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| 93- La Batalla de Badr | |
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| Tema: 93- La Batalla de Badr Miér Nov 26, 2008 9:33 pm | |
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La Batalla de Badr
La Primera Batalla decisiva en la historia del Islam. Las razones de la Batalla:
Hemos mencionado recientemente la incursión de Al-Ushairah cuando una caravana perteneciente a Quraish se había escapado para evitar un inminente encuentro bélico con el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- y sus hombres. Cuando regresaban de Siria, el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- envió a Talhah bin Ubaidullah y a sa'id bin Zaid rumbo al norte para estar atentos a cualquier movimiento de los paganos. Los dos grupos permanecieron el Al-Haura durante algunos días hasta que Abu Sufián, el líder de la caravana, pasó cerca de ellos. Los dos hombres se apresuraron en volver a Medinah para reportarle al Profeta -salla Allah aleihi wa salam- las noticias. Una caravana valiosa costeada con los bienes que Quraish había usurpado de los musulmanes de la Meca, custodiada por 40 hombres, que pasarían relativamente cerca de Medinah constituía un atractivo objetivo para los musulmanes que recuperarían los bienes de los musulmanes de La Meca y que sacudiría a los incrédulos de La Meca en lo político y militar; impidiéndoles seguir con sus atrocidades contra los musulmanes.
El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- inmediatamente exhortó a los musulmanes se apresuraran en atacar la caravana. No impartió las órdenes obligando a todos, sino que dejó total libertad de salir o quedarse, pensando que era una misión de pequeña escala.
El ejército musulmán estaba compuesto por 317 hombres, 86 Muhâÿirún, 61 pertenecientes a Aus y 170 de Jazraÿ. No estaban bien equipados ni adecuadamente preparados. Contaban con dos caballos pertenecientes a Az-Zubair bin Al-Auuam y Al-Miqdad bin Al-Asuad Al-Kindi, 70 camellos que se turnaban entre dos o tres personas para montarlos. El Mensajero de Allah mismo, 'Ali y Murzib bin abi Murzib Al-Ganaui tenían un solo camello. Los asuntos de Medinah quedaron a cargo de Ibn Umm Maktum, pero luego se los confiaron a Abu Lubabah bin Abdul Mundhir. El liderazgo general estuvo a cargo de Mus'ab bin Umair Al-Qurashi Al-Abdari y el estandarte era de color blanco. El pequeño ejército fue dividido en dos batallones, los Muhâÿirún con un estandarte llevado por 'Ali bin abi Talib y los Ansâr cuyo estandarte lo sostenía Sa'd bin Mu'adh. Az-Zubair bin Al-Auuam estuvo encargado del flanco derecho, Al-Miqdad bin Amr lideró el flanco izquierdo y la retaguardia comandada por Qais bin abi Sa'sa'ah. Por supuesto el Comandante en Jefe era el Profeta -salla Allah aleihi wa salam-
El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- a la cabeza de su ejército, marchó por la ruta principal que conducía a La Meca. Luego giró hacia la izquierda rumbo a Badr y cuando llegó a As-Safra, envió a dos hombres para inspeccionar los camellos de Quraish.
Abu Sufián estaba muy atento a la evolución de los acontecimientos. Se dio cuenta que la ruta que estaba siguiendo era muy peligrosa. También estaba ansioso de saber algo de los movimientos de Muhammad -salla Allah aleihi wa salam- Sus espías le reportaron que los musulmanes deseaban apoderarse de su caravana, entonces para entrar a salvo mandó un mensaje con Damdam bin Amr Al-Gifari pidiendo ayuda a los Quraishíes. El emisario llegó rápidamente a La Meca. Desmontó de su camello, dio vuelta a la montura hacia arriba, se cortó su túnica (*) y gritó: ''¡Oh Quraish! Vuestras mercancías que están con Abu Sufián. La caravana está siendo interceptada por Muhammad -salla Allah aleihi wa salam- y sus compañeros. No puedo decir lo que pasará. ¡¡Auxilio!! ¡¡Auxilio!!
(*) Todas estas extrañas actitudes eran una manera de anunciar la seriedad del asunto y conseguir la atención de las personas.
