82- La situación en Medinah al momento de la emigración

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LA PRIMERA ETAPA

La situación en Medinah al momento de la emigración

La Emigración a Medinah no debe atribuirse solamente a haber escapado de la injusticia y la opresión, sino también, a una especie de cooperación para construir los pilares de una nueva sociedad en un lugar seguro. Fue responsabilidad de cada musulmán el contribuir a la edificación de este nuevo hogar, inmunizándolo y haciéndolo fuerte. No cabe duda de que el Noble Mensajero -salla Allah aleihi wa salam- guía espiritual y líder, podía resolver los asuntos para alcanzar el objetivo propuesto.

En Medinah, el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- tuvo que tratar con tres categorías de diferentes personas con sus respectivos problemas:

1.-- Sus Compañeros -radia Allah anhum- nobles personas temerosas de Allah -subhana wa ta'ala-

2.-- Las tribus paganas de Medinah que todavía no habían abrazado el Islam.

3.-- Los judíos.

1) Respecto a sus Compañeros, las condiciones de vida en Medinah eran totalmente distintas a las de La Meca. En La Meca solían esforzarse por formar un grupo cooperativo, pero físicamente eran doblegados y carecían de los medios para obtener un nuevo rumbo. Significa que socialmente y materialmente no podían establecer una nueva comunidad musulmana. Las Surat del Noble Qu'ran, reveladas en La Meca describían la creencia islámica, estableciendo legislaciones para los Creyentes en forma individual y recomendando lo bueno y piadoso y prohibiendo lo malo y dañino.

En Medinah, las cosas eran distintas, aquí todos los asuntos de sus vidas descansaban en sus propias decisiones. Ahora, tenían bienestar y podían encarar los desafíos de la civilización, construcción, medios de vida, economía, política, administración pública, bienestar social, guerra y paz, explicación de las cuestiones permitidas y prohibidas, adoración, ética, y todos los temas que conforman la forma de vida islámica. Estaban en Medinah para levantar con total libertad, sin enemigos como en La Meca, los pilares de una nueva sociedad islámica, no sólo diferente de la vida pagana preislámica, sino también distinta en los beneficios de la vida.

Fue una sociedad que hospedó a musulmanes árabes que durante diez años fueron sometidos a torturas y persecuciones. Sin duda, la construcción que dependa de la creencia islámica, no se consigue en un solo día o en un mes o en un año. Requiere de tiempo para edificarla, legislando gradualmente para ir concienciando y educando a sus miembros. Allah -subhana wa ta'ala- que todo lo sabe, envió una legislación a Su Profeta Muhammad -salla Allah aleihi wa salam- para que se implemente y les sirva de orientación:

''Él es quien ha mandado a los gentiles un Enviado salido de ellos, que les recita Sus aleyas, les purifica y les enseña la Escritura y la Sabiduría. Antes estaban, evidentemente, extraviados'' 62: 2.

Los Compañeros del Profeta -salla Allah aleihi wa salam- con entusiasmo asimilaron y aceptaron las enseñanzas del Corán y se llenaron de regocijo con ellas:

''...que, cuando se les recitan Sus aleyas, éstas aumentan su fe, que confían en su Señor'' 8: 2

Respecto a los musulmanes, esta labor constituía el mayor desafío para el Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam-. De hecho, este propósito se ubicaba en el corazón del Llamado Islámico y de la Misión de Muhammad -salla Allah aleihi wa salam- nunca fue algo fortuito aunque había asuntos que requerían urgencia.

Los musulmanes en Medinah pertenecían a dos grupos:

El Primero, establecido en sus tierras, confortables pero con algunas disputas internas entre ellos. Ellos eran Al-Ansar (los ansar, son los musulmanes que vivían en Medinah que apoyaron al Profeta -salla Allah aleihi wa salam) El Segundo grupo era Al-Muhâÿirún (los musulmanes que han emigrado a Medinah desde La Meca) y estaban sin trabajo, sin hogar. No eran pocos, al contrario, se incrementaban día a día después que el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- les había permitido emigrar hacia Medinah, cuya estructura económica empezaba a mostrar signos de desequilibrio debido al boicot comercial producido por los grupos que no querían el establecimiento del Islam y el incremento en número de musulmanes en Medinah. Cabe resaltar como acto de hermandad y confraternidad que cada uno de los ansar hospedó muhâÿurún en sus casas y compartieron todo lo que tenían. Esta confraternización es famosa en la historia del Islam.

