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| Tema: Heraclio y su conocimiento sobre la Profecía de Muhammad -sas- Jue Dic 18, 2008 5:49 am | |
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LA VERDAD DEL ISLAM
Heraclio, Emperador de Roma, y su conocimiento sobre la veracidad de la Profecía.
Uno de los grandes incidentes que muestra claramente el conocimiento sobre el advenimiento del Profeta Muhammad –que la paz y la misericordia de Dios sean con él- es que era conocido por Heraclio, el Emperador bizantino (610-640). El era un hombre educado, y estudioso de las Escrituras. El Profeta Muhammad sallalahu aleihi wasalam había escrito una carta a uno de los gobernadores de las provincias bajo el gobierno de Heraclio que la haría llegar la carta al emperador. Heraclio se encontraba por la tierra de Shâm (Este territorio abarca Palestina, Jordania, Líbano y Siria, que antes eran una sola región. También se la denominaba: "Gran Siria") y mando pedir a árabes comerciantes presentes en ese territorio para preguntarles sobre el acontecimiento. Durante ese suceso se encontraba Abû Sufiân – un tío lejano y al mismo tiempo en ese entonces acérrimo enemigo del Profeta Muhammad-sallalahu aleihi wasalam con una caravana de comerciantes. Heraclio los llamó a su corte en presencia de los mayores dignatarios bizantinos; luego pidió la presencia de su intérprete, el cuál tradujo la pregunta de Heraclio así:
« ¿Quién de vosotros tiene el parentesco más cercano con el hombre que se declara Profeta? »
Abû Sufyân dijo: « Yo soy su pariente más cercano (de entre los presentes)».
Heraclio dijo: « Que se acerque a mí y que sus compañeros se paren cerca y detrás de él».
Abû Sufyân añadió: «Heraclio dijo a su intérprete que diga a mis compañeros que él deseaba interrogarme acerca de aquel hombre (el Profeta) y que si mentía ellos debían corregirme. ¡Por Dios! Si no fuese el temor a que mis compañeros me tacharan de mentiroso, hubiese mentido acerca de Muhammad -que la paz y la misericordia de Dios sean con él-.
La primera pregunta que me hizo sobre él fue: « ¿Cómo consideráis su origen?»
Yo respondí: «Es de buena familia».
Luego me preguntó: « ¿Alguien ha reclamado algo así antes (La Profecía)? ».
Respondí: «No».
Heraclio preguntó: « ¿Le siguen los nobles o los humildes?».
Le respondí: «Le siguen los humildes».
Heraclio preguntó: «¿Alguno de sus ancestros ha sido rey?».
Respondí: «No».
Dijo: « ¿Y estos aumentan o disminuyen?».
Respondí: «Aumentan»
Luego preguntó: « ¿Alguno de sus seguidores le ha abandonado y ha renunciado a su religión por descontento de la misma?».
Respondí: «No».
Dijo: «¿Lo habéis acusado de mentir antes de su reclamo (de la profecía)?’».
Respondí: «No».
Dijo: « ¿Ha traicionado alguna vez su palabra?».
Respondí «No. Hicimos una tregua con él pero no se qué hará en ese tiempo. No encontré oportunidad de decir algo en contra de Muhammad que la paz y la misericordia de Dios sean con él- excepto eso».
Heraclio preguntó: « ¿Le habéis combatido?»
Dije: «Si».
Dijo: « ¿Y cómo habéis salido del combate?».
Dije: «Ha sido una guerra pareja; a veces triunfa él y a veces nosotros».
Dijo: « ¿Y qué os prescribe?».
Respondí: «Dice: "Adorad sólo a Dios; no le atribuyáis copartícipes y dejad de adorar lo que adoraban vuestros padres". Y nos recomienda la oración, la sinceridad, la castidad y el buen trato a los parientes».
Entonces dijo al intérprete: «Dile: "Te pregunté por su origen y me dijiste que era noble entre vosotros. Así también, los Profetas surgen entre los nobles de su pueblo.