Los efectos de esos gritos fueron intensamente atendidos por Quraish e inmediatamente recordaron su orgullo herido por los musulmanes cuando éstos interceptaron la caravana de Al-Hadrami. Todos se movilizaron excepto Abu Lahab que quedó atrás. También movilizaron a algunas tribus para que combatieran contra el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- Todos los clanes de Quraish dieron su consentimiento menos Banu Adi. 1300 soldados incluidos 100 jinetes y 600 soldados con un gran número de camellos procedieron para combatir a los musulmanes. Para la comida sacrificaban cada día entre nueve y diez camellos. Temían que Banu Bakr, debido a una larga enemistad que databa desde hacia mucho tiempo, atacara su retaguardia. Entonces Satanás se les apareció en la forma de Suraqah bin Malik bin Ju'sham Al-Mudlaÿi -jefe de Banu Kinana- para decirles: 'Les garantizo que nada les ocurrirá en la retaguardia''.
Salieron llenos de indignación, motivados por el deseo de venganza y para exterminar a aquellos que se interponían en las rutas de sus caravanas:
''Haciendo ostentación ante la gente, mientras se apartaban del Camino de Allah'' (8: 47)
Como dijo el Profeta -salla Allah aleihi wa salam:
''¡Oh Allah! estos son los arrogantes y egoístas; han venido para desafiar a Allah y a Su Mensajero''
Se movilizaron en dirección norte hacia Badr. En el camino recibieron otro mensaje de Abu Sufián que les pedía que regresaran a La Meca porque la caravana estaba a salvo de los musulmanes. Accidentalmente, Abu Sufián, se enteró de la ruta de los musulmanes y dirigió su caravana fuera de la ruta principal rumbo al Mar Rojo. Gracias a esto fue posible estar a salvo de los musulmanes.
Cuando el ejército de los incrédulos se enteró del mensaje de Abu Sufián desearon volver a sus casas. Pero el malvado Abu Yahl, insistió arrogantemente para que sigan hacia Badr y allí permanecieron durante tres noches en las cuales festejaban y hacían fiestas. Ahora lo que querían era castigar a los musulmanes, para escarmentarlos e impedir que interceptaran sus caravanas, e impresionar a las demás tribus y demostrarles que Quraish tenía la supremacía en toda aquella área.
Abu Yahl los intimidó e insistió a pesar de que Banu Zahrah, siguiendo los consejos de Al-Ajnas bin Shuraiq, retornó a La Meca. Al-Ajnas era ciegamente obedecido por su tribu en los asuntos importantes.
Banu Hashim también quiso desistir pero las artimañas de Abu Yahl le impidieron hacerlo. El resto de soldados, que ahora eran 1000, acamparon en Badr sobre una duna de arena en Al-Udat Al-Qusua. 'El comando de inteligencia' del ejército de Medinah le informó al Profeta -salla Allah aleihi wa salam- que un encuentro sangriento con los incrédulos de La Meca era inevitable, y que había que seguir un curso audaz, o de lo contrario las fuerzas del mal perjudicarían y dañarían la noble causa del Islam y a sus seguidores. Los musulmanes temían que los paganos de La Meca invadieran el cuartel general del Islam, Medinah. Un acontecimiento de esa índole causaría un inoportuno impacto en la dignidad y en los sentimientos de los musulmanes. Debido al grave desarrollo de los acontecimientos el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- convocó a una reunión de emergencia para evaluar la situación e intercambiar puntos de vista con los distintos líderes del ejército. Algunos de los musulmanes temieron el horrible encuentro y su coraje empezó a reducirse; respecto a esto, Allah dice:
''Como cuando tu Señor te hizo (Oh Muhammad, salla Allah aleihi wa salam) salir de tu casa con la Verdad y, ciertamente, a un grupo de creyentes les disgustó, te discuten sobre la Verdad después de que haya sido aclarada, como si les llevaran a la muerte mientras miran'' (8: 5, 6)
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| Tema: Re: 93- La Batalla de Badr Miér Nov 26, 2008 9:45 pm | |
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El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- informó a sus hombres sobre la gravedad de la situación y les pidió que lo aconsejaran. Abu Bakr -radia Allah anhu- fue el primero en hablar y le aseguró al Profeta -salla Allah aleihi wa salam- de su total obediencia a sus órdenes. 'Umar -radia Allah anhu- habló después y expresó el mismo punto de vista que su noble amigo. Luego Al-Miqdad bin Amr se paró y dijo: ¡Oh Mensajero de Allah! avanza hacia donde te ordene Allah, que estamos a tu lado. Nosotros no te diremos lo que los judíos dijeron a Moisés -aleihi wa salam: 'Ve tú solo junto a tu Señor a pelear que nos quedaremos aquí'
Nosotros diremos:
'Ve tú con Tu Señor a pelear que también estaremos peleando a vuestro lado' ¡Por Allah! si nos dices que debemos ir a Bark Al-Gimad, lo haríamos y pelearíamos a tu lado hasta vencer'.
