Iman
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 | | Tema: 19- Jaled // Algunas reglas en los pactos de paz Vie Dic 12, 2008 7:17 am | |
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Jaled Ibn Al-Walid
La Espada de Allah
► Algunas reglas en los pactos de paz
....Una vez, cuando Abu Bakr -radia Allah anhu- informaba a la gente de las victorias de Jaled, dijo: Nunca nacerá de ninguna mujer uno como Jaled.
Al-Hirah se rindió y esto provocó un eco muy grande entre los árabes -el Califa ordenó a Jaled no perseguirlos hasta que llegue su compañero Iath ben Ganam; porque el Califa sabía que si pasan a Al-Hirah, estarán rodeados por la derecha por los persas y por los romanos en el Sham por la izquierda, además, la zona misma del Sawd era recién convertida al Islam, las circunstancias no eran las idóneas para el avance del ejército musulmán y por ello, ordenó a Jaled esperar a Iath, que saldría de Dawmat Al-Jandal después de haber limpiado y dominado la zona y así, evitarían el peligro de dicha zona.
La naturaleza de Jaled no era la de esperar casi un año sin luchar para esperar a su amigo, y llamó a este año el año de la mujer. Pero Jaled tuvo paciencia en aquel año a pesar de que no soportaba estar sin luchar por la causa de Allah.
Después de la batalla de A'lis, Jaled se apoderó de los barcos persas y montó a su ejército en ellos para ahorrarles el esfuerzo de ir por tierra, pero dichos barcos sólo les llevaron un trecho y luego se embarrancaron, debido a que el agua ha sido cortada por los persas al enterarse de los planes de Jaled cerraron la presa del río y si hubiera sido otra persona a la que esto le hubiese pasado, se habría sorprendido y habría abandonado los barcos para seguir por tierra, pero Jaled, insistió en conseguir su propósito de llegar con los barcos; entonces, mandó a algunos de sus amigos a Al-Qanater y allí soltaron el agua y se quedaron allí para vigilarlo y protegerlo y así, los barcos, pudieron seguir su rumbo. Mientras, los persas, habían cavado una zanja y se escondieron detrás mirando a Jaled y la imposibilidad que le habían tendido para llegar hasta ellos.
Jaled, al ver dicha zanja, enseguida ordenó sacrificar a todos los camellos viejos y débiles y luego los echó en la zanja y así pudo llenarla y ordenó a su ejército pasar al otro lado. Aquella zanja de los persas que habían hecho como una fortaleza, se convirtió para ellos en una cárcel en manos de Jaled. Los persas empezaron a pedirle y a rogarle que los deje salir, que tirarían sus armas pero que los deje salir de allí. Jaled les dejó salir.
Luego, Jaled ha sido informado de que Aqa ben Aqa estaba preparando un ejército, entonces, avanzó hacia donde estaban en el desierto y Jaled, al llegar, dijo a sus amigos: Protegerme de los demás mientras que yo me voy por Aqa y le atacó y lo ató y lo llevó como prisionero. Era una forma de lucha que Jaled usaba cuando tenía prisa y quería acabar con un enfrentamiento lo más rápido posible. Entonces tomaba al jefe del ejército enemigo como prisionero y mediante esto lograba sus propósitos.
Jaled dio a la predicación su importancia y al combate su importancia. Cuando se enfrentaba a árabes les decía: ¿Por qué lucháis contra los árabes, acaso no sois árabes? Entonces, por qué lucháis contra los árabes y cuando se enfrentaba a los persas les decía: ¿Por qué lucháis contra la justicia y la verdad?
Jaled igual que hacia la guerra con sabiduría también hacia la paz con sabiduría, como cuando lo hizo en Al-Hirah, y por primera en la historia, los campesinos de Al-Sawad han visto a un gobernante que les protegía a ellos y protegía a sus cosechas y les libraba de sus enemigos y les escuchaba, oía las quejas de los débiles contra los fuertes y legislaba entre ellos con igualdad y seguridad; ayudaba al esclavo a que sea libre y hasta que era autosuficiente. Jaled dijo: Les he invitado a que se sometan a Allah y sigan a Su Mensajero -salla Allah aleihi wa salam- y lo han rechazado.
Luego les he planteado el pago de los tributos y me han dicho que no tienen necesidad de luchar contra nosotros, que hagamos la paz y pacten con nosotros como lo que hiciste en Ahl al Ketab y, entonces, les asigné la cantidad a pagar y una condición: que se queden sometidos al pacto de Allah y su promesa con la gente de Al-Taurah y Al-Inyil que hagan cumplir el pacto y no ayuden a un solo asociador contra un musulmán, sea árabe o no, ni les digan los defectos de los musulmanes. Sobre ellos caiga el pacto de Allah, si lo hacen, estarán protegidos y si no, entonces no habrá ni protección ni seguridad y si ellos cumplen y guardan el pacto y pagan su tributo a los musulmanes, tendrán lo mismo de lo que han pactado y nosotros debemos protegerlos y si alguien es viejo o débil o ha tenido una desgracia o es rico y se empobreció, no están obligados a pagar el tributo y le asignaremos una ayuda del tesoro musulmán a él y a su familia, mientras viva entre nosotros y si nos abandona y van a otro lugar los musulmanes no tendrán obligación de mantenerlos. La vestimenta ha de ser honesta pero no pueden vestir como los musulmanes, ni vestir las mismas ropas de guerra que los musulmanes.
(*) Radia Allah anhum.
Extraído del Libro: Jaled el Formidable
Autor: Ábass Mahmud Al-Aqâd
Editorial: Nahdat Masser
Traducido del árabe al castellano, con la ayuda de Allah, por un hermano Palestino. Allah acepte su esfuerzo. Amin.
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