ISLAM: Ahl al Sunnah wal Yama'ah
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ISLAM: Ahl al Sunnah wal Yama'ah

En este lugar pretendemos dar información clara acerca de Ahl al Sunnah wal Yama'ah. Con absoluta fidelidad y obediencia a los principios islámicos traídos por inspiración Divina a nuestro Profeta salla Allah aleihi wa salam
 
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 Hamza Ibn Abdel Muttalib -radia Allah anhu-

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MensajeTema: Hamza Ibn Abdel Muttalib -radia Allah anhu-   Hamza Ibn Abdel Muttalib -radia Allah anhu- EmptyDom Dic 07, 2008 8:47 pm


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Hamzat Ibn Abdel Muttalib -radia Allah anhu-
"El León de Dios y el Señor de los Mártires"

Después de un día Lleno de movimiento, duro trabajo, oración y diversión, Meca estaba en un profundo sueño. Los Quraichíes volteaban, hondamente dormidos, en sus techos, salvo uno, que entonces se apartaba de su lado del fecho, pues recurría temprano a su cama, descansaba unas horas, y luego se levantaba con gran entusiasmo ya que tenía una cita con Dios. Se dirigía a su lugar de oración en su aposento, comenzaba a invocar y rogar a Dios continuamente... cada vez que su esposa se despertaba por el zumbido de su sometido pecho y sus insistentes y sinceras suplicas, se enternecía por el, y lo llamaba para que se apiadase de si mismo y tomase su suerte de descanso. El le respondía con sus lágrimas anticipando sus palabras:
- Se ha terminado el tiempo de descanso... Jadiyah!!

Su asunto, aun no había importado a los Quraichíes , pese a que les había llamado la atención pues el ya había comenzado su predica transmitiendo su mensaje secretamente. Hasta entonces, eran muy pocos los que habían creído en el. Entre quienes no le habían creído, había muchos que le tenían gran amor y respeto, y esperaban con todo coraz6n creerle y encaminarse en su bendita caravana; solamente se lo prohibían las circunstancias, lo hereditario, las presiones de la tradición y la indecisión entre el llamado del ocaso y el del amanecer. Uno de esos era Hamzah ibn Abdel Muttalib, tío del Profeta (sa-lâ Allah alehi wa salam.) y su hermano de leche.

Hamzah conocía la magnitud y la plenitud de su sobrino... por esto estaba consciente de la realidad de su mensaje, y de todas sus características. Hamzah no lo conocía meramente como sobrino, sino como hermano y amigo... ya que el Mensajero y el eran de la misma generación y de edades cercanas, se criaron, jugaron. hermanaron y siguieron juntos paso a paso desde el comienzo de la vida.

Pero la juventud de ambos siguió un camino diferente: Hamzah empezó a luchar entre los Jóvenes de su edad para alcanzar la buena vida y obtener un lugar para si mismo entre los lideres y señores de Meca. Muhammad, por su parte, se retrajo a la luz de su alma, la que lo iluminó hacia el camino de Dios, y al discurso de su corazón que le llevó lejos de la bulla de la vida hacia una profunda contemplación y preparación para abrazar y encontrarse con la verdad.

Dijimos que la juventud de ambos tomó un frente distinto; sin embargo, nunca las virtudes de su amigo y sobrino estaban ausentes de la mente de Hamzah. Aquellas virtudes y carisma crearon para él un lugar prestigioso en los corazones de toda la gente y marcaron una clara imagen para su ilustre futuro.Hamzah salió, como de costumbre, en la mañana de aquel día. Se encontró en Al Kaabah con un grupo de los nobles y señores de Quraich, se quedó con ellos, escuchando lo que decían— estaban hablando de Muhammad. Por primera vez, Hamzah vio en ellos una
preocupación por el mensaje de su sobrino; en sus conversaciones sobre él aparecía un tono de rabia, envidia y amargura. Antes no se preocupaban, acaso lo ocultaban? En aquel entonces se evidenciaba en sus caras olas de
preocupación, tristeza y el deseo de ataque.
Hamzah se burló largamente de sus conversaciones... y les acusó por la exageración y la mala evaluación del asunto... Abu Yahl continuó asegurando a los asistentes que Hamzah era quien más sabía del peligro del mensaje de Muhammad, pero quería suavizar el asunto para que los quraishíes durmieran y amanecieran un día de una mala mañana acompañados por la victoria de su sobrino.