El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- agradeció sus palabras y lo bendijo.
Los tres líderes que hablaron pertenecían a los emigrados, que constituían el grupo minoritario del ejército. El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- quería escuchar la opinión de los Ansar dado que formaban la mayor parte del ejército y recaería sobre ellos el mayor peso de las actividades bélicas. Es más, las cláusulas del Juramento de Al-'Aqabah nos los obligaban a pelear pasando de su territorio.
El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- dijo:
''¡Aconsejadme, mis hombres!''
Con esto se refería a los Ansar en particular. Entonces Sa'd bin Mu'adh se levantó y dijo:
''Por Allah, me parece que quieres nuestra opinión. El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- dijo: Sí. Sa'd le dijo: ¡Oh Profeta de Allah! creemos en ti y somos testigos de que has venido con la Verdad. Te dimos nuestro juramento y compromiso para obedecerte y esforzarnos. Te obedeceremos de buen grado en lo que nos ordenes, y por Allah, Aquel que te envió con la Verdad, si nos pides que nos dirijamos hacia el mar verás que ninguno de nosotros se queda atrás y lo haríamos rápidamente. No nos preocupa la idea de encontrarnos con el enemigo. Tenemos experiencia en la guerra y somos competentes para el combate. Espero que Allah te muestre a través de nuestras manos aquellas acciones de valor que harán complacer a tus ojos. Diríjenos hacia el campo de batalla en el Nombre de Allah''
El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- se complació por esta demostración de fidelidad y el espíritu de sacrificio que sus sahaba mostraban en estos momentos tan delicados. Luego les dijo:
''Avancen con felicidad, debido a que Allah me ha prometido una de las dos riquezas (la riqueza del botín o el martirio en la causa de Allah) y por Allah es como si estuviese viendo al enemigo cayéndose bajo nuestros pies''
En las inmediaciones de Badr, El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- y su amigo Abu Bakr -radia Allah anhu- guiaron una operación de reconocimiento para dar con el campamento de Quraish. Se encontraron con un anciano beduino del cual trataron sacar información sobre la ubicación exacta de los incrédulos. Por la tarde del mismo día, envió a tres líderes de los Muhâÿirún, 'Ali bin abi Talib, Az-Zubair bin Al-Auuam y Sa'd bin abi Uaqqás -radia Allah anhum- para que consiguieran información del enemigo. Vieron dos hombres llevando agua para el ejército de la Meca. Cuando los interrogaron, admitieron que era agua para los de Quraish. Pero esta respuesta no satisfizo a algunos musulmanes, pues esperaban que dijesen que pertenecían a la caravana de Abu Sufíán y golpearon a los dos para ver si les sacaban más información, ellos dijeron mintiendo: sí, pertenecemos a la caravana y, entonces los dejaron marchar.
El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- se enojo y les dijo:
''¡Cuando les dijeron la verdad los golpearon y cuando mintieron los dejaron'' luego les habló a los dos y le informaron de los detalles del enemigo, la cantidad de soldados, la ubicación exacta y los nombres de los jefes. .
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| Tema: Re: 93- La Batalla de Badr Miér Nov 26, 2008 9:48 pm | |
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Esa noche llovió en ambos lados siendo para los incrédulos una causa de estorbo, mientras que, para los musulmanes, resultó una bendición de Allah. Allah subhana wa ta'ala les envió la lluvia para fortalecer sus corazones y para afirmar sus pasos. Avanzaron un poco hasta estar cerca del valle y Muhammad -salla Allah aleihi wa salam- se detuvo cerca del manantial de Badr. Al-Hubab bin Mundhir le pregunto: ¿Ha designado Allah este lugar o es una estratégia militar producto de la consulta? El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- respondió: ''Es una estrategia militar que me aconsejaron'' Al-Hubab dijo: 'este lugar no es adecuado para que nos ubiquemos; permítenos acampar lo más cercano al agua, hacer una reserva de agua y luego destruir todos los demás lugares donde haya agua, así dejaremos al enemigo sin ella'' El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- aprobó su plan y lo realizaron por la noche.
