalda abierta, sus costados apuñalados y vísceras removidas.
Difícilmente podía creer lo que estaban viendo mis ojos. Pregunté: “¿Quién hizo esto?”, y ellos dijeron: “Hámzah ibn ‘Abdel Muttálib. Está en esa casa bebiendo con uno de los medinenses”. Fui al Profeta (sallalahu aleihi wasalam), y Zaid ibn Hárizah estaba con él. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) supo que algo andaba mal por mi expresión, y me preguntó: “¿Qué pasó?”. Le dije: “Oh, Mensajero de Allah, ¡yo nunca he visto algo como lo que he visto hoy!”. Hámzah atacó mis dos camellas, cortó sus espaldas y las apuñaló por sus costados. Está en una casa bebiendo”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) pidió su capa, se la puso, y salió caminando, y Zaid ibn Hárizah lo siguió, hasta que llegaron a la casa donde Hámzah estaba. Pidió permiso para entrar, y se lo dieron. Ellos estaban bebiendo, y el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) comenzó a culpar a Hámzah por lo que había hecho, pero entonces notó que Hámzah estaba borracho y tenía los ojos rojos. Hámzah miró al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam). Lo miró de arriba abajo, desde sus rodillas, hasta su ombligo, hasta su rostro, y entonces dijo: “Tú no eres más que un esclavo de mi padre”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) se dio cuenta que estaba borracho, entonces salió de allí, y nos fuimos con él”. Fáth, No. 3091
29 – Huir de quien ha cometido un error.
El Imam Áhmad (que Allah tenga misericordia de él) reportó que Humaid dijo: “Al-Walíd llegó cuando estaba con un amigo y me dijo: “ven conmigo, porque tú eres más joven que yo y conoces mejor los dichos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam)”. Nos llevó con Bishr ibn ‘Aasim. Abu al-‘Aalíyah le dijo: “¿Les dirás a estos dos tu reporte (hadiz)?”. Él dijo: “Uqbah ibn Málik nos dijo, que Abu an-Nádr al-Laizi dijo, de Bahz, quien era uno de su grupo, dijo: “El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) envió una expedición para atacar a una gente. Un hombre salió corriendo de entre la gente, y uno de los musulmanes lo siguió con su espada desenfundada. El hombre que había salido corriendo dijo: “Yo soy musulmán”, pero el musulmán no le prestó atención, lo golpeó y lo mató. Cuando le informaron de esto al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam), habló enfurecido contra eso. Las noticias de esto le llegaron a quien le había dado muerte, y mientras el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) estaba dando un discurso, el que lo había matado dijo: “Oh, Mensajero de Allah, por Allah, que él sólo dijo esto para protegerse”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) le dio la espalda y continuó con su discurso. El hombre dijo de vuelta: “Oh, Mensajero de Allah, por Allah, que él sólo dijo esto para protegerse”, pero el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) lo ignoró y siguió con su discurso. El hombre no lo dejó ahí, y lo dijo una tercera vez: “Oh, Mensajero de Allah, por Allah, que él sólo dijo esto para protegerse”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) se volvió hacia él, y era claro por la expresión de su rostro lo disgustado que estaba. Y dijo: “Dios desdeña a quien mata a un creyente”, y lo dijo tres veces”. Al-Musnad, 5/289. Ver también as-Sílsilat as-Sahihah, 2/309
An-Nasá'i (que Allah tenga misericordia de él) reportó de Abu Sa’íd al-Judri que un hombre vino desde Nayrán a ver al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam), portando un anillo de oro. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) se alejó de él y dijo: “Has venido a mí con un pedazo del Fuego del Infierno en tu mano”. Al-Muytaba, 8/170; Sahih Sunan an-Nasá'i, 4793
Áhmad reportó una versión más detallada de esto, de Abu Sa’íd al-Judri: “Un hombre vino de Nayrán a ver al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) portando un anillo de oro. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) le dio la espalda y no le preguntó nada. El hombre volvió con su esposa y le contó acerca de eso. Ella le dijo: “Debe haber una razón para eso. Vuelve con el Mensajero de Allah”. Entonces el hombre volvió, y arrojó el anillo y la vestimenta que llevaba. Cuando pidió permiso para entrar, le dieron permiso. Saludó al Mensajero de Allah, quien le devolvió el saludo. Le dijo: “Oh, Mensajero de Allah, cuando la última vez que vine me diste la espalda”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) le dijo: “Viniste con una braza del Fuego del Infierno en tu mano”.