Prosiguieron su conversación alborotando y amenazando. Hamzah a veces sonreía y otras veces tragaba la amargura. y cuando se dispersaron y cada uno se fue a lo suyo, Hamzah se quedó con la cabeza llena de nuevas ideas y nuevos pensamientos con los cuales empezó nuevamente a discutir consigo mismo lo de su sobrino. Con el pasar de los días, el susurro de Quraish acerca de la predica del Profeta sallalahu aleihi wasalamaumentaba.

Luego, el susurro se convirtió en provocación. Y de lejos, Hamzah vigilaba la situación. La solidez de su sobrino lo impresionaba... y su sacrificio por la fe y el mensaje era algo nuevo para todo quraishí; pese a lo que Quraish conocía en cuanto a sacrificio y solidez. Si en aquel día, la duda pudiese engañar a alguien respecto a la sinceridad del Mensajero y la magnitud de su conducta, esta duda no podría encontrar un camino o salida hacia la conciencia de Hamzah.

Hamzah era el que mejor conocía a Muhammad sallalahu aleihi wasalam , desde su temprana niñez... su pura juventud, hasta su honesta y glorificada hombría... el no lo conocía como a sí mismo, sino mucho más; desde que llegaron juntos a este mundo... se criaron juntos... y alcanzaron juntos la edad adulta. La vida de Muhammad era pura como son los rayos del sol.

Hamzah no recordaba ni una sola incertidumbre que rodeara a Muhammad en esta vida; tampoco lo había visto enojado, desesperado, aprovechado, divirtiéndose u oscilante.

Hamzah no solamente disfrutaba de fuerza corporal, sino de equilibrio mental y buena voluntad. Por ello, era natural seguir a un hombre que había conocido tan sincero y honesto.

Así se puso pensativo en un asunto que pronto se iba a revelar... Y llegó el día prometido... Hamzah salió de su casa con el arco puesto, dirigiéndose hacia el desierto para practicar su querida afición y su deporte preferido, que era la caza... pues era muy hábil en ella. Pasó una parte del día cazando... A su regreso se dirigió, como de costumbre,
a Al Kaabah para girar a su alrededor antes de volver a su casa. Cerca de Al Kaabah, se encontró con una sirvienta de Ibn Yudan. Al verlo, ella le dijo: "Padre de Umarah... si hubiera visto lo que acaba de recibir su sobrino de Abu Alhakam Ibn Hisham. Este lo encontró sentado por ahí, lo hizo sufrir, lo insultó, y todo lo que se puede imaginar.” Comenzó a explicarle lo que Abu Yahl había hecho con el Mensajero de Dios.

Hamzah la escuchó muy atento, se quedó callado por un momento. Luego, con su mano derecha afirmó su arco sobre el hombro... y con pasos rápidos y firmes se dirigió a Al Kaabah, deseando encontrarse ahí con Abu Yahl.... De no hallarlo ahí, seguiría buscándolo por todas partes. Apenas llegó a Al Kaabah, vio a Abu Yahl en el patio, rodeado por un grupo de los nobles de Quraish. Con una tranquilidad impresionante, se presentó frente a Abu Yahl. Luego agarró su arco, golpeando la cabeza de Abu Yahl, descalabrándola y haciéndola sangrar. Antes de que quienes estaban sentados despertaran de la sorpresa, Hamzah gritó a Abu Yahl: "Insultas
a Muhammad siendo que soy de su religión, y digo lo que él dice? Si puedes,
respóndeme lo que te acabo de hacer”.

En un instante, todos los que estaban sentados olvidaron el insulto que alcanzó a su líder Abu Yahl y la sangre derramada de su cabeza, preocupados por aquella palabra que les azotó como el relámpago, esta palabra a través de la cual Hamzah declaró su pertenencia a la religión de Muhammad; veía lo que el veía y decía lo que el decía. Hamzah se convirtió al Islam? EI mas digno de los jóvenes de Quraish, “el Indómito”

La islamización de Hamzah era la calamidad que Quraish no podía soportar, tentaría a muchos honorables, y Muhammad sal-lâ Allah alehi wa salam encontraría a su alrededor fuerza y valentía con las cuales fortalecer su mensaje y apoyar su partido. Quraich despertaría con los golpes de las hachas destruyendo sus ídolos y sus dioses!