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La Biografía del Noble Profeta Muhammad
-sal-lâ Allah alehi wa salam-
El Néctar Sellado
Por: Sheij Safi-ur-Rahmân Al Mubarakfuri
Traducción: Yusef Hussein Hallar
Revisión: Lic. Isa Amer Quevedo
Transcrito para libro virtual por: Ahl al Sunnah wal Yama'ah - [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

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2) Los paganos de Medinah formaban el segundo grupo con el cual el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- tuvo que tratar. Algunos de ellos no interferían en los asuntos de los musulmanes, tenían muchas dudas de las prácticas religiosas de sus antepasados y mostraban simpatía hacia el Islam por eso terminaron abrazando la nueva fe, pasando a ser verdaderos devotos de Allah -subhana wa ta'ala- Sin embargo, otros desarrollaron malvados planes en contra del Profeta -salla Allah aleihi wa salam- y de todos los musulmanes pero eran demasiado cobardes para enfrentarse a ellos públicamente y, debido a las nuevas condiciones de vida islámicas, se mostraban amigables. Abdullah ibn Ubai, a quien se le había dado el liderazgo de las tribus de Al-Jazraÿ y Al-Aus después de la guerra de Bu'az entre las dos tribus, lideró el grupo de los hipócritas. El advenimiento del Profeta -salla Allah aleihi wa salam- y el crecimiento del espíritu islámico entre todos los árabes frustró este incipiente liderazgo. Abdullah ibn Ubai no podía soportar que el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- pudiera llegar a quitarle a él y a sus ministros sus privilegios temporales y por esas razones de interés se mostró interesado por el Islam pero con odio profundo en su corazón y carente de fe. Solía sacar ventaja de los musulmanes de buen corazón recién islamizados y calumniaba al resto de musulmanes.

3) Los judíos que habían emigrado a la zona de Hiÿaz desde Siria, perseguidos por los asirios y después por los romanos. Era el tercer grupo que vivía en Medinah. Allí se vestían como los árabes y hablaban árabe. Sin embargo, mantuvieron sus particularidades y costumbres étnicas y se mantuvieron separados evitando mezclarse con ellos. Se sentían orgullosos de su origen judío. Los judíos deseaban las riquezas de los árabes, a los que llamaban gentiles y, su ética, les permitía apropiarse de ellas de cualquier modo.

Allah expuso claramente este proceder con las siguientes palabras:

«No tenemos por qué ser escrupulosos con los gentiles». Mienten contra Alláh a sabiendas'. 3: 75

Religiosamente no mostraban ningún entusiasmo, se dedicaban a la clarividencia y a la brujería.

Sobresalían en la acumulación de riqueza y en los negocios.

De hecho monopolizaban el comercio de cereales, dátiles, vestimentas, exportación e importación. Por los servicios efectuados a los creyentes árabes de Medinah éstos debían pagarles elevadas sumas de dinero. La usura era una práctica común entre los judíos y prestaban dinero a los árabes tomando sus tierras fértiles como garantía.

Eran corruptos, solían introducir la discordia entre las tribus, seduciéndolas para que comploten entre sí y llevándolas al derramamiento de sangre. Siempre que notaban que el odio empezaba a declinar lo revivían con nuevos métodos y al mismo tiempo ganaban altos porcentajes de dinero con los intereses de los préstamos que les hacían a las tribus enfrentadas.

Tres famosas tribus judías predominaban en Medinah: Banu Qainuqa', aliados a la tribu de Al-Jazray; Banu An-Nadir y Banu Quraidha, que habitaban los suburbios de Medinah, aliadas a Al-Aus.

Naturalmente odiaban los nuevos cambios, sólo porque el Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- no era judío y esto no lo podían tolerar. También porque el Islam vino a traer armonía y a terminar con las enemistades y los odios. Estableciendo un código de vida social basado en denunciar lo malo y lo prohibido y promover lo bueno y permitido. Adherirse a este modo de vida implicaba la unión con los árabes y perjudicaría los intereses económicos de los judíos. Las tribus árabes tratarían de recuperar sus bienes y tierras expropiadas por las injustas prácticas usureras de los judíos.

