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| Tema: Ya'far Ibn Abi Tálib (Allah se complazca con él) Mar Nov 29, 2011 11:59 am | |
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Ya'far Ibn Abi Tálib
(Allah se complazca con él) Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le dijo:
“Eres como yo en conducta e imagen”
Apodado por el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) “Padre de los menesterosos” y “El de las dos alas”. Ya'far Ibn Abi Tálib (Allah se complazca con él) era uno de los excelsos hombres de la primera generación islámica, los que lucharon.
Llegó ante el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) ya islamizado, y de este modo, tomó su elevada posición entre los primeros Creyentes. Su esposa, Asmá hija de Umáis, abrazó el Islam el mismo día que él. Ambos soportaron con coraje y valentía la opresión y la tortura. Cuando el Mensajero eligió Abisinia para que sus Compañeros emigraran y estuvieran a salvo, Ya'far (Allah se complazca con él) partió con su esposa hacia allí.
En Abisinia, Ya'far Ibn Abi Tálib (Allah se complazca con él) fue el portavoz de los musulmanes. Allah le había dado entre muchas otras cosas, inteligencia, lucidez y elocuencia. El día de Mu-ta(1) fue el más glorioso, magno e inolvidable de su vida. Pero el día de su diálogo frente al Negus de Abisinia no fue menos glorioso. Fue, sin lugar a dudas, un día especial y una escena sin igual. La furia de Qureish contra los musulmanes no se calmó, con la emigración de los fieles hacia Abisinia. Al contrario, los qureishíes temieron que allí la fuerza de los musulmanes aumentara y su número creciera, o que, por lo menos, el prestigio de Qureish se viese disminuido porque los musulmanes habían escapado. Es así que decidieron mandar dos mensajeros a la corte del Negus de Abisinia para convencerlo, por medio de costosos regalos, de expulsar a los musulmanes refugiados en sus tierras. Estos dos embajadores eran: Abdallah Ibn Abi Rabi'a y Amru Ibn Al 'As, quienes aún no eran musulmanes.
El Negus, soberano de Abisinia, era un hombre de fe clara, profesaba un cristianismo puro y original, alejado de todo extremismo y fanatismo. Tenía fama de justo y esa fama se divulgó por todas partes. Por esta razón el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) eligió su tierra para que los musulmanes se refugien en ella. Y por este motivo, los qureishíes temían de ello. Los embajadores enviaron muchos regalos a los obispos y los sacerdotes de Abisinia, a fin de persuadirlos de apoyar la petición qureishí ante el Negus. Comenzaron a impregnar el corazón de los religiosos de rencor y odio contra los musulmanes emigrados; luego, les pidieron su apoyo para que el Negus los expulsara. Fijaron una reunión con él y con la presencia de los musulmanes perseguidos.
Este en su trono, fue escoltado por los obispos y su corte, los musulmanes se ubicaron frente a él en una sala amplia. Se les notaba tranquilos pues los cobijaba la clemencia divina. Los qureishíes plantearon al Negus las mismas acusaciones que le habían presentado en una reunión anterior que tuvieron a solas con él. “¡Oh rey!”, le dijeron, “han llegado a tu país jóvenes insolentes; dejaron la religión de su gente, y no abrazaron la tuya. Han inventado una religión que ni tú ni nosotros conocemos. Por eso los notables de su pueblo, incluyendo sus familias, nos han enviado para que tú los devuelvas.”
El Negus volvió la cara hacia los musulmanes y les preguntó: “¿Qué religión os ha hecho abandonar las creencias de vuestra gente y os satisfizo en lugar de nuestra religión?” Ya'far (Allah se complazca con él), se adelantó para cumplir con la misión que los emigrantes acordaron encargarle antes de llegar a la reunión. Se puso de pie con respeto y calma y con una mirada amable hacia el rey que los había protegido de buena manera, dijo: “¡Oh rey! Éramos ignorantes, adorábamos ídolos, practicábamos obscenidades, cortábamos los lazos familiares, éramos malos vecinos, el poderoso de entre nosotros devoraba al débil... así estábamos hasta que Allah nos mandó un Mensajero de entre nosotros mismos. Conocíamos a su familia, su sinceridad, su fidelidad y su virtud.