Era verdad, Hamzah se hizo musulmán, declaró en público lo que estaba escondido en su pecho, dejando a los reunidos en pleno asombro, masticando la desesperación, y a Abu Yahl, lamiendo la sangre derramada de su cabeza abierta. Nuevamente, Hamzah afirmó su arco sobre su hombro con su mano derecha, y con pasos firmes y severa valentía se encaminó a su casa.

Hamzah disfrutaba de una mente penetrante y de una conciencia recta. Al volver a su casa y al liberarse de los cansancios del día, comenzó a pensar, girando sus ideas hacia lo sucedido. ¿Cómo declaró su Islam y cuándo?
Lo había declarado en un momento de vehemencia, rabia y nervios. Se apenó por su sobrino, quien se oprimía sin encontrar apoyo; se enfureció por él y tomó ese ardor por el honor de Bani Hashim. Por esto, rompió la cabeza de Abu Yahl y gritó en su cara declarando su conversión. Pero, acaso era este el mejor camino para abandonar la religión de sus padres y de su gente... la religión de los años y de las épocas, para adoptar un nuevo credo del que aún no probaba sus instrucciones ni conocía sino muy poco de su realidad?

Era verdad que él no dudaba, ni un instante, de la sinceridad de Muhammad y la honorabilidad de su propósito. Pero podía recibir una nueva religión, con todas sus obligaciones y responsabilidades, en un momento de rabia; como recién lo había hecho Hamzah?

Su corazón guardaba todo respeto por esta nueva religión, cuya bandera llevaba su sobrino. Pero, si el destino le tenía preparado ser uno de los pertenecientes a esa religión, y defensor de la misma,…¿cuándo sería el momento adecuado para adoptarla? Un momento de furia y vehemencia o un tiempo de pensamiento y contemplación?
Así, la rectitud y honorabilidad de su conciencia le obligaron a someter de nuevo todo el asunto a un pensamiento firme y minucioso. Se puso a pensar... pasaron días en que su mente no conoció la tranquilidad y noches en que sus párpados no pestañearon.

Cuando anhelamos la verdad con la mente, la duda se asume como modo de
conocimiento... de esa manera Hamzah apenas empezó a usar su mente para
investigar el asunto del Islam y establecer una relación entre la nueva y la
vieja religión; emanaron de sí mismo, dudas conmovidas por la nostalgia innata enraizada por la religión de sus padres... y el miedo natural hacia todo lo nuevo.

Los recuerdos se concentraron en Al Kaabah, sus dioses e ídolos... y las glorias religiosas de todo Quraish y de toda Meca, concedidas por esos dioses tallados. Retirarse de toda esta historia y esta religión de noble antigüedad, parecía un abismo difícil de salvar. Hamzah se asombró de ver como podía uno abandonar la religión de sus padres con esta rapidez y facilidad... se lamentó de lo que había hecho.

Sin embargo, continuó el viaje de la mente. Al ver que la mente sola no era
suficiente, se refugió en lo desconocido con toda sinceridad y verdad. En Al
Kaabah, se dirigió al cielo con devoción, invocando y pidiendo socorro, a través de toda fuerza y luz que tuviera el universo, para guiarse hacia la verdad y el camino recto... Escuchémosle al narrar el resto de la noticia. Dijo:
"...Luego, me alcanzó el lamento al dejar la religión de mis padres y mi gente y dude enormemente, no podía entrecerrar mis ojos con el sueño...”
"Me fui a Al Kaabah rogando a Dios que me guiara hacia la verdad y alejara la duda de mí... Dios me escuchó y llenó mi corazón con fe y certeza...”
"Fui hacia el Mensajero de Dios (salla Allah alehi wa salam), y le comuniqué el asunto. Él invocó a Dios para que afirmara mi corazón en su religión..."
Así, Hamzah se convirtió al Islam. Un Islam certero.

Así, Hamzah se convirtió al Islam. Un Islam certero.