Sa'd bin Mu'adh sugirió que se construya para el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- un lugar que sirva de cuartel general para el ejército musulmán y que sea seguro para el líder. Sa'd justificó su punto de vista diciendo que si ganaban estarían felices; pero caso de perder, el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- podría volver a Medinah para juntarse con aquellos que lo aman y lo asistirían en las dificultades y, así podría reanudar su predica y podrían junto a él esforzarse en el Camino de Allah una y otra vez.
Un escuadrón fue elegido entre los Ansar bajo el liderazgo del mismo hombre, Sa'd bin Mu'adh, para defender al Profeta -salla Allah aleihi wa salam- en su cuartel general.
El Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- pasó toda la noche anterior al día de la Batalla de Badr suplicando y rezando. El ejército musulmán pudo descansar bien del viaje y un signo Divino descendió:
(Recordad) ''Cuando hizo que os entrara sueño, para daros sensación de seguridad venida de Él, e hizo que bajara del cielo agua para purificaros con ella y alejar la mancha del Demonio, para reanimaros y afirmar así vuestros pasos'' (8: 11)
Esto fue el viernes por la noche, durante el día 17 del mes de Ramadán del año 2 d.H.
A la mañana siguiente, el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- rezó junto a sus hombres y los exhortó a que combatan en la causa de Allah subhana wa ta'ala. Cuando el sol aparecía sobre el desierto, el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- alistó al ejército y, señalando con una flecha que sostenía en su mano, arengó a la tropa.
Quraish, posicionó a sus hombres en Al-Uduat Al-Qusua, en frente de las líneas musulmanas. Algunos de ellos se acercaron para provocar y beber el agua de Badr, pero todos fueron muertos excepto uno, Hakim bin Hizam, que más tarde abrazaría el Islam y se haría un devoto musulmán. Umair bin Uahab Al-Yumahi, tratando de ver el poderío del ejército musulmán, se acercó para ver la cantidad de soldados del mismo y reportó que eran 300 hombres. En otra incursión dijo que no esperaban refuerzos. Comprendió que eran muy valientes y que tratarían de matar al mayor número posible de enemigos a pesar de que los sobre pasaban en número. Este informe y teniendo en cuenta las relaciones de parentesco, incitó a algunos hombres de Quraish a desistir de combatir.
Cuando los dos grupos se aproximaron, estuvieron cerca y estaban a la vista, El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- le suplicó a Allah de la siguiente manera:
''Oh Allah, los malvados y arrogantes Quraishíes vinieron a desafiarte a Ti y a tu Mensajero. Oh Allah, confío en la victoria que me has prometido. Te imploro a Ti, Oh Allah, para que los destruyas''
Luego dio instrucciones para que no empiecen el combate hasta que él lo autorizara. Recomendó usar las flechas con precisión (1) y no usar las espadas hasta no tener al enemigo cerca (2)
(1) Sahih Al-Bujari 2 /568
(2) Abu Daud 2/ 13
Abu Yahl también rogó por la victoria diciendo: 'Señor nuestro, derrota a cualquiera de los dos grupos que sea menos bondadoso con sus parientes'. Los paganos confiaban en la superioridad de su cantidad, equipamiento y experiencia.
El Noble Corán les informó que ya estaba decidida la victoria, pero no como la esperaban:
''Vosotros pedisteis que triunfara quien tuviera la verdad, y esto fue lo que ocurrió. Y sabed que si desistís (de combatir a los creyentes y abandonáis la incredulidad) será mejor para vosotros; y si volvéis a hacerlo volveré (a castigaros) y de nada os servirán vuestras huestes, aunque fuesen numerosas. Ciertamente Allah está con los creyentes'' (8: 19)
Según las costumbres árabes de la guerra, antes de que comenzara cualquier batalla debía haber un duelo de espadas entre los representantes de ambos bandos.
El primero que encendió el fuego de la batalla y que fue su primera víctima fue Al-Asuad bin Abdul Asad Al-Majzumi, un malvado idólatra. Juró que bebería de los recipientes de agua pertenecientes a los musulmanes, de lo contrario, los destruiría o moriría en el intento. Se enfrentó a Hamzah bin Abdul Muttalib, quien hirió su pierna con su espada y luego lo mató y cayó dentro de la fuente.