Los judíos consideraron todo esto seriamente aún sabiendo que el Llamado del Islam intentaría imponerse en Medinah. No fue sorprendente descubrir que la mayor enemistad y odio hacia el Islam y hacia el Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- provino de ellos, aunque no tuvieron el coraje para demostrarlo desde el comienzo.

El siguiente relato, demuestra claramente la abominable antipatía que los judíos sentían a la nueva forma de vida política, social y religiosa en Medinah. Ibn Ishaq citó que Safiah, la hija de Huiai ibn Ajtab dijo: 'Era yo la más querida de entre los hijos para mi padre y mi tío Abu Iasir (ambos judíos de Medinah). Cuando el Mensajero de Allah -salla Allah aleihi wa salam- llegó a Medinah y se estableció en Qubá con Bani Amr ibn Auf mi padre, Huiai ibn Ajtab y mi tío Abu Iasir ibn Ajtab fueron a verlo y no regresaron hasta la puesta del sol. Cuando volvieron caminando llenos de depresión, me apresuré, como era mi costumbre, a recibirlos con una gran sonrisa pero no me prestaron ninguna atención debido a la amargura que sentían. Escuché a mi tío decirle a mi padre: '¿Realmente es él? (Aquel que esperamos)' Dijo: '¡Juro por Allah que es él!' ¿Realmente lo reconociste? le preguntaron. Contestó: Sí, y lo odio con todo mi corazón' (Ibn Hisham 1/518-519)

Una interesante historia, ocurrida cuando el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- llegó a Medinah, demuestra la gran ansiedad que envolvía a los judíos. Abdullah ibn Salâm, el más sabio de los rabinos, fue a ver al Profeta -salla Allah aleihi wa salam- le hizo ciertas preguntas para corroborar si era un verdadero Profeta. En cuanto escuchó las respuestas abrazó el Islam y dijo: 'Si (los judíos) se enteran de mi islamización empezaran a desprestigiarme y a desmentirme, hazlos llamar mientras yo estoy escondido y pregúntales de mi antes de que sepan de mi islamización'

El Profeta -salla Allah aleihi wa salam- los mandó llamar y les preguntó qué opinaban de Abdullah ibn Salâm, todos ellos respondieron expresando sus virtudes y sabiduría religiosa. Entonces el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- les informó que él había abrazado el Islam e inmediatamente cambiaron su testimonio, describiéndolo con los más descalificativos atributos.

En otra narración también encontramos que Abdullah ibn Salâm dijo: '¡judíos! Teman a Allah, el Único. Vosotros sabéis que es el Mensajero de Allah enviado para toda la humanidad con la Verdad' Le respondieron: ¡Estas mintiendo!'

Esa fue la primera experiencia que el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- tuvo con los judíos. (Sahih Al-Bujari 1/459-556-561)

Esta era la situación interna de Medinah. A casi quinientos kilómetros, en La Meca, los Quraishíes seguían siendo una amenaza contra el Islam. Durante diez años, los musulmanes fueron víctimas de toda clase de atrocidades, boicots, persecuciones y agresiones. Cuando emigraron a Medinah, sus tierras, riquezas, propiedades, bienes e incluso algunas esposas fueron retenidos y, los más humildes, brutalmente torturados. Los Quraishíes también planearon y atentaron contra la vida del Profeta -salla Allah aleihi wa salam- aprovechando la supremacía sobre las demás tribus árabes paganas y su liderazgo como custodios del Santuario Sagrado. Incitaron a las demás tribus paganas a que boicotearan comercial y económicamente a Medinah. Un estado de guerra implícito existía entre los paganos de La Meca y los musulmanes en su residencia. Es muy injusto culpar a los musulmanes de las consecuencias que iban a surgir a la luz de este conflicto.

Este es, pues, un resumen de los principales inconvenientes que el Profeta -salla Allah aleihi wa salam- tuvo que enfrentar y resolver.

La Biografía del Noble Profeta Muhammad
-sal-lâ Allah alehi wa salam-
El Néctar Sellado
Por: Sheij Safi-ur-Rahmân Al Mubarakfuri
Traducción: Yusef Hussein Hallar
Revisión: Lic. Isa Amer Quevedo
Transcrito para libro virtual por: Ahl al Sunnah wal Yama'ah - [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

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