Dios glorificó al Islam por Hamzah. Y éste se puso fuerte, gigante, defendiendo al Profeta de Dios y a los sometidos de sus compañeros. Abu Yahl, al verlo presente en las filas de los musulmanes, dedujo que sin
lugar a dudas, estaba declarada la guerra y comenzó a incitar a los quraishíes a provocar daño al Profeta salla Allah alehi wa salam y a sus compañeros, e inició de inmediato la preparación de una guerra civil a través de la cual poder encontrar salida a su furia y envidia.

Hamzah, por supuesto, no pudo defender toda ofensa. Sin embargo, su conversión al Islam fue protección y coraza, y asimismo, fue una invitación exitosa para muchas tribus que Hamzah condujo al Islam. Posteriormente, la islamización de Omar ibn al Jattab radia Allah anhu hizo a las tribus entrar al Islam en tropel. Desde que Hamzah se convirtió al Islam dio toda su fuerza, dureza y vida a Dios y a su religión y por ello, el Profeta salla Allah alehi wa salam le puso este ilustre apodo: "El León de Dios, y el León de Su Profeta".

Hamzah fue el emir de la primera conquista, con la cual los musulmanes enfrentaron a un enemigo. La primera bandera que el Profeta (salla Allah alehi wa salam ) dio a uno de sus compañeros fue la de Hamzah. Cuando se enfrentaron los dos bandos (creyentes e incrédulos) en la batalla de Badr, el “León de Dios y el León de Su Profeta” estaba ahí, haciendo maravillas.

Los restos del ejército de Quraish volvieron de Badr a Meca tropezando en su derrota y desilusión. Abu Sufian regresó con el corazón derrotado, la cabeza gacha, dejando en el campo de batalla cadáveres de los nobles quraishíes, como por ejemplo: Abu Yahl, Utbah ibn Rabiah, Snaibah Ibn Rabiah, Umallah Ibn Jalaf, Uqubah Ibn Abi Muit, Alasuad
ibn Abdet Asad Almajzumi, Alwatid Ibn Utbah, Anna Dar Ibn Alhariz, Alas Ibn Said, Tuumah Ibn Adf, y docenas como estos de los hombres fortísimos de Quraish.

No era de suponerse que Quraish tragase esta derrota así, fácilmente. Por esto, empezó a prepararse, reuniendo su fuerza y recordando su desilusión para vengar su honor y sus muertos. Quraish insistía en la guerra.

Todo Quraish junto a sus aliados de las tribus árabes bajo el liderazgo de Abu Sufian, salió para la batalla de Uhud. Los líderes quraishíes tenían, en esta nueva batalla, como propósito, dos hombres: El Mensajero de Dios (salla Allah alehi wa salam ) y Hamzah (qué Dios esté complacido con él). Realmente quien había escuchado su conversación y sus conspiraciones, antes de salir a la guerra, veía que Hamzah, después del Mensajero de Dios, era el propósito y el objetivo de esa guerra.

Antes de salir, eligieron al hombre encargado del asunto de Hamzah. Era un
esclavo abisinio, de una habilidad sobrenatural en el lanzamiento de la
jabalina. Su papel en la guerra era cazar a Hamzah, dirigiendo hacia él un golpe mortal del arco y le advirtieron que no lo distrajera de este objeto ninguna otra cosa, fuese cual fuese el destino de la guerra y la dirección de la
batalla. Le prometieron un pago caro y magnífico que era su libertad; ya que
este hombre llamado "Wahshí" era un esclavo de Yubair Ibn Mutam, y el tío de Yubair había muerto el día de Badr. Entonces, Yubair le dijo: "Sal con la gente, y si matas a Hamzah, serás libre".
Lo enviaron a lo de Hind Bint Utbah, la esposa de Abu Sufian, para aumentar su provocación y empujarlo hacia el propósito que querían. Hind había perdido a su padre, su tío paterno, su hermano y su hijo en la batalla de Badr, y se le había dicho que Hamzah había sido quien mató a algunos de ellos y estuvo a punto de matar a los otros. Wahshi es un nombre que significa "fiero" o "bruto". Por ello, entre los quraishíes
tanto hombres como mujeres, Hind era la más incitada para salir a la guerra,
só1o por tener la cabeza de Hamzah bajo cualquier costo que pidiera esta
aventura. Hind pasó los días previos a la guerra con un solo propósito: vaciar toda la rabia de su pecho en el corazón de Wahshí y explicándole el plan que debía llevar a cabo. Le prometió que si lograba matar a Hamzah, le daría lo más precioso que una mujer puede tener que es su adorno e ilusión, ya que agarró con sus furiosas manos sus valiosos aros de perlas y los adornos de joyas que llenaban su cuello. Luego, con ojos fijos en Wahshí, dijo: "Todo esto es tuyo, si logras matar a Hamzah. La boca de Wahshí se hizo agua. Su imaginación se tornó nostálgica a la guerra que le haría recuperar su libertad. Después, no sería esclavo ni siervo, y además saldría con todas estas joyas que adornaban el cuello de la jefa de las mujeres de Quraish, esposa de su jefe e hija de su señor. Entonces, la conspiración y toda la guerra apuntaba con toda claridad y precisión a Hamzah (qué Dios esté complacido con él).