Nos invitó a adorar al Allah Único, y a dejar lo que adoraban nuestros padres de piedras e imágenes, nos ordenó ser sinceros al hablar, nos ordenó la lealtad, no cortar los lazos sanguíneos, la bondad con los vecinos, abstenernos de lo ilícito y de la venganza, nos prohibió la obscenidad, el perjurio, la malversación del patrimonio de los huérfanos, confiamos en él, le creímos y le seguimos para que nos enseñe lo que Allah le reveló.
Entonces hemos adorado a Allah Único, y no hemos asociado con Él otra divinidad; obedeciendo Sus órdenes, hemos declarado prohibido lo que el Mensajero (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) nos ha comunicado que es ilícito y viceversa. Nuestro pueblo, por su parte, nos ha atacado, nos ha torturado queriendo alejarnos de nuestra religión y hacernos regresar a la idolatría. Cuando nos hicieron sufrir injustamente, cuando nos hicieron la vida imposible, deseando separarnos de nuestro nuevo credo, emigramos hacia vuestro país, esperando vuestra protección, deseando que la injusticia no nos alcance a vuestro lado.”
Las claras palabras de Ya'far llegaron al corazón del Negus, dejándole maravillado y llenándole de emoción. Se dirigió a Ya'far (Allah se complazca con él) diciéndole: “¿Tienes algo de lo que ha sido revelado a tu Mensajero?” “Sí” dijo Ya'far (Allah se complazca con él). “Recítamelo” dijo el Negus. Ya'far comenzó a recitar aleyas de la sura de María, de un modo dulce y con mucho respeto que conmovieron al Negus y a sus obispos. Al mirar a los enviados de Qureish les dijo: “Por cierto que esto y lo revelado a Jesús procede del mismo origen. ¡Retírense! ¡Por Allah que no se los entregaré!”
Ese fue un día victorioso para los musulmanes, pero Amru Ibn Al-'As era un hombre astuto, no aceptaba la derrota ni se resignaba ante la misma. Apenas llegó a su residencia, meditó un tiempo y luego dijo a sus amigos: “Por Allah, mañana regresaré junto al Negus y le contaré de ellos, algo que le hará expulsarlos inmediatamente. Le diré que ellos creen que Jesús es uno de los siervos de Allah como cualquier otro.”
De este modo, Amru pondría a los musulmanes entre la espada y la pared, ya que si ellos decían que Jesús es uno de los siervos de Allah, el rey y sus obispos se enfadarían con ellos, y si negaban el carácter humano de Jesús, iría en contra de sus creencias. Amru fue a entrevistarse con el rey al día siguiente, le dijo: “¡Oh rey! Ellos dicen cosas terrible sobre Jesús”. Los obispos se agitaron y se conmovieron bastante por lo dicho. Nuevamente llamaron a los musulmanes para que respondan. Los musulmanes, al saber de la nueva trampa, acordaron decir la verdad oída de su Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), y se encomendaron a Allah.
El Negus empezó preguntando a Ya'far (Allah se complazca con él): “¿Qué dicen de Jesús?” Ya'far (Allah se complazca con él) se incorporó confiado y dijo: “Decimos lo que nuestro Profeta nos ha enseñado:...es Siervo y Mensajero de Allah, y su verbo, con el cual agració a María, y un espíritu que emana de Él...”