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| Tema: Re: 93- La Batalla de Badr Miér Nov 26, 2008 9:49 pm | |
| La Batalla estaba a punto de comenzar. Protegido con una armadura y un escudo, Utbah bin Rabi'a se adelantó junto a su hermano Shaibah y a su hijo Al-Ualid para maldecir a los musulmanes. Tres jóvenes pertenecientes a los Ansar se adelantaron para enfrentarse: 'Auf y Mu'auuadh el hijo de Hariz y Abdullah bin Rauuaha. Pero los Quraishíes les dijeron que no querían nada con ellos, sino que querían enfrentarse a los líderes de entre sus primos. Debido a esto, el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- le pidió a Ubaidah bin Al-Hariz, a su tío Hamzah y a su primo Ali que los enfrenten en combate. Los tres cumplieron rápidamente. Hamzah mató a Shaibah y Alí mató a Al-Ualid (1) Ubaidah fue seriamente herido pero antes de que caiga, Hamzah decapitó a Utbah. Ali y Hamzah cargaron a Ubaidah debido a que le había cortado la pierna, muriendo cuatro o cinco días más tarde.
(1) Mishkat Al-Masabih 1/343
Este acontecimiento fue sucedido por otros duelos donde los Quraishíes sufrieron numerosas bajas y perdieron muchos de sus más preciados guerreros. Irritados y furiosos, se lanzaron contra los musulmanes para tratar de exterminarlos a todos. Los creyentes, sin embargo, después de pedirle asistencia a Su Señor, mantuvieron sus posiciones y planearon una defensiva que fue lo suficientemente exitosa como para causarles muchísimas bajas a los enemigos. El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- rogó a Su Señor día y noche para conseguir Su ayuda. En el momento que el combate estaba creciendo en intensidad y estaba al rojo vivo, rogó a Allah de esta manera:
''¡Oh Allah! Si este grupo (de musulmanes) es vencido hoy, no quedará quien te adore después de este día''
Continuó suplicando a su Señor, extendiendo sus manos en dirección a la Qiblah, hasta que su manto se cayó de sus brazos. Abu Bakr se acercó lo levantó y se lo puso sobre los hombros y le dijo: ''Oh Profeta de Allah, ya has suplicado a tu Señor. Él cumplirá lo que te ha prometido''
Inmediatamente vino la respuesta de Allah subhana wa ta'ala. Quien envió ángeles desde el Cielo para socorrer y asistir al Profeta -salla Allah aleihi wa salam- y a sus sahaba.
El Sagrado Corán dice:
''Cuando vuestro Señor inspiró a los ángeles: «Yo estoy con vosotros. ¡Confirmad, pues, a los que creen! Infundiré el terror en los corazones de quienes no crean'' (8: 12)
Allah, el más Poderoso, también inspiró a Su Mensajero:
''Cuando pedisteis auxilio a vuestro Señor y Él os escuchó: «Os reforzaré con mil ángeles uno tras otro'' (8: 9)
El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- desde su cuartel se asomó y exclamó con entusiasmo:
''Oh Abu Bakr, te albricio con buenas noticias: La victoria de Allah está cerca, por Allah, puedo ver a Gabriel sobre su caballo en lo más reñido de la batalla''
Luego exclamo:
''Tal grupo será derrotado y dará la espalda'' (54: 45)
En la presencia de Gabriel -aleihi wa salam- el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- tomó un puñado de arena y se lo arrojó al enemigo diciendo:
''¡Confúndanse vuestros rostros!''
y cuando arrojó la arena, un violento tornado de arena apareció como un torbellino ante los ojos de sus enemigos. Respecto a este acontecimiento, Allah subhana wa ta'ala dice:
''Tú (Muhammad) no eras el que arrojaba sino que fue Allah el que lo hizo'' (8: 17)
Sólo en ese momento el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- dio claras órdenes de contra atacar. Estaba comandando al ejército, inspirándoles confianza y exhortándoles a que peleen con valentía en la causa de Allah recitando Sus Palabras:
''Acudid prestos hacia un perdón de vuestro Señor y a un Paraíso cuyo ancho con los Cielos y la Tierra (3: 113)
El espíritu de coraje infundido a sus hombres se evidencia claramente por el valor demostrado por Umair, un joven de apenas 16 años, que arrojó unos dátiles que estaba comiendo y dijo: 'Estos (dátiles) me están manteniendo fuera del Paraíso''. Y se precipitó al lugar donde el combate era más peligroso. Combatió con coraje hasta morir heroicamente. Acciones de valentía, profunda devoción y total obediencia al Profeta -salla Allah aleihi wa salam- eran demostradas en el transcurso de la Batalla. El ejército de los creyentes cada vez tenía más entusiasmo. Una gran cantidad de incrédulos fueron muertos y otros empezaron a vacilar y a temblar. El estandarte de la Verdad estaba siendo asistido por las fuerzas celestiales (los ángeles) con el Permiso de Allah, para vencer a las fuerzas del mal, los enemigos del Islam.