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Última edición por Admin el Dom Mayo 01, 2011 6:59 am, editado 1 vez
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MensajeTema: Re: Hamza Ibn Abdel Muttalib -radia Allah anhu-   Hamza Ibn Abdel Muttalib -radia Allah anhu- EmptyDom Dic 07, 2008 8:49 pm


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Ya llegó la batalla de Uhud. Se enfrentaron los dos ejércitos... Hamzah estaba entre medio de la muerte y la guerra, llevando la vestimenta de la batalla y sobre su pecho una pluma de avestruz con la cual se había acostumbrado adornarse en el campo de batalla.

Empezó a hacer molinetes y, al ver cualquier cabeza del ej[ercito enemigo, la
cortaba con su espada. Continuó blandiendo su espada entre los idó1atras como si la muerte estuviera bajo sus órdenes y la pudiera arrojar sobre cualquiera y ésta lo atrapara desde adentro.

Todos los musulmanes blandieron sus espadas, estuvieron a punto de lograr la victoria asegurada y los restantes del ejercito quraishí se retiraron con estupor, huyendo... si no hubiese sido por los lanzadores que dejaron su posición arriba de la montaña y bajaron al campo de batalla para recoger el botín del enemigo derrotado... si no hubiese sido por eso y por la apertura de una amplia brecha para los jinetes de Quraish, la batalla de Uhud habría sido un cementerio de todo Quraish; hombres y mujeres y también caballos y camellos.

Los jinetes de Quraish sorprendieron a los musulmanes por atrás y blandieron contra ellos sus espadas sedientas y locas. Los musulmanes empezaron a juntarse nuevamente, llevando las armas que algunos de ellos habían dejado en el suelo, al ver retirarse y volviendo la espalda al ejército de Quraish… pero la sorpresa era dura y violenta.
Hamzah al ver lo sucedido, duplicó su fuerza, su actividad y su azote... empezó a golpear a diestra y siniestra... delante y atrás, mientras Wahshí estaba vigilándolo, esperando el momento adecuado para dirigirle su golpe... Dejemos a Wahshí describirnos. con sus palabras, la escena:

"Soy hombre abisinio. Arrojo la jabalina al modo de los de Abisinia, escasamente me equivoco... al enfrentarse los ejércitos salí para ver a Hamzah y vigilarlo. Lo vi entre medio de la gente como un camello sediento, destruyendo violentamente a la gente con su espada... nada lo obstaculizaba... por Dios!, me preparé para él, quería matarlo, me oculté detrás de un árbol para atacarlo o que él se acercara hacia mí; se me anticipó "Sibau Ibn Abdel Uzza". Al verlo, Hamzah le gritó: "Venga a mí, hijo de cortadora de clítoris!" Le pegó y no erró la cabeza...

"Entonces, moví mi jabalina. Al encontrarme en una posición adecuada, la arrojé y cayó en su cerneja y salió de entre de sus piernas... se levantó hacia mí, pero se dio por vencido y luego murió... Fui donde el, tome mi jabalina, luego regresé al campamento y ahí me quedé. Ya nada necesitaba; lo había matado para liberarme. Cuando volví a Meca, recuperé mi libertad, y viví en esta ciudad hasta la entrada del Profeta (salla Allah alehi wa salam ) el día del Fath (victoria). Entonces, huí al Taif... Cuando un grupo del Taif se dirigió hacia el Mensajero de Dios (salla Allah alehi wa salam ) para declarar su conversión al Islam, no supe que hacer y dije: Voy a Sham o aYemen u otro lugar... Por Dios!, estaba yo en esta preocupación y un hombre me dijo:
"Qué pasa contigo...! El Profeta de Dios no mata a nadie que entra en su religión... Fui a Medina, a lo del Profeta (salla Allah alehi wa salam ), y presenté frente a él atestiguando la profesión de fe.