El Negus, con agrado, creyó y declaró ciertas las palabras de Ya'far (Allah se complazca con él), expresando que esto era lo que el Mesías decía de sí mismo. Sin embargo, los obispos no aprobaron lo que oían. El Negus, un creyente iluminado, se dirigió a los musulmanes diciendo: “Podéis iros. Estáis protegidos en esta tierra. Quienquiera que os insulte u os haga daño, deberá pagar por ello”. Luego dijo a sus guardias, indicando a los qureishíes: “Devolvedles sus regalos, pues no los necesito. ¡Por Allah que me ha agraciado bastante! No soy de los que aceptan sobornos...” Los embajadores qureishíes salieron derrotados y retornaron a La Meca.
Los musulmanes, liderados por Ya'far (Allah se complazca con él), aseguraron su vida en Abisinia, hasta que Allah les permitió volver con su Mensajero (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), sus familias y sus hogares. El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) estaba celebrando la victoria de Jaibar cuando vio a Ya'far Ibn Abi Tálib (Allah se complazca con él) llegar de Abisinia junto con los demás emigrantes. El corazón del Mensajero (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se llenó de júbilo, le abrazó y le dijo: “No sé porque causa alegrarme más: por la llegada de Ya'far o por la victoria de Jaibar...” (2)
El Mensajero (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fue luego a La Meca, a realizar la Umra (Visita ritual), para retornar todos a Medina. Ya'far (Allah se complazca con él) quedó maravillado al escuchar las noticias de sus hermanos Creyentes quienes, junto al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), lucharon en las batallas de Badr, Uhud y muchas más. Sus ojos lloraron por aquellos que fueron sinceros en su promesa a Allah y perdieron la vida como mártires honorables. Su corazón se llenó de una dulce nostalgia por entrar al Paraíso y esperó el momento y la oportunidad para dar su vida por la causa de Allah.
La batalla de Mu-ta, estaba a punto de empezar. Las banderas ondeaban en el horizonte, los ánimos estaban tensos por empezar la batalla. Ya'far (Allah se complazca con él) vio en esta batalla la oportunidad de su vida; ya sea por lograr una gran victoria para la religión de Allah o por ganar una gloriosa muerte en la causa de Allah. Se había presentado al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) pidiéndole fervientemente un lugar en la batalla. Ya'far (Allah se complazca con él) sabía que no sería un paseo ni una pequeña escaramuza, sino que era un combate en gran escala de los que el Islam no había enfrentado jamás.
Se encontrarían con el ejército de un imperio próspero y grande que poseía armas, soldados, experiencia y el dinero que ni los musulmanes ni los árabes podían tener. Pese a la gravedad de la situación, Ya'far (Allah se complazca con él) tenía todas las ganas de participar, por ello fue nombrado uno de los Emires del ejército. Las desiguales fuerzas se encontraron en un día terrible, Ya'far (Allah se complazca con él) al ver al ejército bizantino, se sorprendió y no sin razón.
Era la primera vez que los musulmanes estaban frente a un ejército tan numeroso (algunas fuentes expresaban que llegaban a doscientos mil guerreros), muy bien equipados, profesionales y ordenados. Ya'far (Allah se complazca con él) estaba feliz de todos modos, sintió placer porque percibió que, con la dignidad del creyente sincero y la confianza en Allah, los combatiría de igual a igual.
Antes de caer la bandera de la mano inerte del primer Emir, Zaid Ibn Hariza (Allah se complazca con él), Ya'far (Allah se complazca con él) la tomó en su diestra y comenzó a luchar con increíble valentía. Tenía la audacia de los que no sólo buscan la victoria sino que también desean la muerte como mártires. Pronto se vio rodeado por los guerreros bizantinos. Al sentir que los movimientos de su caballo se obstruían, bajó de él y empezó a golpear a los enemigos con una furia sin igual.