Te pregunté si alguien había reclamado lo mismo que él antes y me dijiste que no. Si hubieras respondido que sí, habría pensado que no hace más que seguir el reclamo de alguien más.
Te pregunté si hubo entre sus ancestros algún rey y dijiste que no. Si hubieses dicho que sí habría pensado que es un hombre buscando recuperar el reino de sus ancestros.
Te pregunté si lo habíais acusado de mentir antes de reclamar la profecía y dijiste que no; así es que no pregunto ¿Cómo un hombre que no miente sobre otros hombres mentiría sobre Dios?
Luego te pregunté si le siguen los ricos o los pobres; me dijiste que eran los pobres y, de hecho, éstos son los que siempre siguen a los Enviados.
Luego te pregunté si sus seguidores van en aumento; me dijiste que sí. Así sucede con la verdadera fe hasta que se completa.
Te pregunté si alguno de sus seguidores reniega descontento de su religión y dijiste que no. Pues así es con la fe cuando sus deleites invaden los corazones.
Te pregunté si es que traiciona y me dijiste que no, pues tampoco los Enviados traicionan. Luego te pregunté qué os prescribe y me dijiste que os ordena que adoréis sólo a Dios y que no le atribuyáis copartícipes, que os prohíbe adorar ídolos y que os ordena practicar la oración, la sinceridad y la castidad. Si es verdad lo que dices pues pronto ocupará este lugar. Sabía que vendría, pero nunca pensé que surgiría entre vosotros. Si estuviese seguro de tener que encontrarlo me apresuraría a hacerlo y si lo encontrase lavaría sus pies».
Luego pidió la carta del Mensajero de Dios -que la paz y la misericordia de Dios sean con él-, que Dihya (Enviado del Mensajero de Dios al Emperador de los bizantinos) había entregado al Gobernador de Busra y este a su vez entregó al Emperador para que la lea.
Heraclio la leyó y contenía lo siguiente:
En el nombre de Dios, el Misericordiosísimo y el Compasivo
De Muhammad, hijo de ‘Abdullah y Enviado de Dios; a Heraclio, Gobernante de los bizantinos:
La Paz sea con quien sigue la guía. Dicho esto: Te invito al mensaje del Islam. Si te haces musulmán serás salvo y Dios te duplicará la recompensa. Y si rechazas la invitación al Islam, cargarás con el pecado de tus súbditos [Y te recitó lo revelado por el Altísimo].
''Di: ;¡Gente de la Escritura! Convengamos en una fórmula aceptable a nosotros y a vosotros, según la cual no serviremos sino a Dios, no le asociaremos nada y no tomaremos a nadie de entre nosotros como Señor fuera de Dios ;. Y, si vuelven la espalda, decid: ¡Sed testigos de nuestra sumisión!'' (Corán 3:64).
Abû Sufyân añadió luego: «Cuando terminó de leer la carta hubo gran tumulto y voces en la corte y se nos ordenó retirarnos. Luego dije a mis compañeros: ;El asunto del hijo de Abi Kabsha (Ibn Abi Kabsha: Apodo despectivo que Abû Sufyân usaba para referirse al Profeta), se ha hecho prominente. Hasta el Emperador de los bizantinos le teme». De allí en adelante supe que triunfaría hasta que Dios introdujo el Islam en mi corazón.
Compilado por Bujâri (1/6) y Muslim (3/1395) Bujâri en español hadiz 7.
Autor: Shaijs de Madinah y estudiantes de postgrado de la Universidad de Madinah Traducción: Muyahid Rojas y Salim D. Revisión: Sulayman Zabib
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Última edición por Admin el Dom Abr 24, 2011 7:11 am, editado 4 veces | |
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| Tema: Re: Heraclio y su conocimiento sobre la Profecía de Muhammad -sas- Jue Dic 18, 2008 5:51 am | |
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