Al verme, dijo: " Tú eres Wahshí?" "Sí, Profeta de Dios"; dije. "Cuéntame como mataste a Hamzah", pidió. Le conté... al terminar mi cuento dijo: "Ay de ti!
Auséntate de mi cara!”. Me alejé del camino del Profeta (salla Allah alehi wa
salam ) para que no me viera hasta su muerte.

"Cuando los musulmanes salieron para enfrentarse con Musailamah Al Kazzab de AI Yamamah, salí con ellos. Llevé la jabalina con que había matado a Hamzah... Al enfrentarse los ejércitos, vi a Musailamah Al Kazzab, ubicado con la espada en la mano. Me prepare para é1, moví mi jabalina, y al verme en una posición adecuada, la arroje y cayó sobre él...
"Si maté con esta jabalina al mejor de la gente, que era Hamzah... ruego a Dios que me perdone al matar con la misma, al peor de la gente que era
Musaifamah."

Así cayó el “León de Dios y el León de Su Profeta”, un mártir glorificado. Como su vida tuvo resonancia, así fue su muerte. A sus enemigos no les bastó su muerte. Cómo les iba a bastar o a satisfacer, si ellos mismos alistaron a todos los hombres de Quraish con su dinero, para esta batalla a través de la cual querían solamente al Mensajero de Dios y a su tío Hamzah.
Hind Bint Utbah, la esposa de Abu Sufian, ordenó a Wahshí traerle el hígado de Hamzah. Wahshí obedeció a este loco deseo. Cuando volvió a Hind le entregó el hígado con la mano derecha mientras recibía sus aros y sus joyas con la mano izquierda, en recompensa por el éxito de su misión. Hind, hija de Utbah, aquel al que mataron los musulmanes en Badr, y esposa de Abu Sufian, jefe del ejercito del paganismo y la idolatría, masticó el hígado de Hamzah anhelando que esta tontería curara su rabia y su ira. Pero sus colmillos no pudieron romperlo y ella no lo pudo tragar. Lo sacó de su boca gritando fortísimo y luego prosiguió su grito
diciendo:

"Nosotros les hemos recompensado el día de Badr y la guerra después de la guerra es acompañada por el calor. No tenia resignación por Utbah ni mi hermano, y su tío y mi primogénito. Me curé, pagué mi deuda, Wahshí eliminó la rabia de mi pecho."
Se acabó la batalla, los idó1atras montaron sus camellos, y dirigieron sus caballos volviendo a Meca. El Profeta de Dios (salla Allah alehi wa salam ) junto a sus compañeros bajó al campo de batalla para ver a los mártires. Ahí, en lo profundo del valle, mientras examinaba los rostros de sus compañeros, quienes se vendieron a sí mismos a Dios grande entregándole ofrendas nobles, se detuvo de repente, miró, se quedó callado, presionó sus dientes, y cerró sus párpados...

Nunca había imaginado que la conducta del hombre llegaría a esta brutalidad nauseabunda, descuartizando el cadáver de un hombre del modo en que vio a su honorable mártir, su tío Hamzah ibn Abdel Muttalib, “el León de Dios”... y el magno de los mártires. El Profeta salla Allah alehi wa salam abrió sus ojos brillantes puestos en el cadáver de su tío y dijo:

"Jamás me ocurrirá semejante desgracia... y nunca me he encontrado en una situación tan enfurecedora como esta”.