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| Tema: Re: 93- La Batalla de Badr Miér Nov 26, 2008 9:50 pm | |
| Las distintas narraciones de Hadiz hablan con elocuencia sobre la ayuda de los ángeles peleando al lado de los musulmanes.
Ibn 'Abbas dijo: 'Mientras, en ese día, un musulmán (llamado Haizum) perseguía a un incrédulo, escuchó sobre él latigazos y la voz de un jinete diciendo: 'Adelante Haizum' y vio al politeísta que se caía sobre su espalda. El ansari le comentó al Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- lo ocurrido. El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- le respondió: 'Has dicho la verdad. Esta fue una ayuda proveniente del tercer Cielo'' (Sahih Al-Bujari 2/93)
Uno de los ansar capturó a Abbas bin Abdul Muttalib, quien dijo: 'Oh Mensajero de Allah, ¡Por Allah! este hombre no fue el que me capturó. Fui capturado por un hombre de un rostro muy bello y que montaba un fino corcel, no lo encuentro ahora entre la gente'. El ansari lo interrumpió diciendo: 'Lo capturé yo, Mensajero de Allah'. El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- le dijo: ''Tranquilízate, Allah el más Poderoso te ayudó con un noble ángel''
Satán, el maldito, en la forma de Suraqah bin Malik bin Yu'sham Al-Mudlaÿi, viendo que los ángeles colaboraban con los musulmanes, y que Quraish perdía rápidamente terreno sobre el campo de batalla, dio media vuelta y corrió hacia el mar.
Las tropas de Quraish empezaron a desertar y esto los confundió aún más. Los musulmanes los persiguieron matándolos o capturándolos. La retirada pronto se convirtió en algo vergonzoso, trataron de escapar rápidamente desprendiéndose de sus armaduras, abandonando los animales y demás pertenencias.
El gran tirano Abu Yahl, sin embargo, viendo el adverso curso de la batalla, intentó detener el inminente progreso de la victoria musulmana arengando a los incrédulos y jurando por al-lat y uzza y todos los símbolos del paganismo para que se mantuvieran firmes en sus puestos y combatieran a los musulmanes, pero sin ninguna respuesta. La moral de los incrédulos se redujo drásticamente a cero y sus filas se rompieron. Entonces se dio cuenta de su arrogancia. Pero nadie permaneció a su lado excepto una escoria de politeístas cuya resistencia fue extinguida por una irresistible tormenta de verdaderos devotos del Islam que con coraje buscaban el martirio. Abu Yahl fue abandonado y sobre su caballo esperaba la muerte que le vendría a manos de dos jóvenes de los Ansar.
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| Tema: Re: 93- La Batalla de Badr Miér Nov 26, 2008 9:51 pm | |
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Abdur-Rahman bin Auf relató esta interesante historia:
''Estaba en el campo de batalla cuando dos jóvenes que parecían inexpertos en el arte del combate se ubicaron cerca de mí, uno a mi derecha y el otro a mi izquierda. Uno de ellos me dijo en secreto que le muestre quién era Abu Yahl. Y cuando le pregunté el motivo me respondió que tenía muchas ganas de enfrentarlo en combate y matarlo. Me pareció algo increíble. Luego, cuando giré hacia mi izquierda, el otro joven me dijo algo similar. Accedí a la petición de ambos y les señalé el objetivo. Los dos se arrojaron hacia él y lo eliminaron. Luego volvieron al Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- cada uno clamando que había matado a Abu Yahl excluyendo al otro. El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- les preguntó si habían limpiado la sangre de sus espadas y respondieron que no. Las examinó y se percató de que ambos lo habían matado. Cuando finalizó la batalla las pertenencias de Abu Yahl fueron dadas a Mu'adh bin Amr bin Al-Yumuh, debido a qu el otro Mu'auuadh bin Al-Afra fue muerto en el curso de la misma batalla. (Sahih Al-Bujari 1/444) Cuando finalizó la batalla, el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- quiso ver al archi enemigo del Islam, Abu Yahl. Abdullah bin Mas'ud lo encontró agonizante dando los últimos suspiros. Se paró junto a él y le dijo: ''¿Has visto como Allah te ha deshonrado? El enemigo del Islam desafiante le respondió: 'No fui deshonrado. Sólo soy un hombre asesinado por su misma gente en el campo de batalla' Y luego preguntó: ¿quién ha ganado? Ibn Mas'ud respondió: 'Allah y Su Mensajero'' Abu Yahl dijo: '¡Has seguido un camino dificultoso, pastor! Ibn Mas'ud solía trabajar de pastor para los aristócratas de La Meca.