Él dijo: “Oh, Mensajero de Allah, vine con un montón de ellas”. Él había traído algunas vestimentas de Bahrain. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Lo que has traído no nos ayudará en ninguna forma (en el Más Allá)”. No es más útil que una roca de al-Hárrah, sino lujos de este mundo”. El hombre dijo: “Oh, Mensajero de Allah, explícales esto a tus compañeros, para que no piensen que tú estabas enojado conmigo por alguna razón”. El Mensajero de Allah se paró ante la gente y explicó esto, y dijo que el problema había sido su anillo de oro”. Al-Musnad, 3/14
De acuerdo a un reporte narrado por Áhmad (que Allah tenga misericordia de él), de ‘Amr ibn Shu’aib, de su padre, de su abuelo, que el Profeta Muhámmad (sallalahu aleihi wasalam) vio a uno de sus compañeros portando un anillo de oro, y se alejó de él. El compañero lo arrojó, y se puso un anillo de hierro, y el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Es algo malvado, es la joya de la Gente del Infierno”, entonces lo arrojó y se puso un anillo de plata, y el Profeta no dijo nada”. Al-Musnad, 163. Editado por Áhmad Shákir, No. 6518. Él dijo: “Su cadena de transmisión es auténtica”.
30 – Boicotear a quien ha cometido un pecado.
Este es uno de los métodos más efectivos usados por el Profeta Muhámmad (sallalahu aleihi wasalam), especialmente cuando se ha cometido un pecado muy serio, a causa del gran efecto que el boicot tiene sobre la persona afectada. Un ejemplo de esto es lo que pasó con Ka’b ibn Málik y uno de sus dos compañeros, que no concurrieron a la campaña de Tabuk. Después de que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) se hubo asegurado de que ellos no tenían excusa válida, y de que ellos lo admitieron, como Ka’b dijo: “El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) prohibió a los musulmanes hablar con cualquiera de los tres que no habíamos ido. Entones la gente nos evitaba y sus actitudes hacia nosotros cambiaron tanto que aún la tierra que yo pisaba lucía diferente de lo que yo había conocido. Estuvimos así como por quince días.
Sobre mis dos compañeros, ellos se resignaron y se quedaron en sus hogares, llorando, pero yo era el más joven y el más determinado, entonces yo solía salir y asistir a las oraciones con los musulmanes, y andar por los mercados, y nadie me hablaba. Yo fui con el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) mientras él estaba en una reunión después de la oración, y lo saludé con el salam, preguntándome a mí mismo si había movido los labios para responderme o no. Yo rezaba cerca de él, mirándolo de reojo.
Cuando me volvía para rezar, él se volvía hacia mí, y cuando yo me volvía hacia él, él me daba la espalda. Cuando el rechazo de la gente había ido demasiado lejos para mí, me fui y trepé sobre el muro del jardín de Abu Qatádah, que era mi primo, y la persona más querida para mí. Lo saludé con el salam, pero por Dios, que él no me respondió. Le dije: “Oh, Abu Qatádah, te pido por Dios, ¿no sabes que yo amo a Dios y a Su Mensajero?”. Él permaneció en silencio, entonces yo repetí lo que había dicho, suplicándole, pero él permaneció en silencio. Lo repetí de vuelta, rogándole, y él dijo: “Dios y Su Mensajero saben más…”. Mis ojos se llenaron de lágrimas, y me fui trepando otra vez el muro…
Cuando habían pasado quince noches desde que el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) le había prohibido a cualquiera que nos hablara, después de que yo había rezado la oración del alba en la mañana del quinceavo día, y estaba en el techo de nuestra casa, mientras estaba sentado como Dios ha descripto, con mi alma compungida y la Tierra me parecía estrecha, vasta como es, estrechándose alrededor mío (Parafraseando al Corán at-Tawbah, 9:118.) Y oí el sonido de alguien gritando desde a montaña de Sal’at, con toda la fuerza de su voz: “¡Oh, Ka’b ibn Málik, alégrate!”. Fáth, 4418
Podemos aprender muchas grandes lecciones de esta historia, que no debemos ignorar. Podemos leer algunos de los comentarios de los eruditos sobre esta historia, como en Zaad al-Ma’ád y Fáth al-Bari. Otra indicación de que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) solía usar este método fue narrado por at-Tirmidhi de ‘A'ishah, quien dijo: “Ningún comportamiento era más detestable para el Mensajero de Allah que la mentira. Si un hombre decía mentiras en su presencia, él permanecía molesto hasta que la persona se daba cuenta y se arrepentía de ello”. Abu ‘Isa dijo: “Es un reporte bueno y auténtico”. Sunan at-Tirmidhi, No. 1973.
De acuerdo a un reporte narrado por Áhmad: “…permanecía enojado con él…”. Al-Musnad, 6/152.
De acuerdo a otro reporte: “Si sucedía que uno de los miembros de su casa decía una mentira, él se alejaba de esa persona hasta que se había arrepentido”. Reportado por al-Hákim. Sahih al-Yami’, 4675.
Queda claro por los reportes mencionados arriba que alejarse de la persona que comete un pecado, hasta que lo abandone, es un método efectivo, pero para que sea más efectivo, la persona que usa este método debe tener cierto estatus ante quien se use, o de otra forma no tendrá efectos positivos, y podría ser que hasta la persona esquivada se sienta feliz de ello. Extraído del libro: Los métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir los errores de la gente. Muhámmad Salih Al-Munayyid Traducción y edición Lic. M. Isa García y Moammar Darman .