Miró a sus compañeros y dijo: "Si no se apenase Safillah -hermana de Hamzah- y no fuera una tradición después de mí, lo dejaría que quedase en los abdómenes de las fieras y los buches de las aves.. Si Dios me concediera la victoria donde fuera sobre Quraish, descuartizaría a treinta hombres de ellos..."
Los compañeros del Mensajero gritaron: Por Dios!, si por Su ayuda lográramos vencerlos una vez a lo largo de la vida, les descuartizaríamos de un modo que ninguno de los árabes hubiera hecho..."
Pero Dios que agració a Hamzah por ser mártir, lo honró al hacer de su muerte una gran oportunidad para dar una lección que protegiera la Justicia para siempre e hiciera que la misericordia fuera un deber y obligación en el castigo y el talión.Al Profeta (salla Allah alehi wa salam ) apenas terminó su amenaza anterior, le llegó la revelación divina en el lugar que aún no había dejado, en estos benditos versículos:

“Invita a los humanos a la senda de tu Señor, con prudencia y con bella exhortación; refútales de la manera más benevolente; porque tu Señor es el más conocedor de quien se desvía de su senda, así como también es el más conocedor de los encaminados. Cuando castiguéis, hacedlo del mismo modo que fuisteis castigados, pero si perseveráis, ello será preferible para los perseverantes. Sé constante, porque tu perseverancia só1o será con la ayuda de Dios; no te apenes por ellos ni te angusties por sus acechanzas; Porque Dios está con los timoratos, que son benefactores”. 16: 125, 128

La revelación de estos aleyas, en este caso, fue el mejor homenaje a Hamzah como recompensa de Dios. El Profeta (salla Allah alehi wa salam ) lo estimaba enormemente, ya que Hamzah, como hemos dicho antes, no era só1o su querido tío paterno, sino su hermano de leche, su compañero de niñez, y amigo de toda la vida. En estos momentos de despedida, el Profeta (salla Allah alehi wa salam ) veía que la mejor despedida para Hamzah, era orar por el descanso de su alma tantas veces como mártires
hubo. De este modo, el cadáver de Hamzah fue llevado hacia el lugar de oración en el campo de batalla que presenció su lucha y abrazó su sangre...

El Profeta(salla Allah alehi wa salam ) junto a sus compañeros rezó por él. Luego, trajeron otro mártir y el Profeta rezó por él; se lo llevaron, dejando a Hamzah en su mismo lugar.
Trajeron un tercero, lo pusieron al lado de Hamzah y el Profeta rezó por los
dos. Así, todos los mártires uno tras el otro, fueron despedidos por la oración del Profeta (salla Allah alehi wa salam ) quien rezaba por cada uno y Hamzah juntos. En este día el Profeta salla Allah alehi wa salam rezó por su tío setenta veces.

El Mensajero de Dios (salla Allah alehi wa salam ), dejando el campo de batalla, en el camino a su casa, escuchó a las mujeres de Bani Abdel Ashhal, llorar por sus mártires. El Profeta (salla Allah alehi wa salam ), de tanto amor y ternura, dijo: "Pero, nadie llora por Hamzah!" Said ibn Muaz, escuchando al Profeta, creyó que este se quedaría satisfecho al ver las mujeres llorar por su tío. Por eso, corrió hacia las mujeres de Bani al Ashhal pidiéndoles que lloraran por Hamzah, y ellas lo hicieron. El Profeta (salla Allah alehi wa salam ), apenas escuchó sus llantos, salió y les dijo: "Esa no era mi intención, vuelvánse y que Dios se apiade de vosotras. Desde hoy, no hay más llanto."

Los compañeros del mensajero de Dios se esforzaban en hacer elegías a Hamzah, enumerando sus méritos y virtudes. Hassan Ibn Zabit, en un poema suyo muy largo, dijo: “Aleja de tí un mundo de imágen borrada, y llora por Hamzah, quien se lo merece.
Preparado para los caballos cuando se alejan como un león bravo en su bosque. Su lugar está en las alturas de Bani Hashim, no se agita en la falsedad dejando la verdad. Cayó martir entre sus espadas. Que se paralicen las manos de Wahshf quien lo mató.

Abdullah Ibn Rawahah dijo: Mis ojos lloraron, está en su derecho llorar pero ni el llanto ni el grito valdrán de nada al León de Dios. El día que dijeron que Hamzah ya era un hombre muerto,todos los musulmanes y el Mensajero de Dios se han desgraciado. Aba Vails todo se derrumba por tí, ya que tu eres el excelso, benefidentisimo y comunicador.

