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 | | Tema: La aceptación del Islam por ‘Amr ibn ‘Abasah Vie Feb 10, 2012 10:29 am | |
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La aceptación del Islam por ‘Amr ibn ‘Abasah (1)
(1812) ‘Amr ibn ‘Abasa Al-Sulami relató: “Cuando yo estaba en el estado de ignorancia (antes de aceptar el Islam)pensaba que la gente estaba extraviada, que no tenían nada (verdadero) y que adoraban ídolos. Y escuché de un hombre en Makka que estaba dando noticias (de un mensaje profético). Entonces me subí a mi montura y fui a verlo. El Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) se ocultaba, ya que su gente le hacía la vida difícil, y con una actitud amigable (hacia los mequenses) me las arreglé para llegar hasta él en Makka y le pregunté: ‘¿Quién eres tú?’ Dijo:
«Soy un Profeta». Dije: ‘¿Qué profeta?’ Dijo: «He sido enviado por Allah?» Dije: ‘¿Y con qué cosa te ha enviado?’
Dijo: «He sido enviado para unir los lazos de parentesco, destruir los ídolos y proclamar la unicidad de Allah para que no se asocie nada con El». Le pregunté: ‘¿Quién está contigo en esto?’ Dijo: «Un hombre libre y un esclavo».
(Abû Bakr y Bilâl estaban en esos días entre los que habían creído). Dije: ‘Quiero seguirte’. Dijo: «En estos días no podrás hacerlo, ¿no ves las difíciles condiciones en las que yo y mi gente vivimos? Mejor vuelve con tu gente y cuando escuches sobre mi victoria, ven a mi». Entonces me fui con mi gente, y el Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) llegó a Medina mientras yo estaba con mi gente. Yo solía buscar noticias y preguntarle a la gente desde que llegó a Medina. Hasta que llegó un grupo de la gente de Yazrib (Medina), entonces les dije: ‘¿Qué ha hecho ese hombre que llegó a Medina?’
Dijeron: ‘La gente se apresura a aceptarlo mientras su gente (de Makka) quiso matarlo pero no lo logró.’ Entonces llegué a Medina, fui a él y le dije: ‘¡Mensajero de Allah! ¿Me reconoces?’ Dijo: «Si, ¿tú eres el que me encontró en Makka?». Respondí: ‘Así es’, y dije: ‘¡Profeta de Allah! Infórmame de lo que Allah te ha enseñado y que yo ignoro, infórmame sobre la oración.’
Dijo: «Reza la oración del alba, luego deja de rezar cuando el sol está saliendo hasta que haya salido por completo, ya que cuando sale lo hace entre los cuernos de Shaitan, y es en ese momento que los incrédulos se le prosternan. Luego reza, ya que (esta oración) es atestiguada (por los ángeles) y observada por los obedientes, hasta que la sombra es del largo de una lanza. Luego deja de rezar ya que en ese momento el Infierno se calienta. Y cuando la sombra se mueve, reza ya que (esta oración) es atestiguada y observada por los obedientes, hasta rezar la oración de la tarde. Luego deja de rezar hasta que se ponga el sol, ya que se pone entre los cuernos de Shaytân y en ese momento se le prosternan los incrédulos».
Dije: ‘¡Profeta de Allah! ¿y la ablución?’, cuéntame sobre ella. Dijo: «No hay uno entre vosotros que haga la ablución (con agua) enjuagándose la boca, aspirando y expulsando agua por la nariz sin que los pecados del rostro, boca y nariz se caigan, y luego si lava su rostro, como Allah lo ha ordenado, los pecados de su rostro caerán por el final de su barba con el agua, luego si lava sus brazos hasta los codos, los pecados de sus brazos caerán de las puntas de sus dedos con el agua, y si pasa la mano húmeda por su cabeza, los pecados de su cabeza caerán de las puntas de sus cabellos con el agua, y si lava sus pies hasta los tobillos, los pecados de sus piernas caerán de las puntas de sus dedos con el agua, y si luego se para y reza, alaba a Allah y Lo elogia, y Lo glorifica con lo que Le pertenece y consagra su corazón para Allah, sus pecados lo abandonarán dejándolo (inocente) como en el día en que su madre lo dio a luz».” ‘Amr ibn Abasa le narró este hadiz a Abû Umâmah, un Compañero del Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam), entonces Abû Umâmah le dijo: “¡‘Amr ibn Abasa! Mira lo que dices, ¿es que se le da (todo esto) a un hombre por una sola acción?.” Y ‘Amr dijo: “¡Abû Umâmah! He envejecido y mis huesos se han debilitado y estoy cerca de mi plazo (la muerte), ¿qué necesidad tengo de atribuirle una mentira a Allah o al Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam)?; si lo hubiera escuchado del Mensajero de Allah (sallalahu aleihi wasalam) una, dos o tres veces (hasta siete veces), nunca lo hubiera narrado, pero se lo escuché más veces que eso.”
(1) ‘Amr ibn ‘Abasah. Su kunya es Abû Nayih y pertenecía a la famosa tribu de Sulami. Era uno de los que sentía un profundo desprecio hacia la idolatría y las malas costumbres sociales que prevalecían en la sociedad árabe de entonces y tenía un fuerte deseo de encontrar el camino del bien. Fue de los primeros conversos al Islam. Estuvo con su tribu predicándoles el Islam hasta la caída de Jaybar, luego se mudó a Medina donde murió.
*radia Allah anhum
Sahih Muslim
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