Ibn Mas'ud le cortó la cabeza y se la llevó al Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- que al verla alabó a Su Señor:
''Allah es el más grande, las alabanzas pertenecen a Allah, Aquel que cumplió con Su Promesa, asistió a su siervo y derrotó a los confederados Él solo''
Luego dijo:
''Este es el Faraón de esta nación''
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| Tema: Re: 93- La Batalla de Badr Miér Nov 26, 2008 9:52 pm | |
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Algunos actos de significativa devoción:
1--- El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- le sugirió a sus Compañeros que preserven las vidas de Banu Hashim debido a que habían salido sin desearlo junto a los politeístas para no ser censurados. Entre ellos estaba Al-Abbas bin Abdul Muttalib y Abu Bujtari bin Hisham. Les ordenó a los musulmanes que los capturen pero que no los mataran. Abu Hudhaifah ibn Utbah se sorprendió y dijo: '¿Matamos a nuestros padres, hijos, hermanos y miembros de nuestro clan, y debemos separar a Al-Abbas? ¡Por Allah! Si lo veo lo mataré con mi espada'. Al escuchar sus palabras el Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- dijo a 'Umar bin Al-Jattab, ''¿Es bueno que el rostro del tío del Mensajero sea golpeado con la espada? 'Umar se indignó e intentó matar a Abu Hudhaifah, éste último sintió miedo y pensó que sólo el martirio podría expiar sus erróneas palabras. Murió años más tarde durante los acontecimientos de Al-Iamâmah (La Batalla de Iamamah, ocurrió después de la muerte del Profeta -salla Allah aleihi wa salam- durante el gobierno de Abu Bakr -radia Allah anhu- Fue una de las más sangrientas batallas de la famosa guerra contra los apostatas)
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| Tema: Re: 93- La Batalla de Badr Miér Nov 26, 2008 9:54 pm | |
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2--- Abu Al-Butjari ibn Hisham se había esforzado para impedir que su gente vaya en contra del Profeta -salla Allah aleihi wa salam- mientras estaba en La Meca. Nunca hirió ni dijo nada malo al Profeta -salla Allah aleihi wa salam- Y fue uno de los que colaboró para que se acabase el boicot contra Banu Hashim y Banu Abdul Muttalib.
Aquí, sin embargo, en la Batalla de Badr insistió en pelear si no se perdonaba la vida también a sus demás compatriotas. Al-Muydhir bin Ziad Al-Balui, con quien se enfrentó en combate, respondió que los demás no estaban incluidos en la recomendación del Profeta -salla Allah aleihi wa salam- y terminó matando a Al-Bujtari.
3--- Adbur-Rahman bin Auf y Umaiah bin Jalaf eran buenos amigos durante la era pre-islámica. Cuando la Batalla finalizó, Abdur-Rahman vio a Umaiah y a su hijo prisioneros. Tiró las armaduras que tenía como botín, y fue a su lado. Bilâl, vio a Umaiah y debido a las torturas que había recibido de él se abalanzó contra Umaiah mientras juraba que lo mataría. Abdur-Rahman intentó detenerlo paro sin éxito. Los musulmanes rodearon al hijo de Umaiah lo mataron. En ese momento Abdur-Rahman le dijo a su viejo amigo que corriera para salvar su vida pero todo fue en vano, pues le dieron muerte.