Safillah, hija de Abdel Muttalib, tía paterna del Mensajero (salla Allah alehi wa salam) y hermana de Hamzah, dijo: Dios de la verdad, Dueño del trono, lo invitó al paraíso para que viva en éste, alegre. Esto es lo que esperamos, y anhelamos para Hamzah, el día de la resurrección el mejor destino Por Dios no te olvidaré, al levantarse los vientos del Saba, al quedarme o caminar llorando, triste Por el León de Dios, quien fue defensor del Islam de todo incrédulo digo, cuando ya el anuncio de tu muerte cubrió toda la tribu, Que Dios recompense con el bien a mi hermano y mi apoyo

Sin embargo, la mejor elegía, que perfumó su recuerdo, fueron las palabras del Mensajero (salla Allah alehi wa salam), al presentarse frente a su cadáver en el momento en que lo vio entre los martires de la batalla. Dijo: "Que la misericordia de Dios te alcance ya que tu fuiste -según sé—buen visitador de los parientes carnales y buen hacedor del bien..." Realmente, la desgracia que el Profeta (salla Allah alehi wa salam) sintió por su tío era enorme... Consolarlo era una misión muy difícil.
Sin embargo, el destino estaba guardando al Mensajero de Dios el mejor
consuelo... ya que al regreso a su casa desde Uhud, el Profeta (salla Allah
alehi wa salam) pasó frente a una mujer de Bani Dinar cuyo padre, esposo e hijo fueron mártires en la batalla. Al ver regresar a los musulmanes de la batalla, corrió hacia ellos preguntándoles las noticias de la guerra. Le comunicaron la noticia de la muerte del esposo, del padre y del hijo. Ella les preguntó con ansiedad: "Cómo está el Profeta de Dios?" Dijeron: "Bien, como quieres, gracias a Dios." Dijo: "Muéstrenmelo, para mirarle."

Se quedaron junto a ella hasta que se acercó el Profeta (salla Allah alehi wa salam). Al verlo, se dirigió hacia él y dijo: "Cualquier desgracia después tuyo es fácil." Este fue el mejor y duradero consuelo. Al parecer, el mensajero (salla Allah alehi wa salam) sonrió a esta escena, única en su tipo, ya que en el mundo de generosidad, obediencia y absoluta adhesión, no tiene iguales.
Una pobre mujer débil, que en un solo momento perdió a su padre, su esposo y su hijo, y contestó al portador de esta noticia que hace derrumbar las montañas: ¿Cómo esta el Profeta de Dios? Era una escena que bien el destino eligió su tejido y su tiempo para dar al bendito Mensajero (salla Allah alehi wa salam) el mejor consuelo por el León de Dios y el magno de los martires.

Esta es una traducción extraída del libro de: Jalid Muhammad Jalid que lleva por título: Riyalun Haula Ar-rasul cuyo significado es: Hombres alrededor del Mensajero de Dios. En el libro mencionado hay más de sesenta compañeros del Profeta salla Allah alehi wa salam. Su historia, su vida y cómo abrazaron el Islam? Es esta oportunidad hemos traducido la de Hamzah. Es menester señalar que (saw) es la abreviación de: Salla Allahu Alaihi Wasalam que quiere decir que Allah salude y bendiga a su mensajero. (R.A.A.) es: Radia Allahu Anhu “Que Dios esté complacido con él”.

http://ccislamicoreyfahd.org/



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MensajeTema: Re: Hamza Ibn Abdel Muttalib -radia Allah anhu-   Hamza Ibn Abdel Muttalib -radia Allah anhu- EmptyDom Dic 07, 2008 8:53 pm

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MensajeTema: Re: Hamza Ibn Abdel Muttalib -radia Allah anhu-   Hamza Ibn Abdel Muttalib -radia Allah anhu- EmptyDom Dic 07, 2008 8:54 pm

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MensajeTema: Re: Hamza Ibn Abdel Muttalib -radia Allah anhu-   Hamza Ibn Abdel Muttalib -radia Allah anhu- EmptyDom Dic 07, 2008 8:55 pm

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MensajeTema: Re: Hamza Ibn Abdel Muttalib -radia Allah anhu-   Hamza Ibn Abdel Muttalib -radia Allah anhu- EmptyMar Ene 31, 2012 8:54 am

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