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| Tema: Re: Métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir errores a la gente (3) Jue Oct 13, 2011 10:31 am | |
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31 – Rezar contra quien persiste neciamente en el error.
Muslim reportó que un hombre comía con su mano izquierda en presencia del Profeta (sallalahu aleihi wasalam). Él le dijo: “¡Come con tu mano derecha!”. El hombre respondió: “No puedo”. El Profeta dijo: “¡Que no seas capaz de hacerlo!”. Nada estaba impidiéndoselo excepto su orgullo, y él nunca pudo levantar la mano hacia su boca después de eso”. No. 2021
De acuerdo a otro reporte narrado por Áhmad: “Iyás ibn Salamah ibn al-Akwa’ reportó que su padre le dijo: “Oí al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) decirle a un hombre llamado Bísr ibn Rá’i al-‘Ir, a quien vio comiendo con su mano izquierda, que comiera con su mano derecha. El hombre respondió: “No puedo”. El Profeta dijo: “¡Que no seas capaz de hacerlo!”. Y su mano derecha nunca le llegó a la boca después de eso”. Ahmad 4/54
An-Nawawi (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “Este reporte muestra que es permisible rezar contra quien obra abiertamente contra la ley islámica por una razón que no es valedera. Esto también demuestra que se debe encomendar el bien y prohibir el mal en todos los asuntos, incluso en la comida”. Shárh Sahih Muslim, 13/192
También podemos notar aquí que las súplicas contra él no fueron por algo que ayudaría a Satanás contra él, sino que fue por algo similar a una reprimenda.
32 – Pasar por alto algunos errores y conformarse con hacer alguna insinuación acerca de ellos, por respeto a la persona que está cometiendo el error.
“Y (recuerda) cuando el Profeta(sallalahu aleihi wasalam) conversaba un asunto en confianza con una de sus esposas (Hafsah), entonces cuando ella se lo dijo (a otra, es decir, a ‘Aishah), y Dios se lo dejó saber, él informó a una parte y no a la otra. Entonces cuando él le dijo (a Hafsa) acerca de eso, ella dijo: “¿Quién te dijo esto?”. Él respondió: “El Omnisapiente, El Omnioyente (Dios), me lo ha dicho” (Corán 66:3).
Al-Qásimi dijo en Mahásin at-Ta’wíl:
“Y recuerda cuando el Profeta”, se refiere a Muhámmad (sallalahu aleihi wasalam). “con una de sus esposas”, se refiere a Hafsa. “Conversaba de un asunto en confianza”, significa que a ella no se le permitía contárselo a nadie más, o que él se lo prohibió a sí mismo aunque Dios lo hubiera permitido. “Cuando ella se lo dijo”, significa que ella le contó el secreto a su compañera (‘A'ishah). “Y Dios se lo dejó saber”, significa que Dios le dijo al Profeta que Hafsah le había revelado el secreto a ‘A'ishah. “Él informó a una parte”, significa él le dijo una parte de lo que ella había divulgado, como reprimenda; “y la otra no”, significa que hubo algo que él no mencionó, por respeto a ella”.
Figura en al-Iklíl: “El versículo indica que no hay nada de malo con hablar en secreto a aquella persona en quien confías, tal como un cónyuge o un amigo, y que la persona está obligada a guardar el secreto. El versículo también indica el buen trato a las esposas, la caballerosidad al dar una reprimenda y abstenerse de hurgar en los detalles de la falta”. Mahásin at-Ta’wíl, 16/222
Al-Hásan dijo: “Ninguna persona noble señalará cada pequeña falta”. Sufián dijo: “Hacer caso omiso (de algunos errores) es un acto de la gente noble”.
33 – Ayudar a un musulmán a corregir un error.