Después de matar a su propio caballo, pues un bizantino lo estaba montando, se lanzó en medio de las compactas filas bizantinas, para combatir contra ellas. Sabía que era la victoria o la muerte. Los enemigos lo rodearon nuevamente, en la férrea lucha, cortaron su brazo derecho, donde llevaba la bandera. Antes que el estandarte cayese, lo sujetó con el izquierdo, el cual no tardó en ser cortado. Entonces abrazó la bandera con sus muñones. En ese instante, su preocupación se centró en no dejar caer este precioso estandarte del Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) mientras tuviese vida. Cuando cayó inerte, sus brazos aún sujetaban fuertemente la bandera. Abdullah Ibn Rauuaha (Allah se complazca con él) la vio ondear y, con rapidez, se dirigió hasta ella para elevarla y llevarla con firmeza hacia su glorioso destino.
De esta manera, Ya'far (Allah se complazca con él) escogió para sí una de las más gloriosas muertes que un hombre pudiera elegir, al encontrarse con su Señor, por su propia audacia y valentía. Allah el Sapientísimo comunicó el destino de la batalla y de Ya'far (Allah se complazca con él) a Su Mensajero (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), quien, a su vez, se resignó a la voluntad de Allah y lloró la partida de su primo y Compañero.
Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) se dirigió a la casa de Ya'far (Allah se complazca con él), llamó a sus hijos, los miró tiernamente y los besó mientras lloraba. Los humildes lloraron la muerte de Ya’far (Allah se complazca con él), ya que era conocido como el “Padre de los pobres”. Abu Huraira (Allah se complazca con él) dijo: “Ya'far Ibn Abi Tálib era lo mejor para los pobres” fue el más generoso con sus posesiones en vida, y cuando le llegó la hora, fue el más generoso con su sacrificio.
Abdullah Ibn Omar (Allah se complazca con él) dijo penosamente: “Estaba junto a Ya'far en la batalla de Mu-ta, encontramos en su cuerpo más de noventa heridas de estocadas y flechas.” ¡Más de noventa golpes de espada y lanza! Pero ¿Acaso los que le mataron pudieron saciar su sed? ¿Pudieron, acaso, ganar algo de su espíritu y su glorioso destino? No. Sus espadas y lanzas fueron un puente por el cual el gran mártir cruzó para estar junto a Allah, El Clemente, El Supremo, en un lugar elevado. Allí estaba, en los eternos jardines del Paraíso, llevando orgulloso las marcas y heridas de batalla.
El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Yo le he visto en el Paraíso, tenía dos alas, impregnadas de sangre y la parte delantera de su cuerpo, teñida también”.
¡Allah bendiga a Ya'far Ibn Abi Talib!
(1) Mu-ta, fue la batalla contra los bizantinos donde Ya'far cayó como mártir
(2) Jaibar, victoria contra los judíos que habitaban en la ciudad del mismo nombre. Fue después del año seis de la Hégira.
Historias de los Compañeros del Profeta (sallalahu aleihi wa salam)
Para saber mas sobre La batalla de Mu'tah
La batalla de Mu'tah
https://ahlalsunah.forosactivos.net/t322-171-la-batalla-de-mu-tah
Jaled y la Batalla de Mu'tah https://ahlalsunah.forosactivos.net/t982-6-jaled-y-la-batalla-de-mu-tah?highlight=Jaled+ibn+al+walid
Para saber mas sobre la conquista de Jaibar:
La conquista de Jaibar
https://ahlalsunah.forosactivos.net/t315-164-la-conquista-de-jaibar?highlight=Jaibar
El inicio de las operaciones
https://ahlalsunah.forosactivos.net/t316-165-el-inicio-de-las-operaciones
La conquista de la segunda parte de Jaibar
https://ahlalsunah.forosactivos.net/t317-166-la-conquista-de-la-segunda-parte-de-jaibar?highlight=Jaibar
Segunda parte de Jaibar // Las negociaciones
https://ahlalsunah.forosactivos.net/t318-167-segunda-parte-de-jaibar-las-negociaciones?highlight=Jaibar
Segunda parte de Jaibar // Distribución de los botines
https://ahlalsunah.forosactivos.net/t319-168-segunda-parte-de-jaibar-distribucion-de-los-botines
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