educación de los hijos

Jutbah:


Alabado sea Allah. Atestiguo que no hay otra divinidad excepto Allah, Único, sin asociados, el Soberano y Todopoderoso. Y atestiguo que Muhammad es Su siervo y Mensajero, que la paz y las bendiciones sean con él, con su familia, compañeros y con todos aquellos que sigan la guía hasta el día del Juicio Final.

¡Creyentes! Los hijos dan vida a los hogares, llenándolo de bullicio y desorden, pero esto no hace más que llenar de alegría nuestras casas.


Le fue preguntado a Gilan Ibn Slalamh Az Zaqafi: “¿Cuál de tus hijos es el más amado para ti? Y respondió: El más pequeño hasta que crezca, y el que está enfermo hasta que se cure y el que está ausente hasta que regrese.”


Este es el sentimiento del padre al ver a su hijo pequeño y recordar las palabras del Mensajero de Allah: “No viene una época sin que la siguiente sea peor”. Entonces toda vez que piensa en los problemas que debió atravesar y de los que sólo puede salir airoso el que Allah protege, piensa: ¿Y cómo será el futuro? ¿Cuál será la forma de prevenirse?


Allah dispuso varios asuntos que los padres deben tener en cuenta y que beneficiarán a sus hijos tras su desaparición, entre los principales motivos está la piedad del padre que hace merecedor de la protección de Allah a sus hijos tras su desaparición; dice en el Sagrado Corán:

“En cuanto al muro, pertenecía a dos jóvenes huérfanos del pueblo. Había debajo de él un tesoro que les pertenecía. Su padre había sido un hombre piadoso y tu Señor quiso que cuando alcanzaran la madurez encontrasen el tesoro, como una misericordia de tu Señor” (18:82).

Ibn Abbás dijo: Allah los protegió gracias a la piedad de su padre y no menciona si los hijos fueron piadosos.
Entre los favores divinos está que cuando el creyente ingresa al Paraíso, se reúne con sus padres e hijos, aunque hubiesen realizado menos obras piadosas, Allah dice:

“Reuniremos [en el paraíso] a los creyentes con sus descendientes que les siguieron en la fe. No les desmereceremos sus obras en nada” (52:21).

Ibn Abbás dijo: Allah elevará el grado de recompensa de los familiares para que sean más felices, aunque no hayan realizado obras como para merecerlo.


El Mensajero de Allah r dijo: “Tres súplicas siempre son respondidas por el Creador si duda alguna”, y mencionó entre ellas: “el ruego del padre por su hijo”.


Los Profetas tenían por costumbre rogar por los suyos; Abrahám rogó: “Y [recuerda ¡Oh, Muhammad!] cuando Abraham dijo:

¡Oh, Señor mío! Haz que esta ciudad sea un lugar seguro, y protégeme así como a mi descendencia de adorar a los ídolos” (14:35). Y rogó: “¡Oh, Señor mío! Haz que tanto yo como mis descendientes seamos fervientes practicantes de la oración. ¡Oh, Señor nuestro! Acepta mi súplica” (14:40). Abrahám y su hijo Ismael rogaron: “¡Señor nuestro! Aumenta nuestro sometimiento a Ti, y haz que nuestra descendencia sea una comunidad también sometida a Ti” (2:128).
El Profeta Zacarías rogó: “Allí Zacarías invocó a su Señor diciendo: ¡Señor mío! Concédeme una descendencia buena, Tú escuchas los ruegos” (3:38).


El sometimiento al Creador es lo que genera la piedad, hijos virtuosos, protege el corazón, conduce a la buena adoración, hace que el siervo cumpla con sus deberes y respete el derecho de los demás. El verdadero sometimiento es rezar en comunidad y cuando se encuentra solo también, no aprovechar la oportunidad para incumplir con los preceptos y caer en faltas.


El musulmán vive con dignidad, orgulloso de serlo, siguiendo la Sunna del Profeta en todos los asuntos, es un ejemplo de moral y como educador de sus hijos, sabiendo que a través de su piedad logrará los objetivos como tal. Leed la historia del Profeta Muhammad r para aprended la correcta educación de vuestros hijos. Temed a Allah y obrad piadosamente. Que la paz y las bendiciones de Allah sean con Su siervo y Mensajero Muhammad, su familia y compañeros.

Centro Cultural Islámico "Custodio de las Dos Sagradas Mezquitas"