Abu Hurairah ra dijo: “Mientras estábamos sentados con el Profeta (sallalahu aleihi wasalam), vino un hombre y dijo: “Oh, Mensajero de Allah, ¡estoy condenado!”. Él preguntó: “¿Qué te sucedió?”. Él respondió: “Tuve relaciones con mi esposa mientras estaba ayunando”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “¿Tienes un esclavo al cual liberar?”. Él respondió “No”. Entonces el Profeta dijo: “¿Puedes ayunar dos meses consecutivos?”. Él respondió “No”. Le dijo: “¿Puedes alimentar a sesenta pobres?”. Él respondió: “No”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) se quedó en silencio por un rato, y mientras estábamos así, alguien le trajo una canasta de dátiles. Él dijo: “¿dónde está quien anduvo preguntando?”. Respondió “Aquí estoy”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Toma esto y dalo en caridad”. El hombre respondió: “¿A alguien más pobre que yo? Oh, Mensajero de Allah, no hay entre estos dos campos de piedra volcánica (es decir, en Medina) una familia más pobre que la mía”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) sonrió hasta que se le vieron las muelas, y dijo: “Entonces alimenta a tu familia”. Narrado por al-Bujari, 1936
De acuerdo a un reporte narrado por Áhmad, de ‘A'ishah ra, mientras el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) estaba sentando en la sombra de un gran árbol, un hombre vino y dijo: “Oh, Mensajero de Allah, ¡Me quemaré en el Infierno!”. Él preguntó: “¿Qué te sucedió?”. Él respondió: “Tuve relaciones con mi esposa mientras estaba ayunando” (‘A'ishah dijo: “Esto fue en Ramadán”). El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Siéntate”. Entonces él se sentó en el borde de un grupo de gente. Entonces un hombre trajo un burro con una vasija de dátiles, y dijo: “Oh, Mensajero de Allah, esta es mi caridad”. Él Mensajero de Allah dijo: “¿dónde está el hombre que se quemaría en el Infierno y que estaba justo aquí?”. El hombre respondió “Aquí estoy, Mensajero de Allah”. El Profeta dijo: “Toma esto y dalo en caridad”. El hombre respondió: “¿Acaso hay alguien más pobre que yo? Por Aquél que te envió con la verdad, yo no tengo nada para mí mismo ni para mis hijos”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Entonces alimenta a tu familia con esto”, y él lo tomó. Al-Musnad, 6/276
34 – Reunirse con la persona que ha cometido un error para conversarlo.
En Sahih al-Bujari se ha reportado que ‘Abd Allah ibn ‘Amr dijo: “Mi padre me casó con una mujer de buena familia. Él solía venir y visitar a su nuera, y preguntarle acerca de su marido. Ella decía “Qué buen hombre que es. Él nunca ha dormido en nuestra cama ni nos ha perturbado desde que nos casamos”. Cuando esto continuó así por un largo tiempo, él se lo mencionó al Profeta (sallalahu aleihi wasalam), quien dijo: “Déjenme hablar con él”. Entonces me reuní con él después de eso, y me dijo: “¿Cuán a menudo ayunas?”. Yo respondí: “Todos los días”. Me dijo: “¿Cuán a menudo lees el Corán completo?”. Yo dije: “Todas las noches”. Él dijo: “Ayuna tres días cada mes, y completa el Corán una vez al mes”. Yo dije: “Puedo hacer más que eso”. Él dijo: “Ayuna tres días cada semana”. Yo dije: “Puedo hacer más que eso”. Él dijo: “No ayunes por dos días, entonces ayuna un día”. Yo dije: “Puedo hacer más que eso”. Él dijo: “Observa el mejor de los ayunos, el ayuno de Dawud, ayunar un día sí y un día no, y completa el Corán una vez cada semana”. Yo desearía haber aceptado la dispensación del Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam), porque cuando me hice anciano y débil comencé a leer un séptimo del Corán a mi familia durante el día, y lo que fuera que yo leyera durante el día se me hacía más fácil completarlo durante la noche. Si quiero facilitarme las cosas, no ayuno por algunos días, luego cuento el número de Días que no ayuné y ayuno la misma cantidad. No quiero abandonar algo que le prometí al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) que yo haría antes de que él falleciera”. Abu ‘Abd Allah dijo: “Algunos de ellos dijeron en tres, y en cinco, y la mayoría de ellos dijeron en siete”. Fáth, 5052
Un reporte narrado por Áhmad describe el asunto más claramente, y contiene importantes lecciones. ‘Abd Allah ibn ‘Amr dijo: “Mi padre me casó con una mujer de Qureish. Cuando ella llegó yo no me acercaba a ella porque estaba muy entusiasmado con la adoración a Dios, ayunando y rezando. ‘Amr ibn al-‘Aas vino a ver a su nuera y le preguntó: “¿Cómo se encuentra tu marido?”. Ella dijo: “Él es el mejor de los hombres”, o “Él es como el mejor marido entre los hombres. Nunca me molesta y nunca ha dormido en nuestra cama”. Entonces él vino y me informó” (Ibn al-Azir dijo: “…de acuerdo a otro reporte, ‘Abd Allah ibn ‘Amir ibn al-‘Aas dijo: “Entonces mi padre vino y me informó” An-Niháiah, 3/200.