4--- En el nivel moral, la batalla de Badr fue un conflicto inevitable entre las fuerzas del mal y las del bien. En este contexto, Omar ibn Al-Jattab -radia Allah anhu- no perdonó la vida de ninguno de los incrédulos ni siquiera la de su tío materno Al-'As bin Hisham bin Al-Mugirah.
5--- Abu bakr -radia Allah anhu- le gritó a su hijo Abdur-Rahman, que todavía era un incrédulo y peleaba junto a ellos ¿Dónde está el botín, niño débil? y él respondió que se las había llevado el viento.
6--- Cuando finalizó la batalla, los musulmanes empezaron a tomar prisioneros a algunos incrédulos. El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- miró el rostro de Sa'd bin Mu'adh, el jefe de la guardia del Profeta -salla Allah aleihi wa salam- y comprendió que detestaba tenerlos como prisioneros. Sa'd estaba de acuerdo con lo que el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- dijo y agregó que era la primera victoria para los musulmanes sobre las fuerzas del politeísmo y que prefería matarlos en vez de dejarlos con vida.
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| Tema: Re: 93- La Batalla de Badr Miér Nov 26, 2008 9:56 pm | |
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7--- El día de Badr, la espada de Ukashah bin Mihsan Al-Asdi se quebró, entonces el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- le dio un tronco de madera que sacudió e inmediatamente se convirtió en una formidable espada blanca. Ukashah siguió usando esa espada en las conquistas islámicas hasta que murió durante las guerras contra los apostatas.
8--- Cuando las actividades bélicas habían finalizado, Mus'ab bin Umair Al-Abdari vio a su hermano, que todavía era politeísta, capturado por un Ansar. Mus'ab le recomendó al Ansar que pida una gran suma debido a que la madre era suficientemente rica como para liberarlo. Abu Aziz, el hermano de Mus'ab, intentó beneficiarse de la relación de parentesco que lo unía a su hermano, pero Mus'ab respondió con firmeza que el Ansar era más merecedor de su hermandad que él.
9--- Cuando el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- ordenó que los cadáveres de los politeístas fueran abandonados en un valle vacío, Abu Hudhaifah bin Utbah miró con nostalgia a su padre muerto que había peleado al lado de los politeístas. El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- notó eso y le preguntó el motivo de su tristeza. Hudhaifah le dijo que no tenía la menor duda de que su padre se había encontrado con su destino pero hubiese preferido que abrazara el Islam, por eso estaba apenado. Entonces el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- le susurró al oído palabras de consuelo.
Las consecuencias de la Batalla fueron, como las mencionamos anteriormente, una deshonrosa derrota para los incrédulos y una manifiesta victoria para los musulmanes. Solamente catorce musulmanes murieron, seis pertenecientes a los Muhâÿirún y ocho a los Ansar. Los incrédulos sufrieron grandes pérdidas, setenta murieron y un número similar fue tomado prisionero. Muchos de los hombres importantes de La Meca, y algunos de los más duros oponentes de Muhammad -salla Allah aleihi wa salam- también se contaban entre los caídos. El jefe de estos era Abu Yahl.
El tercer día, el Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- salió para ver los cadáveres de los politeístas y dijo:
''Que gente malvada que fuisteis por haber mal tratado a vuestro Profeta, no creísteis en mí mientras que los demás sí creyeron; me dajateis abandonado mientras los demás me socorrieron; me echasteis mientras que los demás me dieron asilo''
Se paró cerca de los cuerpos de 24 líderes de Quraish que habían sido arrojados en un foso y uno por uno con sus nombres y los nombres de sus padres: ''¿No hubiese sido mejor para vosotros haber obedecido a Allah y a Su Mensajero? Hemos visto que la promesa de Nuestro Señor es verdadera; ¿Hallasteis vosotros la promesa de vuestro Señor verdadera? entonces, Omar bin Al-Jattab dijo: 'Oh Mensajero de Allah! ¿Por qué le hablas a cuerpos que no tienen almas? El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- le respondió: ¡Por Aquel que tiene en Sus manos el alma de Muhammad! Vosotros no oís mejor que ellos lo que estoy diciendo.
La Biografía del Noble Profeta Muhammad -sal-lâ Allah alehi wa salam- El Néctar Sellado Por: Sheij Safi-ur-Rahmân Al Mubarakfuri Traducción: Yusef Hussein Hallar Revisión: Lic. Isa Amer Quevedo Transcrito para libro virtual por: Ahl al Sunnah wal Yama'ah - [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
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