Él me dijo: “Te casé con una mujer de buena familia de Qureish, tú la estás descuidando, y estás haciendo tal y tal cosa”. Entonces él fue con el Profeta y se quejó acerca mío. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) me mandó a llamar y yo fui. El me dijo: “¿Ayunas durante el día?”. Le respondí: “Sí”. Me preguntó: “¿Rezas por la noche?”. Yo dije: “Sí”. Él dijo: “Pero yo ayuno y a veces no, rezo (por la noche), y a veces duermo, y convivo con mis esposas. Quien se aparte de mi tradición (Sunnah) no es de los míos”. Él me dijo: “Lee el Corán una vez al mes”. Yo dije: “Puedo hacer más que eso”. Me dijo: “Léelo una vez cada diez días”. Yo respondí: “Puedo hacer más que eso”. Uno de ellos (Husain o Mughira) dijo: “Léelo cada tres días”. Él (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Ayuna tres días cada mes”. Yo dije: “Puedo hacer más que eso”. Él siguió incrementando el número hasta que dijo: “Ayuna un día y no ayunes al día siguiente. Este es el mejor de los ayunos, el ayuno de mi hermano Dawud”.
Husain dijo en su narración del suceso: “Entonces el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “Cada adorador tiene un momento en que está motivado y alerta, y después de cada momento como ese viene un momento de relajación, en que o bien sigue mi ejemplo (Sunnah), o sigue una innovación (un invento en la religión).
Quien se relaje en mi tradición (Sunnah) está en la buena guía, pero quien tome su descanso en las innovaciones, está condenado”. Muyáhid dijo: “Cuando ‘Abd Allah ibn ‘Amr envejeció y se hizo más débil, ayunaba por varios días de una vez, y cuando se fortalecía, entonces dejaba de ayunar por un número similar de días. Leía su porción del Corán en una manera similar, a veces leyendo más, a veces menos, de tal manera que leía el Corán completo en siete o tres días. Después de eso, decía: “Ojalá hubiera aceptado la dispensación del Mensajero de Allah, porque hubiera sido mejor para mí que lo que yo escogí, o habría dicho que iba a hacer algo, y detestaría hacer otra cosa” Al-Musnad, 2/158. Áhmad Shákir dijo: “Su cadena de transmisión es auténtica” Tahqíq al-Musnad, No. 6477
Entre las cosas que aprendemos de esta historia están:
1 – El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) comprendió la causa del Problema, el cual era que ‘Abd Allah ibn ‘Amr se estaba agotando a sí mismo con el culto religioso hasta el punto en que no tenía tiempo para cumplir con sus deberes con su esposa, por lo tanto estaba incumpliendo.
2 – El precepto de prestar la atención debida a todo aquél que tiene derechos sobre uno se aplica a cualquiera que se preocupe por los asuntos del culto religioso, tal como un estudiante que está rindiendo exámenes, o un predicador que está tan ocupado con la difusión del Islam, que su esposa se queja de que no pasa tiempo con ella. Esto puede conducir a una pérdida del balance en el cumplimiento de los diferentes actos de culto y dividir nuestro tiempo entre todas aquellas personas que nos reclaman. Por lo tanto, no hay nada de malo en que el maestro reduzca el número de lecciones que da, o que el predicador reduzca sus actividades de tal modo que le permita tener tiempo suficiente para cuidar de su hogar, de su esposa y de sus hijos, y cumplir con sus derechos hacia ellos, como guiarlos, hacerles compañía y educarlos.
35 – Hablar con severidad a la persona acerca del error que cometió.
Al-Bujari (que Allah tenga misericordia de él) reportó que Abu Dhárr dijo: “Hubo una discusión entre otro hombre y yo. Su madre no era árabe, y yo la insulté. Él mencionó esto al Profeta (sallalahu aleihi wasalam), quien me preguntó: “¿Estuviste intercambiando insultos con fulano de tal?”. Yo respondí: “Sí”. Me preguntó: “¿Dijiste algo insultante sobre su madre?”. Yo respondí: “Sí”. Él dijo: “Ciertamente eres un hombre que aún tiene cosas del tiempo de la ignorancia preislámica”. Yo dije: “Dije lo que dije porque me estoy poniendo viejo”. Él dijo: “Sí, pero ellos son tus hermanos. Dios te ha dado poder sobre ellos. A quien se le da poder sobre alguien, que lo alimente como se alimenta a sí mismo, y que no le dé más trabajo del que es capaz. Y si le da más trabajo que eso, que le ayude”. Fáth, 6050
En el Sahih Muslim se ha reportado que Abu Dhárr ra dijo: “Yo había tenido una discusión con uno de mis hermanos. Su madre no era árabe, y yo le dije algo insultante acerca de ella. Él se quejó ante el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam). Cuando el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) se encontró conmigo, me dijo: “Oh, Abu Dhárr, eres un hombre con algunas características de la ignorancia preislámica”. Yo dije: “Oh, Mensajero de Allah, quien insulta a una persona, la gente insultará a su padre y a su madre”. Él dijo: “Abu Dhárr, todavía hay en ti algunas características de la ignorancia preislámica. Ellos son tus hermanos, y Dios te ha dado poder sobre ellos. Por lo tanto, aliméntalos con lo que tú te alimentas, y vístelos con lo que tú te vistes. No les des más trabajo del que pueden realizar, y si lo haces, ayúdales”. Sahih Muslim, No. 1661
El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) en esta forma directa y abierta a Abu Dhárr, porque sabía que él lo aceptaría. Esta forma directa puede ser un método útil que ahorra tiempo y energías, y permite aclarar el punto más fácil, pero debe ser usada cuando la situación sea apropiada y teniendo en cuenta a la gente involucrada. Este método directo puede ser mejor no usarlo si empeorará las cosas o si se pone en riesgo el logro de algo mejor, por ejemplo si la persona que comete un error está en una posición de poder y autoridad y se sabe que no aceptará comentarios con esa franqueza, o si un enfrentamiento directo puede causar demasiada vergüenza a la persona. Tampoco debe usarse si la persona es demasiado sensible o se advierte que probablemente reaccione mal.
Indudablemente, un enfrentamiento directo será demasiado para una persona si al hacerlo se hace con un espíritu de confrontación y con el objetivo de avergonzar a la persona y exponerlo ante los demás. De la misma manera, es esencial ser cauteloso al usar indirectas, cuyos efectos contraproducentes pueden ser mayores que con una confrontación directa del problema, porque puede hacer pensar a la persona que uno lo está tratando como a un tonto, que se está burlando de él, o sentirse ofendido porque piensa que estamos dándole un golpe bajo con nuestros comentarios. Esta forma de señalar lo que es correcto puede no ser efectiva, porque lo que se le está tratando de decir puede no resultarle claro a la persona que está recibiendo la observación, y continuar en su error. En términos generales, la gente difiere en su manera de reaccionar ante un consejo, y el enfoque correcto a la hora de ordenar el bien y prohibir el mal varía en cada caso, pero una buena actitud al guiar a la gente y discutir los errores será la clave para lograr la meta deseada. Extraído del libro: Los métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir los errores de la gente. Muhámmad Salih Al-Munayyid Traducción y edición Lic. M. Isa García y Moammar Darman .
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| Tema: Re: Métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir errores a la gente (3) Vie Oct 14, 2011 9:31 am | |
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36 – Persuadir a la persona que está cometiendo un error.
Involucrarse en una discusión con la persona y convencerlo de que está cometiendo un error puede sacarlo de su ceguera y traerlo de vuelta al camino recto. Un ejemplo de esto es el reporte narrado por at-Tabaráni (que Allah tenga misericordia de él) en al-Mu’yám al-Kabir, de Abu Umámah RA, quien dijo que un muchacho recurrió al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) y le dijo: “Oh, Mensajero de Allah, dame permiso para fornicar”. La gente se escandalizó e intentó callarlo, pero el Profeta les dijo: “¡Basta!”. El Mensajero de Allah dijo: “Cálmate. Ven y siéntate aquí”. Él se acercó y se sentó frente al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam), quien le dijo: “¿Quisieras eso para tu madre?”. “No”, respondió el muchacho. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) le dijo: “De la misma manera, los demás tampoco quieren esos para sus propias madres. ¿Quisieras eso para tu hija?”. El muchacho respondió: “No”. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) dijo: “De la misma forma, los demás tampoco quieren eso para sus hijas. ¿Querrías eso para tu hermana?”. Él respondió: “No”. El Profeta le dijo: “De la misma forma, los demás no quieren eso para sus hermanas. ¿Querrías eso para tus tías?”. El muchacho respondió: “No”. El Profeta dijo: “De la misma manera, los demás tampoco quieren eso para sus tías”. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) puso su mano en su pecho y dijo: “Oh Señor, perdona sus faltas, purifica su corazón y hazlo casto”. At-Tabarani, al-Mu’yám al-Kabir, 7679 y 7759. Se incluyó material adicional entre corchetes
37 – Hacer comprender a la persona que una excusa débil no es aceptable.
Algunas personas que cometen errores intentan justificarse, especialmente cuando son sorprendidos “con las manos en la masa”. Ciertamente, algunos de ellos pueden tartamudear cuando dan excusas tontas, especialmente quienes no se sienten cómodos mintiendo porque tienen buen corazón. ¿Cómo debe el educador actuar cuando se encuentra con una situación como ésta? La siguiente historia demuestra la brillante actitud del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) cuando trató con uno de sus compañeros en una situación de esta naturaleza. La historia también muestra cómo el educador debe insistir hasta que la persona abandone su mala actitud.
Juwwát ibn Yubair ra dijo: “Acampamos con el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) en Mar az-Zahrán (un lugar cercano a La Meca). Yo salí de mi tienda y vi a algunas mujeres hablando entre ellas. Me gustaron, así que volví, dejé la leña y saqué una prenda de vestir (hillah). Me la puse, volví y me senté con ellas. El Mensajero de Allah sallalahu aleihi wasalam llegó y me dijo: “¡Oh, Abu ‘Abd Allah! (es decir, me estaba regañando por haberme sentado con esas mujeres con quienes no tenía parentesco alguno)”. Cuando vi al Mensajero de Allah, me asusté y comencé a tartamudear. Dije: “Oh, Mensajero de Allah, mi camello se perdió y estoy buscando una cuerda para atarlo” (es decir, se escudó en una falsa excusa para justificar lo que había hecho). Él se fue, y yo lo seguí. Él me arrojó su capa y se fue entre algunos árboles de arak, y es como si todavía pudiera ver la blancura de su espalda contra el verdor de los árboles. Él hizo sus necesidades fisiológicas, hizo la ablución y volvió a donde yo estaba con el agua goteando de su barba y pecho, y dijo: “Oh, Abu ‘Abd Allah, ¿Qué pasó con tu camello perdido?”. Entonces continuamos nuestro viaje, y cada vez que él me encontraba, me decía: “La paz sea contigo, Abu ‘Abd Allah, ¿qué pasó con tu camello?”. Cuando me di cuenta de esto, me apresuraba en Medina y evitaba la mezquita y las reuniones con el Profeta sallahu aleihi wasalam. Cuando esto había seguido así por mucho tiempo, intenté ir a la mezquita cuando no había nadie más alrededor. Fui a la mezquita y comencé a rezar, pero el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) salió de uno de sus habitaciones y comenzó a rezar dos rak’as. Yo alargué mi oración, con la esperanza de que se fuera. Él dijo: “Hazla tan larga como quieras, Abu ‘Abd Allah, porque yo no voy a ir a ninguna parte hasta que termines”. Me dije: “Por Allah, debería disculparme con el Mensajero de Allah y complacerlo”. Cuando yo había terminado, él dijo: “Assalamo ‘aleika, Oh, Abu ‘Abd Allah. ¿Qué pasó con tu camello?”. Yo respondí: “Por Aquél que te envió con la verdad, que no se me ha perdido un camello desde que me he convertido al Islam”. Él dijo: “Que Dios tenga misericordia de ti”, y lo repitió tres veces, y luego no lo volvió a mencionar jamás”.
Al-Haizami dijo: at-Tabaráni lo reportó con dos cadenas de transmisión. Los transmisores de una de ellas eran todos fiables excepto al-Jarráh ibn Mujállad, que es ziqáh. Al-Mayma’, 9/401. Al remitirnos a al-Mu’yám al-Kabír de at-Tabaráni, 4/203, se hace claro que el reporte de Zaid ibn Aslam está hablando de Juwwát ibn Yubair, quien dijo: “Acampamos…”. En la biografía de Juwwát, en at-Tahdíb, dice: “Zaid ibn Aslam reportó mursal de él. En al-Isábah dice que Juwwát falleció en el 40 ó 42 después de la Hégira, y en as-Siyár dice que Zaid ibn Aslam falleció en el 136 después de la Hégira; en base a esto, hay una ruptura en la cadena de transmisión.
Este es un brillante estudio en el entrenamiento y uso de sabias estrategias para lograr un resultado concreto. También podemos aprender las siguientes cosas de esta historia:
1) Una persona que ha cometido un pecado puede sentir vergüenza de un líder respetado, cuando lo descubre haciendo algo indebido.
2) La reacción del educador y su forma de interrogar a la persona, aún si esto sucede en apenas un segundo, tendrá un gran impacto en la persona.
3) No discutir una falsa excusa al momento de oírla (aún cuando sea claro que la acaba de inventar) y abandonar a la persona, puede ser suficiente para que la persona se dé cuenta que su excusa no es aceptable, lo cual lo motivará a arrepentirse. Esto es lo que entendemos de la frase “…se fue y…”.
4) El buen educador es aquél que logra que la persona se sienta avergonzada por haber hecho algo malo, de tal forma que trate de ocultarlo, y al mismo tiempo, sienta la necesidad de reestablecer las cosas. Entonces, lo siguiente tiene precedencia sobre lo anterior.
5) El cambio de actitud hacia quien cometió un error está basado, en este caso, en que el pecador admitió su falta y la abandonó. Si el educador o líder es tenido en alta estima por sus compañeros, cuando recuse a uno de ellos a causa de algún pecado que haya cometido o le corrija un error, esto tendrá un gran efecto sobre él. El líder debe prestar atención al interés común cuando reprende a uno de sus compañeros, de tal manera que todos se beneficien del ejemplo. En cualquier caso, esto no significa que deba ignorar cualquier efecto negativo en esa persona en particular. Puede tratarse con sus efectos en muchas formas, aún con un tercer grupo, como al-Mughirah hizo cuando le pidió a ‘Umar que sea mediador mientras al mismo tiempo explicaba la situación afirmando cuán altamente los líderes piensan de sus seguidores.
38 – Prestar atención a las cualidades inherentes a la naturaleza humana.
Un ejemplo de esto son los celos de una mujer, especialmente en el caso de varias co-esposas, algunas de las cuales pueden hacer cosas incorrectas que, si fueran hechas por cualquier otra persona en circunstancias normales, serían tratadas de una forma completamente diferente. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) solía poner una atención especial a los celos entre sus esposas y a las actitudes incorrectas que ellas podían mostrar como resultado, y la paciencia y justicia con la cual él trataba el asunto era notable. Como un ejemplo de esto podemos citar el reporte narrado por al-Bujari (que Allah tenga misericordia de él) en su Sahih, de Anas, quien dijo:
“El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) estaba con una de sus esposas, cuando otra de las madres de los creyentes envió una vasija llena de comida para él. La esposa en cuya casa el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) estaba presente golpeó la mano del sirviente, y la vasija se cayó y se rompió en dos. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) juntó las piezas y las puso juntas, luego juntó la comida que había en la vasija y dijo: “Vuestra madre es celosa”. Entonces le pidió al sirviente que esperara hasta que se le dio la vasija que pertenecía a la esposa en cuya casa estaba, y él envió la vasija completa a la esposa cuya vasija había sido rota, y dejó la vasija rota en la casa de la esposa que la rompió”. Fáth, 5225
De acuerdo a un reporte narrado por an-Nasá'i (Kitab ‘Ishrat an-Nisá'), Umm Salamah trajo algo de comida en una vasija suya al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) y sus compañeros, entonces ‘A'ishah ra trajo una piedra envuelta en su vestimenta, y la arrojó y quebró la vasija. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) puso las dos mitades juntas y dijo dos veces: “Coman, vuestra madre está celosa”, entonces él tomó la vasija de ‘A'ishah y se la envió a Umm Salamah, y le dio a ‘A'ishah la vasija rota de Umm Salamah.
De acuerdo a otro reporte narrado por ad-Darimi (Kitab al-Buiu’, Bab “man kásara shái'an fa ‘aleihi mizluhu). , de Anas, él dijo: “Una de las esposas del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) le envió una vasija con algo de zaríd (un plato de pan ensopado, carne y caldo), cuando él estaba en la casa de otra de sus esposas, quien golpeó la vasija y la quebró. El Profeta (sallalahu aleihi wasalam) comenzó a juntar la comida y la colocó de vuelta en la vasija, diciendo “Coman, vuestra madre está celosa…”
Los celos femeninos son inherentes a la naturaleza de las mujeres, que pueden llevarlas a hacer cosas malas y evitar que prevean las consecuencias de sus acciones. Se ha dicho que cuando una mujer es celosa, no puede ver el fondo del valle desde su cima.
Conclusión
Siguiendo esta exploración de la Tradición Profética y los métodos con que el Profeta Muhámmad (sallalahu aleihi wasalam) solía tratar con los errores, pecados y actitudes incorrectas de la gente, debemos concluir mencionando los siguientes puntos:
1 – Corregir los errores de la gente es una obligación y es algo muy importante. Es parte de la obligación de ofrecer consejo sincero, de prohibir el mal, pero debe recordarse que el Islam no es sólo prohibición de lo que está mal; también se nos ha ordenado encomendar el bien.
2 – La educación y el entrenamiento no son simplemente un asunto de corregir los errores, también uno debe involucrarse en la enseñanza mostrando los principios básicos de la religión y las normas de la ley islámica, y usar varios métodos para establecer estos conceptos firmemente en la mente y los corazones de la gente, exhortándolos, relatando las historias transmitidas por Sunnah Auténtica, discutiendo el incidente, etc. De esto queda claro que algunos padres y educadores están incumpliendo al confinar sus esfuerzos sólo a criticar los errores sin poner la atención debida a las enseñanzas de lo que es correcto, o tratar con los errores antes de que sucedan inculcando aquellas cosas que protegerán a la gente de cometer errores y pecados en primer lugar, o reducir sus efectos.
3 – Queda claro también por los incidentes mencionados anteriormente que el Profeta (sallalahu aleihi wasalam) usaba diferentes métodos al tratar con los diversos tipos de errores. Esto es porque las circunstancias de una persona varían. Quien comprenda esto y quiera seguir lo apropiado debe comparar la situación que está tratando con estos ejemplos, para encontrar la que se asemeja más probablemente a ella, de tal manera que pueda determinar la manera más apropiada de abordar el problema.
Le pedimos a Dios, glorificado y exaltado sea, que nos guíe y nos proteja, haciéndonos receptivos al bien y cerrados al mal, para que guíe a otros a través de nosotros, porque Él es El Omnioyente, El Íntimo, Quien responde todas las plegarias. Él es El Mejor de los auxilios, Él es la guía al camino recto. Que Dios bendiga al Profeta Iletrado, a toda su familia y a sus compañeros. Alabado sea Dios, el Señor del Universo.
FIN
Extraído del libro: Los métodos del Profeta (sallalahu aleihi wasalam) para corregir los errores de la gente. Muhámmad Salih Al-Munayyid Traducción y edición Lic. M. Isa García y Moammar Darman .
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